martes, 6 de julio de 2010

IV Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural Mar del Plata – 25 al 27 de Marzo 2009 Caracterización de los productores hortícolas

IV Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural
Mar del Plata – 25 al 27 de Marzo 2009


Caracterización de los productores hortícolas en el Partido de Pilar

Pedro Aboitiz
paboitiz@correo.inta.gov.ar



Palabras clave: periurbano, cinturón verde , usos del suelo, ordenamiento territorial, migración boliviana, dimensión local, paisaje rural,
El trabajo seguirá la siguiente secuencia expositiva: primeramente, se realizará una descripción del Partido de Pilar como parte del periurbano; a continuación se efectuará una descripción de las características y modalidad de trabajo de los productores hortícolas , haciendo un análisis de las intensas transformaciones que registraron en los últimos años por las migraciones de origen boliviano y por las innovaciones tecnológicas ; y por último, se muestra una forma de caracterizar a los productores hortícolas.

Introducción


El Partido del Pilar posee una superficie 355 Km2 y se encuentra localizado en un espacio perimetral distante a unos 50 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, sobre el denominado eje norte de crecimiento y en la tercera corona de la Región Metropolitana. La zona ha sido una de las áreas de mayor crecimiento demográfico en la provincia de Buenos Aires en las últimas décadas: de acuerdo a los censos nacionales de población, pasó de 84.429 a 231.176 habitantes entre 1980 y 2001. Entre 1990 y 2004, la población creció 56,2 por ciento y en los últimos cinco años 14,7 por ciento, el triple de la media provincial (4,3%). Se calculaba a mediados de 2006 que el distrito ya alcanzaba unos 266.500 habitantes y se estima que en 2020 alcanzará el medio millón. (Barsky 2007)

En realidad este partido forma parte del cuadro general que muestra simultáneamente el proceso de avance de la ciudad en residencias de lujo campestre y otras ocupaciones orientadas a inversiones costosas y de barrios pauperizados en expansión. (Ringuelet y otros 2003)

En lo referido a la organización del territorio, hay una alta heterogeneidad de los usos de suelo existentes (Capel, 1994) y se estima la participación de cada uno de ellos respecto de la superficie total. Según una estimación realizada por la Subsecretaría de Desarrollo Urbano de la Provincia de Buenos Aires, el suelo destinado al uso agrícola intensivo y extensivo es el dominante, alcanzando el 57% del total de su superficie, siendo las principales actividades la horticultura, la avicultura, los viveros y en menor medida las actividades extensivas, principalmente el cultivo de forrajeras dado que Pilar hay una importante cantidad de haras de caballos de carrera , de recreación y de Polo. También se encuentran campos que cultivan soja.
El uso residencial (loteos , barrios cerrados, villas y asentamientos) abarcan un poco menos del 30 por ciento, pero en continuo aumento, reduciendo las áreas rurales. El territorio ocupado para las actividad industrial corresponden a un poco menos del 3 % y la destinada a uso comercial, empresas de servicios, educativo, de salud, etc. al 1 %.

Según el Censo Nacional Agropecuario 2002, en el Partido del Pilar se destinan 1.185 hectáreas a la producción agropecuaria, de las cuales 467,9 (40 %) se utilizan para la producción de hortalizas, que corresponde a un tercio de la superficie hortícola de la zona norte de la Región Metropolitana. Esto marca su nivel de especialización
Todo indica que el periurbano se irá urbanizando de manera acelerada en las próximas décadas al mejorarse la infraestructuras viales: La Ruta 8 hacia Pergamino en autopista y la Ruta 6 una nueva autopista de circunvalación del periurbano , que en un futuro no muy lejano se puede convertir en una nueva “General Paz”. Estos cambios en las redes viales traerán aparejadas intensas transformaciones territoriales en el sector norte de la tercera corona. Todo indica que, en estas condiciones, la periferia continuará reconfigurándose intensamente, de manera heterogénea y compleja, abarcando enormes extensiones, con el agravante de que un Estado, que no ha podido llegar aún con las infraestructuras necesarias a otros sectores de la ciudad, está propiciando el escenario para que se produzcan tales transformaciones en su borde exterior (Garay).
Las urbanizaciones cerradas, el paisaje rural y los grandes emprendimientos comerciales motivaron que muchas familias hayan elegido a Pilar como lugar de residencia. Hay otra realidad que muestra el incremento de la población actual. Se debe a que muchas de las personas que llegan a Pilar, se instalan en asentamientos precarios y en condiciones irregulares generando condiciones poco sostenibles y graves conflictos sociales. La obra pública no llega a cubrir la creciente demanda de infraestructura ya que los nuevos habitantes suelen instalarse en asentamientos en los que carecen de asfaltos, agua potable educación, salud, seguridad y transporte.
Todavía no se ha podido definir y hacer operativa una política de suelo para el peri urbano. Cada ves es más notable la necesidad de integrar las acciones públicas en el marco de una política general, y evitar así repetir lo ocurrido con la ampliación de las autopistas que provocó la especulación del capital inmobiliario provocando un anárquico y descontrolado desarrollo urbano. Si el estado no puede llegar a intervenir en las cuestiones planteadas, las ampliaciones de la Autopista Pilar-Pergamino y la ruta perimetral 6 se convertirá seguramente en una hipoteca imposible de pagar que lo sufrirán las futuras generaciones, provocando la pérdida del paisaje rural para siempre, como sucedió en las décadas anteriores en los Partidos mas cercanos a Buenos Aires. Esto es lo que ocurrió en los Municipios de Malvinas Argentinas , Jose C Paz y localidades como Del Viso , Garín y Maquinista Savio que eran parte del Cinturón Verde antes de la construcción de la Panamericana. Este es uno de los motivos que el INTA en su plan estratégico menciona trabajar en la “custodia del Paisaje Rural”.
El modelo de generación de Barrios Cerrados y Countrys impulsados desde los ensanchamientos de las autopistas estimularon a los desarrolladores inmobiliarios a un crecimiento extendido de la aglomeración y en baja densidad, generando urbanizaciones con insuficiente nivel de equipamiento (Garay, 1995).
De acuerdo al nuevo escenario que se está conformando, la complejidad de usos del suelo de la tercera corona se pondrá más complejo en el futuro. Incidir en el agregado de sus ingredientes requerirá ajustar una diversidad de instrumentos de intervención regionales y locales disponibles o a ser creados, considerando las 600.000 hectáreas que conforman el área agropecuaria total de la Región Metropolitana de Buenos Aires, y apuntando a consolidar un verdadero marketing del Paisaje Rural en el caso de la horticultura periurbana.
Bajo tales consideraciones entendemos como fundamental que el Estado retome su rol protagónico en el proceso de producción de ciudad y recupere el espacio de la planificación urbana como ámbito desde el cual ejercer ese papel. “Es preciso volver nuevamente a una visión global, de planeamiento integrado y a largo plazo, que tenga en cuenta el reparto equitativo de las externalidades en la ciudad”. Horacio Capel (1994),
Las migraciones campo-ciudad se produjeron fundamentalmente en las décadas del cincuenta y sesenta inducidas por el desarrollo de la industria , generando una construcción acelerada de la segunda corona cuyos protagonistas fueron europeos y criollos mestizos.

De hecho en Buenos Aires no existe una agricultura urbana como en la mayoría de las ciudades del subdesarrollo, sino que la agricultura es únicamente periurbana y con producción de productos hortícolas frescos destinada al mercado. Tampoco el desarrollo de la agricultura periurbana responde a migraciones del campesinado del interior del país como ocurre en otros países, ya que nunca se registró en nuestro país la presencia de un porcentaje significativo de población campesina en los términos en los que se los define en América Latina.
Características del sector hortícola de Pilar
En la actualidad, el 73 % de las 1.207 explotaciones hortícolas de Buenos Aires se concentran en zona sur, el 15 % en el oeste y el 12 % en el norte.
En Pilar, la horticultura es relativamente nueva y el acceso a la propiedad de la tierra es incipiente. En general los nuevos productores arriendan, lo que en principio los hace vulnerables a las oscilaciones del mercado del suelo, pero tienen menor riesgo laboral ante eventuales juicios al no ser estos propietarios de la tierra. Se encuentran en esta zona diferencias con otras áreas hortícolas, especialmente en el sector sur del Área Metropolitana de Buenos Aires, donde la presencia del invernáculo, la mediería y el trabajo asalariado son muy importante, encontrando productores más consolidados y capitalizados .






El Censo Hortiflorícola 2005 de la Provincia de Buenos Aires relevó 576,3 hectáreas en horticultura, 11,3 en floricultura y 6,4 en viveros, en un total de 127 explotaciones hortiflorícolas, de las cuales 106 son hortícolas puras. De 572,4 hectáreas en horticultura pura, 567,6 están cultivadas a campo; 352,1 hectáreas se destinan a la producción de hortalizas de hoja (predominan acelga y lechuga criolla), 167 a hortalizas de flores, frutos y tallos (predominan frutilla, zapallo y tomate), 49,3 a crucíferas (brócoli y repollo) y 23,6 a hortalizas pesadas y de raíz (remolacha). En 11,2 hectáreas bajo cubierta prácticamente la totalidad se destina a la producción de lechuga mantecosa.
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De un total de 761,7 hectáreas (incluye supeficie destinada a viviendas y otros usos), 568,4 (75 %) están bajo régimen de arrendamiento en 94 explotaciones y 189,3 (25 %) en propiedad en 30. Desde el punto de vista jurídico, 119 explotaciones se constituyen como personas físicas, cinco sociedades de hecho y tres otras.
La horticultura en Pilar se desarrolla especialmente en las zonas de Parque Industrial Pilar, en Ruta 25 camino a Moreno y en Zelaya.



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Cantidad de explotaciones y superficies hortícolas en Municipios de Noroeste de Buenos Aires.



































El cinturón verde de Buenos Aires hasta fines de la década del 70 los productores hortícolas eran en su mayoría de origen italiano, portugués o español , hasta que gradualmente fueron reemplazados por migrantes bolivianos que trabajaban como peones golondrinas en otras regiones del país “atraídos por la escasez de mano de obra en las quintas de los patrones portugueses”, conformándose desde allí un núcleo de difusión hacia el resto de la Región Metropolitana (Benencia, 2006:146). En los últimos 25 años, la migración boliviana le ha dotado de una impronta cultural y espacial particular al cinturón verde. Se estima que el 40 % de los horticultores de la Región Metropolitana son actualmente de origen boliviano (Benencia, 2006)
El Censo Hortiflorícola bonaerense 2005 estimó que en un total de 2.934 explotaciones hortícolas de la provincia de Buenos Aires, 893 casos (30 %) correspondían a titulares o encargados bolivianos. Pero como la ficha censal es por explotación, sólo se rastreó a una persona por establecimiento, lo cual deja afuera al resto del conjunto de trabajadores hortícolas. Por ello, un 30 % de establecimientos con presencia boliviana en todo el territorio provincial (60 % restante son argentinos y 10 % otras nacionalidades) es un dato altamente significativo del fenómeno
El potente fenómeno de inmigración Boliviana en las últimas tres décadas responde a diversas causas:
a) el fuerte carácter de clan que tiene la migración boliviana, que mediante formas particulares de conchabo, relaciones intrafamiliares entre sus integrantes les ha permitido extenderse tanto en lo referido a la esfera de la producción como en la de la comercialización; b) la fuerte especialización en horticultura en fresco que experimentó el mercado argentino desde los años noventa; c) las intensas transformaciones tecnológicas que permiten hoy en día un aprovechamiento mucho más intensivo del espacio físico, tanto bajo cubierta como al aire libre; d) el debilitamiento de la autoridad estatal de concentración de la comercialización hortícola (Mercado Central de Buenos Aires), que ha permitido un florecimiento de mercados secundarios en toda la Región Metropolitana. Estos factores, unido a aquellos procesos locales que desarrolláramos más arriba, y a las ventajas comparativas de la utilización de una mano de obra que aceptaba- por una condición de fragilidad asociada a su carácter de migrante extranjero en gran medida ilegal- menores salarios o condiciones de trabajo, implicó un ámbito favorable para la incorporación de trabajadores bolivianos a la producción agraria de la región. (cfr.Sassone, S . op.cit.,1988; Ringuelet, R. y Otros, op.cit.,1991. Karacik,G. 1991. Benencia, R. y Karacik, G.,1994; Benencia, R.,1995).
Trabajadores migrantes bolivianos en territorio argentino
Diariamente miles de latinoamericanos -presionados por el desempleo, la falta de tierra y la caída en los precios de la agricultura- migran a los centros urbanos más importantes de sus propios países o hacia otros países.
Muchos de quienes se desplazan intentando escapar de la miseria a que han sido relegadas ciertas áreas rurales de economía campesina, se encuentran nuevamente atrapados en las situaciones de pobreza que caracterizan a los cinturones que rodean a las grandes ciudades , en las que sin embargo se presenta comparativamente una posibilidad, al menos potencial, de acceso a servicios sociales, educativos para los hijos o mejoras comparativas en el nivel de vida. Los salarios que se pagan en nuestro país, por ejemplo, constituyen (por comparación con los de países vecinos en los que los procesos de pauperización, desocupación y miseria son aun más pronunciados) un fuerte atractivo para sectores excluidos.
Es decir que, más allá de los mecanismos de expulsión en los lugares de origen, los trabajadores migrantes extranjeros consideran que el país es una opción privilegiada.
El aporte migratorio boliviano es de larga data y presenta una relación directa con la atracción de las actividades económicas en Argentina (Benencia, 1995: 10). Siguiendo las etapas históricas que desarrolla Sassone (1994: 209) para esta corriente migratoria, desde principios del siglo XX se observa una fuerte presencia en las provincias del noroeste argentino como fuerza de trabajo temporaria en la actividad azucarera y tabacalera. Durante la década del 50 son mano de obra importante en los cultivos de primicia (tomate, pimientos, bananos, etc) en el norte argentino. Entre la década del 60 y 70 desarrollan una actividad relevante en la vendimia y cultivos frutihortícolas del centro oeste del país y una presencia estable en la ciudad de Buenos Aires. A partir del 70 se observa una difusión espacial de bolivianos por todo el país y se incorporan al mercado de trabajo argentino según la demanda de mano de obra en las economías regionales..( Judith Corinne Hughes Olga Marisa Owen )
La migración hacia la Argentina constituye una opción importante en la búsqueda de trabajo por lo que la mano de obra más joven, ingresando al país como trabajador por la temporada y regresar al país de origen periódicamente.
Las condiciones de propiedad de la tierra -existencia de un amplio sector minifundista- junto con las dificultades de subsistencia en el ámbito rural, han configurado causas permanentes de expulsión de población no urbana de países como Chile, Bolivia y Paraguay. Esto se comprueba específicamente en el caso de Bolivia con respecto a los departamentos de Tarija, Potosí, Chuquisaca y Cochabamba, de los que proviene hasta la actualidad el grueso de la migración de este país hacia la Argentina (cfr. Fuld, R.G.,1997 ).
Principios de la Colectividad Boliviana:



 Fuente Patricia Dreidemie

De acuerdo a datos de la Embajada de Bolivia en Argentina, de las 58.000 familias que habitan Pilar se estima que entre 2.000 y 2.500 corresponden a núcleos bolivianos. Además de desempeñarse en horticultura, en la zona también trabajan en la provisión de servicios de mantenimiento casas, parques y jardines . Como afirma Benencia (2006:149), los migrantes bolivianos han transitado por diferentes zonas hortícolas del país hasta que se asentaron en Buenos Aires. En un cierto número de años, entre diez y quince, los bolivianos han ido ascendiendo económicamente a través de lo que Benencia denomina “escalera hortícola boliviana”, es decir, ocupando distintas posiciones laborales en la actividad: peones, medieros , arrendatarios, propietarios y puesteros. Asimismo se destaca la flexibilidad que ha presentado la red para expandir el área hortícola hacia otros sectores de la Región Metropolitana en la medida en que el mercado de tierras presentó restricciones para seguir desarrollando la producción. Por ejemplo, ante la escasez de lotes accesible en el Partido de Escobar, la horticultura se expandió en los años noventa hacia Pilar y Exaltación de la Cruz. Es en este marco que debe comprenderse en el desarrollo de la horticultura en el partido. Los productores hortícolas de Pilar son de tipo familiar (70 %), con baja participación de asalariados y/o medieros, y con una media de menos de 5 hectáreas por explotación. La difusión del invernáculo no llega a un 20 % de las quintas. Todas estas características (pequeñas explotaciones familiares bajo arriendo) denotan la presencia de la colectividad boliviana en Pilar y un estadio joven del ciclo de la actividad hortícola


Sobre la ruta 25, los quinteros han emplazado la “Cooperativa de Provisión de Horticultores 2 de Septiembre”. Benencia destaca cómo en los últimos años, “se puede apreciar la emergencia creciente de mercados de distribución de productos, donde sólo pueden acceder a la tenencia de puestos de presentación y venta de frutas y hortalizas migrantes bolivianos, en carácter de asociados (..). Los bolivianos han extendido su poder de decisión hacia el eslabón más importante de la cadena agroalimentaria hortícola, que reside en la comercialización de los productos (..).
En los últimos años ya son tres los mercados de estas características que se han instalado en la zona norte del área hortícola bonaerense: Escobar, Pilar y Moreno.” En la actualidad, un porcentaje significativo de los canales de comercialización hortícolas de Buenos Aires están bajo influencia o control de los migrantes bolivianos. Inclusive, se ha registrado un creciente manejo de diversas bocas de expendio (verdulerías) por parte de bolivianos en distintos puntos de la ciudad, es decir, cubriendo el circuito completo producción-circulación-venta. Por otra parte, el manejo de un cultivo como la frutilla bajo nylon implica un nivel de inversión importante por parte de los horticultores. (Barsky 2007)
Trabajo y transformación del paisaje rural
La estructura parcelaria de las tierras ha soportado grandes modificaciones en los últimos años. La subdivisión de los campos que se observa se debe principalmente a procesos de sucesión hereditaria y los loteos por desarrollos urbanos.
De acuerdo al Censo Hortícola de la Provincia de Buenos Aires 2001, en la Región Metropolitana el 39,2 % de los quinteros eran de origen boliviano y que el 88 % trabajaba en carácter de arrendatario, mientras que 12 % lo hacía en carácter de propietario de la tierra. Los bolivianos han extendido su actividad en el marco de una fuerte reducción general de la superficie y número de explotaciones hortícolas registrada en las últimas dos décadas. Benencia (2006)










Muchas de las quintas que años atrás fueron trabajadas por productores tradicionales (portugueses, españoles, italianos y otros) fueron abandonadas en la década del noventa -por presentarse mejores o distintas oportunidades laborales, Estas tierras si no fueron convertidos en loteos o barrios cerrados hoy son cultivadas por migrantes bolivianos bajo el sistema mediería.
El mediero trabaja mediante un contrato que concibió con el poseedor de la tierra, bajo palabra, ante un escribano o juez de paz. Al respecto Benencia (1997: 160,161) manifiesta la conveniencia de estos contratos: "Para el medianero, ...con este sistema se siente más libre, no tiene horario de trabajo, y al final del ciclo puede acumular ciertos excedentes que le permiten acceder a determinados bienes (automóviles o parcelas) y servicios (educación para sus hijos; pasajes para ir y venir periódicamente hacia y desde Bolivia); una "vivienda" y alimento mientras desarrolla su actividad..."
Para el patrón, el sistema es ventajoso porque no tiene que controlar la ejecución de las tareas; si el medianero no trabaja no puede mandar verduras al mercado, por lo tanto no cobra.
El mediero realiza distintas tareas relacionadas con la producción de hortalizas, maneja el tractor, siembra, cosecha, desmaleza, embala, lava, vende, controla al peón y carga entre otras. Es quien decide qué plantar y la mayoría de las veces es quien compra la semilla y los agroquímicos, lo que lo hace partícipe de los gastos que se tienen en la producción. Tal como manifiesta Benencia (1995: 100) la funcionalidad del mediero está dada porque "...el productor, al "asociarse" con el mediero en la realización de determinado cultivo, tiende a reducir, o mejor dicho, a "compartir" riesgos que la producción del mismo implica".
El poseedor de la tierra, en carácter de propietario o arrendatario, también es denominado patrón, es un agente relevante, participando en la compra de las semillas, es el dueño del tractor y es quien acondiciona la tierra para el trabajo agrícola.
El peón es contratado por el mediero y recibe una paga por día o por tanto (porcentaje de la venta final) al término de la temporada. La mayoría de ellos son bolivianos jóvenes, aunque en ciertas ocasiones contratan argentinos. Generalmente existe una relación de parentesco entre el peón y el mediero o arriban a la chacra en busca de trabajo ante el comentario de un pariente o paisano. Desarrolla todo tipo de labores que le indique el patrón y es habitual que sea ocupado en aquellas que demandan mucha mano de obra como carpir o cosechar.

Organización del trabajo hortícola
Las siguientes son labores que se ejecutan para la práctica de la producción hortícola
• Acondicionamiento del suelo: consiste en preparar el suelo para la posterior producción.
• Producción de plantines: se realiza en almácigos o los compran.
• Siembra: se realiza por surcos o tablones.
• Fertilización y cura: se hace utilizando fertilizantes naturales y químicos.
• Carpida: tarea que permite sacar la maleza mediante el uso del caballo, tractor chico o a mano.
• Riego.
• Cosecha: se efectúa en forma manual.
Aquel cultivo cuyo ciclo productivo lo permite, se siembra cada quince o veinte días. Esta modalidad se realiza a fin de obtener varias cosechas de una misma hortaliza durante la temporada y abastecer la demanda del mercado en forma ininterrumpida.
Todo aquel cultivo que no logra venderse, no es cosechado y el productor procede a pasar el disco y se siembra otra verdura que tal vez tenga más posibilidades de venta.
Existen especies de hortalizas cuyo ciclo productivo permite el cultivo una sola vez al año como es el caso de la Frutilla de gran importancia en el partido de Pilar por su grado de especialización .
El control de la maleza es una tarea que se efectúa constantemente para evitar que la misma invada la plantación. Utilizan para ello la azada con mango corto, surco por surco, extrayendo la maleza. Generalmente, los medieros contratan peones (jóvenes bolivianos) para este tipo de tareas ó la realizan los miembros de la familia
Para el control de plagas se hace uso de pesticidas, los hombres con una mochila en la espalda, realizan la cura.
La cosecha es una labor que se realiza en forma manual. Participa mano de obra familiar y en ocasiones contratan personas por día (peón).
La verdura es cosechada de acuerdo a los horarios de los distintos mercados que son destinados . Se almacenada en jaulas en lugares próximos a la vivienda, puestos de venta o depósitos (galpón).
La cosecha de zapallitos, tomate, morrones, pepinos, chauchas y maíz se hace de la planta con canastos o baldes, para luego clasificar, embalar en jaulas o bolsas quedando preparados para la venta. En esta actividad participan hombres y mujeres indistintamente.
La carga en los medios de transporte, por lo general se hace a altas horas de la tarde o durante la noche, actividad en la que participa mucha mano de obra.

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Estrategias agrícolas y tecnología aplicada
Con el propósito de mejorar el rendimiento de la producción prueban nuevas semillas y técnicas que adquieren a través de las redes intra regionales con otros productores hortícolas bolivianos o bien de su propia experiencia en otros circuitos agrícolas. Los productores tradicionales también son fuente de información muy valiosa en cuanto a técnicas y semillas.
Los horticultores bolivianos que han trabajado en la práctica del cultivo bajo cubierta en otros centros productores, que disponen de capital para realizar inversiones han implementando esta técnica . Se trata de una práctica que los bolivianos implementan combinando con la actividad hortícola a campo y que al decir de Benencia (1997: 115) es "novedosa", que presenta beneficios y riesgos por tratarse de una práctica que requiere el conocimiento de un paquete tecnológico que incluye manejo de riego por goteo, humedad , temperatura etc.
Comercialización
Desde el arribo del migrante boliviano , la venta de verduras se realiza de distintas maneras, una de ellas es en la misma quinta donde se produce gran variedad de hortalizas.
Otra modalidad de venta es por pedido que se realiza mediante el uso del celular. El comprador efectúa el pedido y posteriormente retira lo solicitado en la quinta o bien el productor boliviano, que posee un medio de transporte, traslada la mercadería al comercio en la ciudad.

Familiares de productores bolivianos concurre a las zonas urbanas a vender la producción en la modalidad de venta ambulante, y es frecuente que vendedores ambulantes no bolivianos, les compren y revendan en barrios de ciudades cercanas.
Existen propietarios bolivianos con características empresariales. Estos abastecen a mayoristas (supermercados , Restaurantes y Comedores industriales y Escolares. Para completar la carga del equipo (camión y acoplado) se concentra la producción de otros bolivianos en el galpón construido en la chacra de su propiedad. Cuando la demanda es mayor a su producción, le compran a otros productores , buscando siempre bajos precios.
El sujeto migrante boliviano habita las viviendas antes ocupadas por los propietarios tradicionales o en viviendas de construcción precaria existentes en la quinta, generalmente una o dos habitaciones cercanas al galpón.

Las habitaciones se edifican una a continuación de la otra y cada habitación posee puerta y una ventana de pequeñas dimensiones en las que generalmente el vidrio es reemplazado por polietileno. Cada habitación es ocupada por una familia formada por cuatro o más miembros. La organización del espacio inmediato a la vivienda se caracteriza por la presencia simultánea del horno de barro, las herramientas de trabajo (arado, disco, escardillo, palas, azadas, tractor, acoplado y otras), jaulas y cajones, ropa secándose sobre arbustos o alambrado, bicicletas, camionetas ó camiones.
Las viviendas de propietarios tradicionales se diferencian de las anteriores porque están construidas de ladrillos, muchas de ellas revocadas y pintadas. El espacio contiguo a la vivienda posee un cerco vivo, flores, y el galpón en el que se depositan las herramientas de mano (palas, azadas), los agroquímicos , el tractor y vehículo. El cerco vivo y/o alambrado delimitan el sector de la vivienda con la tierra labrada. Los bolivianos que ocupan la antigua vivienda, no conservan el jardín de flores y ese espacio cercado es utilizado para almacenar verdura cosechada, jaulas, cajones etc.


Diariamente y en reiteradas oportunidades durante el día, se trasladan de una quinta a otra en tractor. Este movimiento se debe a que producen verduras en quintas distantes unas de otras y deben trasladar personas para trabajar, herramientas, insumos y verduras cosechadas. Generalmente concentran las verduras en la chacra en donde residen para su posterior venta.

CARACTERISTICAS DE LOS PRODUCTORES HORTICOLAS
Pilar creció en el aspecto económico y demográfico tal como ocurrió en todo el territorio argentino, hasta la década del 50 por la inmigración de italianos, portugueses y de otros países europeos. Los Españoles en su mayoría de origen vasco trabajaban en los tambos para abastecer de leche fresca a Buenos Aires . Esta actividad prácticamente ha desaparecido en este partido,
La diversificación de la producción y el acceso a nueva tecnología derivó en la modernización de las producciones agrícolas apareciendo otras actividades como la Avicultura y Floricultura, esta principalmente por la Colonia Japonesa asentada en la localidades de Zelaya en Pilar y Loma Verde en Escobar a fines de los años 60.
Al reducirse los campos por las sucesivas subdivisiones la agricultura fue cambiando con el ingreso de productores hortícolas, La declinación de la economía se agrava desde finales de los años 80 con la sobre oferta de productos y baja de precios. Desde 1990, y reflejo de la situación nacional, el retroceso económico fue general para la actividad hortícola.
Ante la falta de rentabilidad, los productores comienzan a vender o arrendar sus tierras. En este escenario de abandono y decadencia económica se incrementa el arribo de familias de origen boliviano que se asientan en el espacio rural e inician una práctica hortícola que transforma fuerte la actividad hortícola de la región.

La producción hortícola está basada fuertemente en el trabajo familiar, y demandante durante ciertos momentos del ciclo productivo, de una importante cantidad de mano de obra extra predial con trabajadores temporarios durante las etapas de desbrote, cosecha, atado y embalaje, fundamentalmente en los meses de verano, hasta la década del 80 por trabajadores provenientes del noroeste y noreste del país, que eran contratados como jornaleros con pago diario, semanal o quincenal, o tanteros con retribución por producción; a la vez que parte de la provisión de fuerza de trabajo se canalizaba bajo la figura de la mediería.
La mediería no se puede entender como trabajo asalariado, ni a la figura de "socios". La misma relaciona a un propietario o arrendatario denominado “patrón” que aporta la tierra, y tecnología y capital operativo; con un trabajador que se denomina “mediero” , que se hace cargo de proveer la fuerza del trabajo con toda su familia , pero no en términos del arreglo formal, la mano de obra aportada por su familia y, en los momentos de mayor demanda, la provisión de trabajadores eventuales contratados por él mismo. En algunos casos el mediero aportará también un porcentaje de los insumos, tales como semillas, fertilizantes, agroquímicos.
El mediero es calificado como un "socio" por parte de los patrones; sin embargo, se le exigen en este contexto atributos que se definen como encuadrados como peones. Por otra parte, la ambición, la claridad para perseguir intereses a costa de circunstancias y sacrificios- atributo que aparece en la caracterización de ciertos medieros bolivianos - funciona al mismo tiempo como valoración positiva y negativa según se lo esté definiendo implícitamente en la categoría de "socio" o de "empleado". En la mayoría de los casos el convenio de mediaría se realiza mediante un contrato "de palabra" entre ambos sujetos; por el cual propietario y mediero se reparten distintos porcentajes del precio de venta del producto, desde un 50 % para cada una de las partes, hasta un 60-65 % para el patrón y un 40-35 % para el mediero. A su vez, la situación se modifica si la producción, en vez de ser a campo, es realizada bajo cubierta. En este caso, el porcentaje percibido por el mediero variará entre el 25% y el 35%. (Archenti, Tomas)
La búsqueda de mano de obra temporaria generalmente está a cargo de los medieros. En el caso de los bolivianos esto se realiza a través de una red de relaciones entre parientes y coterráneos, e incluso algunos medieros viajan periódicamente a Bolivia para buscar trabajadores , estableciéndose una relación práctica de continuidad de demanda y provisión para próximos periodos. El boliviano absorbe desde niño la cultura del trabajo, trabaja de sol a sol, no respeta horarios ni feriados , le interesa su producción, la toma como propia. Por otra parte, se valoran -en una forma de prejuicio positivo-ciertas condiciones de resistencia física ante las condiciones climáticas en que se desarrolla el trabajo, su dureza .
Siendo la modalidad de contratación del mediero mayoritariamente informal, se ven dificultados el acceso a beneficios sociales. Por otra parte, las actuales políticas tendientes a blanquear la situación de los trabajadores hortícolas provocarían una disminución de sus ingresos que en la mayoría de los casos tienen una economía de resistencia. En las explotaciones mayores y en los casos de medieros con un tiempo prolongado de residencia y trabajo, en vías de una capitalización que permita convertirse en patrón si es mediero mediante el arrendamiento de tierra. El ascenso del patrón es eventualmente la compra de la tierra , y/o el acceso a la comercialización de los productos .
La presencia de familias completas en la huerta, es un cambio significativo. Las mujeres son mano de obra importante para la cosecha y la venta de verduras, no es habitual que ellas realicen el riego y la cura. Ellas concurren a realizar las labores agrícolas con sus niños. A los más pequeños los transportan en sus espaldas o los dejan durmiendo en una cama improvisada bajo la sombra de un sauce, álamo o acoplado. Es habitual el alimentarse en el mismo lugar de trabajo, por lo que construyen pequeños fogones, donde hierven verduras.
Los niños en edad escolar participan en ciertas actividades agrícolas como cosecha, lavado y embolsado de zanahoria, etc. respetando el horario de concurrencia a la escuela.
El conjunto de tareas y sus diferentes actuaciones siguen las líneas divisorias de edad y sexo. En el caso de las mujeres además del trabajo especifico de la quinta, deben encargarse de la totalidad de tareas domésticas (compra y preparación de la comida, limpieza de la ropa, crianza de los hijos , comercialización de los productos etc), las mismas realizan, a la par del hombre, las labores de la quinta y en muchos casos atienden también el puesto en el mercado y la venta callejera.. La incorporación de los niños al trabajo se realiza a muy temprana edad, cuestión que aparece como culturalmente aceptado .


CARACTERIZACIÓN DE PRODUCTORES HORTICOLAS

El cinturón verde de Buenos Aires, como toda estructura agraria, ha venido mostrando una conformación heterogénea de productores, en la que se destaca a existencia de un grupo importante, desde el punto de vista cuantitativo, de productores de tipo familiar – que poseen explotaciones entre 5 y 10 ha y representan el 50 % del total- , y un número más reducido de productores de tipo empresarial – que son poseedores de superficies mayores de 20 ha y representan el 10 % de la totalidad-

Los productores de origen italiano y portugués son de tipo empresarial en la mayoría de los casos, aparecen identificados por una parte con las características del "patrón"; por otra, son asociados uniformemente (más allá de los tipos o escalas de explotaciones a cuyo frente estén), con una gran capacidad de trabajo y sacrificio en orden de progreso, perseverancia, capacidad para "ver el negocio", para ejercer un control sobre todas las etapas del proceso productivo, para invertir y "agrandarse".
La categoría "criollos" agrupa a los trabajadores provenientes de provincias argentinas, sin distinción inicialmente, aunque luego aparecen referencias a salteños y santiagueños como los trabajadores más calificados pero también son vistos por los patrones como los más conflictivos. Los mismos son identificados cada vez más en la actualidad con el trabajo temporario. Los criollos temporarios están especializados en determinadas tareas, sobre todo el embalaje, aunque también son en algunos casos medieros. Los bolivianos son fundamentalmente medieros, temporarios o estables. A su vez, cada uno de los grupos es definido como siendo portador de ciertas características inherentes, que se asocian al desempeño del trabajo o al lugar ocupado en la cadena laboral.
Los así llamados criollos aparecen con atributos positivos y negativos que se asocian con el desempeño laboral. Dentro del universo de temporarios, los santiagueños aparecen desarrollando una especialización en las tareas de embalaje, las cuales han requerido hasta ahora de una técnica artesanal para la cual se requiere destreza y experiencia. Los propietarios sostienen que para el embalaje del tomate se busca la "tercerización", es decir su realización por mano de obra extrapredial; dado que para el mismo es importante una mirada distinta a la del mediero ni la del patrón, pues a ese nivel los dos compartirían intentarían todo lo producido ( en el sentido de no realizar un control de calidad para poder enviar la mayor cantidad de producción al mercado). En este caso la figura del tantero para embalar el producto , dado que su interés también sería llenar en menor tiempo la mayor cantidad de bultos; la respuesta implica la visibilidad y el control ejercido sobre el trabajo del mismo, al tiempo que una asignación de prestigio. -
El componente fundamental de dicha asociación es de provincianos argentinos. La ausencia de bolivianos en la misma se encuentra relacionada -en el discurso de sus dirigentes- con el hecho de que los mismos, al no reclamar sobre sus condiciones de trabajo y salario, inciden de modo negativo en la posibilidad de llevar adelante reivindicaciones sectoriales.

Según Roberto Venencia se puede llegar a considerar dos grandes formas representativas del sector hortícola :

a) Pequeños productores hortícolas familiares – los más numerosos, que han sufrido en el periodo un proceso de descapitalización o de diferenciación hacia abajo y que apelan a la estrategia resistencial, con objeto de mantener su situación de equilibrio inestable,

b) Horticultores empresarios, los menos numerosos, familiares en su origen , pero que , apelando a una estrategia de expansión flexible, han logrado capitalizarse y diferenciarse hacia arriba.



a) Pequeños productores hortícolas familiares

Las explotaciones agropecuarias de pequeños productores son aquellas en las que el productor o socio trabaja directamente en la explotación y no posee trabajadores no familiares remunerados permanentes. (DEFINICION DE PEQUEÑO PRODUCTOR – ESTUDIO IICA – PROINDER)


En este estrato de pequeños productores familiares ( de resistencia) ocurre una situación particular:

Escala muy reducida
Deficientes recursos de estructura
Falta de organización
Falta de acceso al crédito
Dificultad en la comercialización
No suelen tener puesto en los mercados.
Bajos Ingresos que no permiten superar la situación de estancamiento y tendencia a la desaparición.
Los productores familiares ( de resistencia) son por idiosincrasia minifundistas.

Se podría caracterizar a los pequeños productores de acuerdo a los siguientes tipos.

Tipo 1: productor familiar que dispone de algún tipo de capital , y a pesar de la escasez relativa de los recursos con los que cuenta, puede evolucionar. Requiere para sostenerse de Servicios de apoyo como programas de apoyos productivos como Proinder de la Sagpya y Profam del INTA

Tipo 2: estrato intermedio de productor familiar que posee una escasez de recursos tal que no le permite evolucionar, sino mantenerse en la actividad. Requiere para sostenerse de Servicios sociales básicos

Tipo 3: productor familiar cuya dotación de recursos no le permite vivir exclusivamente de su explotación y mantenerse en la actividad. Su mantenimiento en el campo se explica por el aporte de los programas públicos de asistencia social


b) Horticultores empresarios

Tipología de los productores PYME
Del total de explotaciones agropecuarias del país (380.000), se calcula que el 42% corresponde al estrato de pequeño y mediano productor (158.000), entre las cuales aproximadamente 128.000 constituyen la población objetivo del programa Cambio Rural del INTA, ya que obtienen un ingreso neto anual inferior al requerido (estimado en 10.000 dólares en 1992 ), para financiar sus necesidades familiares y la evolución de la empresa.


Los productores medianos se distancian en algunos aspectos estructurales de la caracterización de los pequeños (mano de obra familiar y pobreza de medios de producción). Pueden reproducir sus actuales condiciones de producción, controlando el ciclo económico a corto plazo, en el sentido de asegurar su continuidad, con cierta incertidumbre a mediano plazo, relacionada con la “carrera tecnológica”. Algunos autores enfatizaron en estos productores los aspectos empresariales, llegando a hablar de entrepreneurs: especializaciones productivas, presencia de capitales de origen extrapredial, búsqueda del control de la comercialización y de nuevos mercados e intervención sistemática de técnicos. (Feito, C 2005)
Situación de los horticultores empresarios
Escala mediana o alta
Suelen tener puesto en el mercado
Suficientes recursos de estructura
Sistema organizativo empresarial
Con acceso al crédito
Con sistema de comercialización
Ingresos que le permitan progresar y superar la situación de estancamiento , con los productores involucrados -por idiosincrasia- con una mentalidad empresarial

Se podría caracterizar a los pequeños productores de acuerdo a la siguiente tipología.

Tipo A: productores hortícolas altamente capitalizados - Parte de su producción la cultiva bajo invernáculo - Poseen al menos un tractor de menos de 10 años, cámara de frío y transporte para llevar al mercado productos en condiciones frescas. Suelen ser propietarios de la tierra. Cumplen con las condiciones que piden los grandes supermercados para los productos hortícolas. Están registrados. Tienen un sistema organizativo comercial

Tipo B: productores hortícolas medianamente capitalizados , con superficie bajo invernáculo - Posee al menos un tractor de menos de 15 años, y transporte para llevar al mercado. No llegan a cumplir con las condiciones que pide los grandes supermercados y no disponen de cámara de frío.

Tipo C: productores hortícolas escasamente capitalizados. Tractor de más de 15 años . Están lejos de llegar a cumplir con las condiciones que pide los grandes supermercados
Son productores que por su idiosincrasia no evolucionan. Su mantenimiento en el campo se explica por que no encuentra otra fuente de ingresos.













Las lógicas de los productores hortícolas Elaboración de Cynthia Pizarro en base a Benencia 1994:

“Este cuadro da cuenta de un proceso de cambio social en la estructura social hortícola (Benencia 1994):
- Lógica de expansión flexible: horticultores familiares que se transformaron en empresarios.
- Lógica de resistencia: horticultores familiares que o bien desaparecen del área arrendando su tierra, o se mantienen en ella, pero descapitalizados y en situación de equilibrio inestable.”

“No se debe suponer que la diferencia entre ellos está dada por la superficie cultivada ni por la contratación de asalariados o medieros. Esto último se debe a que la superficie cultivada depende, entre otras cosas, de la tecnología, del tipo de cultivos, de la mano de obra familiar y contratada disponible y de la posibilidad de colocar la producción en el mercado. Por otra parte, la contratación de asalariados o medieros es realizada tanto por los productores familiares como por los empresarios, dependiendo de la cantidad de personas disponibles para trabajar en la familia del productor, de la superficie y tipo de estrategia productiva, de los cultivos y del calendario productivo, entre otras variables.”

Lógica empresarial Lógica de resistencia
Tierra - Uso intensivo (2 o más veces)
- Expansión flexible a través de arrendamiento - Uso 1 vez promedio.
- Superficies de hasta 10 has.
- Reducción: se dan lotes en arrendamiento
Capital Gracias al capital, al asesoramiento técnico y/o al crédito:
Tecnología biológica, química y mecánica de alta generación
Cultivo bajo cubierta Escasez de capital, crédito y asesoramiento técnico:
Maquinaria obsoleta, uso selectivo de insumos y de cobertura plástica (frutilla en surco-barracas de tomate)
Trabajo Contrato de asalariados y medieros:
- patrón y miembros de su familia: dirección y gestión, manejo de maquinaria y venta de la producción.
- mediero con su "propia" mano de obra: preparación, siembra, mante-nimiento y cosecha, embalaje y carga. Producción familiar y contrato de medieros (1) para atenuar riesgos.
Producción Especialización. Atiende demanda especializada; cultivos primicia o tardíos. Diversificación. Demanda del consignatario.
Comerciali-zación Dueños de transportes, consignatarios.
Dueños o socios de puestos en mercados. No participa. Vende al consignatario (pagos diferidos, pérdida de identificación de la mercadería, precios no transparentes)


El Censo 2005 demuestra que de un total de 2.934 explotaciones hortícolas de la provincia, sólo 547 (19 %) contaron con algún tipo de financiamiento externo, en su mayor parte (más del 80 %) proveniente parcial o totalmente de proveedores de insumos y préstamos informales. Asimismo, 2.725 (93 %) no contratan ningún tipo de seguro en una actividad como la horticultura. La escasez del crédito en países como la Argentina lleva al replanteo de la necesidad de implementar políticas crediticias para el sector, como una forma fundamental de sostenimiento de los espacios periurbanos, así como políticas de inclusión social y educativas, pues de 3.400 productores hortícolas relevados por el Censo, 2.461 (72 %) sólo poseen estudios primarios completos o incompletos (22).
A través de un conjunto de estrategias diseñadas al efecto parece posible lograr que una porción importante de esa población , a través del cambio tecnológico, acceda a niveles empresariales para lo se creó un medio de intervención específico. Mencionamos algunos de los programas existentes.

El Programa Para Productores Familiares (PROFAM)

Es Beneficiario del PROFAM aquel productor que trabajando en forma directa en su establecimiento agropecuario, con la colaboración principal de la mano de obra de su familia obtiene un ingreso neto superior a 3.500$/año e inferior a 10.000 $/año (1998 1 $ = 1 U$) como resultado de sus actividades productivas, monto que configura la parte principal del ingreso familiar.

Se estableció un límite superior de extensión en ha y de capital (sup. cultivada y unidades ganaderas), variable por región

CAMBIO RURAL
Es Beneficiario del Programa Cambio Rural aquel productor que trabajando en forma directa o indirecta en su establecimiento agropecuario, con la colaboración principal de la mano de obra asalariada o por medieria que obtiene un ingreso neto superior al equivalente de 10.000 $/año en el 1998 cuando 1 $ = 1 U$ como resultado de sus actividades productivas.

La propuesta de Reconversión Productiva del programa se basa en el diagnóstico de que el modelo tradicional de comercialización de los productores hortícolas no responde a las exigencias del mercado en cuanto a volumen, tiempos y calidad de los productos. Hoy los supermercados son los que imprimen los ritmos de la comercialización y este cambio de escenarios deja a un gran sector de los productores en la marginalidad (Feito,1999). Además, las exigencias del mercado requieren de la aplicación de paquetes tecnológicos, inaccesibles para la mayoría de estos productores. Desde la administración del programa se definieron propuestas para: i) el cambio tecnológico: incorporación de cultivos bajo cubierta, riego por goteo, fertiirrigación, nuevas variedades de híbridos, etc; ii)estrategias comerciales: ventas directas a supermercados y abastecedores, formas asociativas de comercialización y de producción. En la práctica, los promotores realizaban mensualmente una visita técnica a cada productor y una reunión grupal para planificar y discutir cómo continuar con las actividades emprendidas por el grupo. El programa era concebido por algunos productores como un modelo asistencial, esperando obtener subsidios monetarios, percibiendo a las reuniones grupales como una instancia de reclamo gremial e identificando a los promotores con agentes del Estado y posibles canalizadores de sus demandas. ( Feito 2005)

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CONCLUSIONES

El objetivo general de este trabajo es encontrar indicadores para conocer las características de los productores para poder identificar lineamientos de políticas que permitieran mejorar las condiciones y mecanismos de inserción de los pequeños productores hortícolas
Desde distintos niveles de intervención se está dando apoyatura al sector hortícola con fines de conservar el borde periurbano con ayuda económica destinada, entre otros objetivos, a gestionar y apoyar económicamente el desarrollo del cinturón verde.
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A través de un conjunto de programas de intervención existentes en el territorio parece posible lograr que una porción importante de esa población de pequeños productores familiares , a través del cambio tecnológico, acceda a niveles empresariales

Caracterizando a los productores se puede entender mejor las modalidades de gestión, las formas de comercialización adoptadas y de esa forma determinar su tipología y determinar los distintos tipos de audiencias de los programas existentes de la SAGPyA, INTA, Municipios y de Desarrollo Social.

Para lograr estos objetivos se debe encontrar los indicadores adecuados para intentar definir o tener una estimación de quiénes y cuántos están en las distintas situaciones que se desprenden de las tipologías. Es decir, conocer quienes poseen estructura empresarial y son viables, quienes de la misma condición se están descapitalizando, quienes "de resistencia" pueden evolucionar hacia una mayor capitalización, quienes "de resistencia" se mantendrían como están sin evolucionar y quienes son inviables

BIBLIOGRAFIA
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-PIZARRO C. “Asociaciones de inmigrantes e identidades extranjeras: el caso de la Colectividad Boliviana de Escobar”
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-BENENCIA, R. y GAZZOTI, A. "Migración limítrofe y empleo": Precisiones e interrogantes. Ponencia presentada al V Congreso Argentino sobre Colectividades. Bs.As., octubre de 1995.
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-BERTONCELLO R. “Migración, movilidad e integración: desplazamientos poblacionales entre el área metropolitana de Buenos Aires y Uruguay”
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- SASSONE, S. Migraciones laborales y cambio tecnológico. En: Cuadernos de Antropología Social, Vol.1, Nø1, 1988.
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