viernes, 21 de octubre de 2011

LA PROBLEMÁTICA DE LOS AGROQUÍMICOS Y SUS ENVASES, SU INCIINCIDENCIA EN LA SALUD DE LOS TRABAJADORES

AUTORES ING. AGR. (MS. SC.) OSVALDO JAVIER SOUZA CASADINHO DIRECTOR: LIC (MS. SC.) ROBERTO BENENCIA

I. Antecedentes y Descripción de la Población en Estudio
1. La horticultura bonaerense
1.a. La actividad hortícola
El cinturón hortícola bonaerense esta conformado por una serie de quince partidos
situados alrededor de la Capital Federal. Un área de 7.000 km2, cerca de 18.000 ha.,
se dedican fundamentalmente al cultivo de hortalizas y flores –según datos del censo
nacional agropecuario de 1988– (Benencia et al, 1997)1.
Partido del Conourbano Bonaerense. Distribución por zonas geográficas
1 Benencia, Roberto et al: Area Horticola Bonaerense, cambios en la producción y su insidencia en los sectores
sociales. Bs.As. La Colmena, 1997, pag. 45
La horticultura se ha caracterizado por la producción de cultivos a campo para el
consumo en fresco de la población asentada en las zonas urbanas de los partidos mencionados
y de la Capital Federal. Dado que el destino de la producción es fundamentalmente
el consumo interno, su importancia económica es menos conocida que la de
otros cultivos de la región –como los cereales– pero, para el año 1991, las hortalizas y
legumbres representan el 9.82% del producto bruto agropecuario, alcanzado en una
superficie equivalente al 3% del área asignada al cultivo de cereales y oleaginosas”
(Benencia et al, 1997)2.
Los inicios de la actividad hortícola se remontan a fines de la década del ’40, luego
de la segunda guerra mundial. A partir de ese momento llegan inmigrantes provenientes
de Italia, Japón y Portugal, quienes ocupan tierras que rodean a la ciudad de Buenos
Aires en un radio que va desde los 30 a 80 km.
A medida que fueron ampliándose los mercados consumidores se produjo un proceso
de diferenciación entre los productores, algunos de los cuales a partir de la capitalización,
accedieron a mejores condiciones para desarrollar la actividad.
A fines de la década del ’70 aparece un actor –el mediero– que transformará no
sólo, los mecanismos de contratación y remuneración de la mano de obra sino también
las estrategias productivas. La mediería constituye un tipo de vínculo laboral que liga al
productor y el mediero. A partir de este contrato se le asigna al primero una superficie
de terreno bajo cultivo, compartiendo los ingresos brutos según porcentajes previamente
establecidos.
Diversos acontecimientos que se manifestaron hacia fines de la década de los ’80,
marcan el fin de la etapa expansiva, registrándose transformaciones tanto en la etapa
de producción cuanto en la comercialización. Entre los factores más importantes es
posible mencionar: a) La saturación en la etapa de comercialización b) El cambio en el
consumo volcado a productos más elaborados, con creciente calidad formal y presentación
c) El alza en el costo de la tierra a causa de la urbanización y especulación financiera
d). La modernización tecnológica,
La diversificación productiva se relaciona con la satisfacción de la demanda por
parte de los consignatarios, además le permiten disponer de una mayor variedad de
productos con el fin de ingresar en forma frecuente al mercado y así ampliar la posibilidad
de captar la “pegada”3.
La existencia de la pegada fue uno de los condicionantes de la aleatoriedad en la
incorporación de tecnología este proceso no fue ni lineal, ni homogéneo sino discontinuo
y fuertemente influenciado por los proveedores de insumos.
Entonces los cambios fueron puntuales sin implicar modificaciones sustanciales en
los sistemas productivos” (Benencia et al 1997)4.
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2 Benencia, Roberto et al:op. Cit , pag.45
3 Se llama asi al alza ocasional y momentánea de los precios a causa de una caida sustancial de la oferta.
4 Benencia, Roberto: op. cit pag 38
Como consecuencia de los cambios establecidos, la horticultura del cinturón verde
presentaba a principios de la década del ’90 el siguiente panorama:
• La consolidación de la mediaría como modalidad de contratación de la mano de
obra, independientemente del tipo de productor analizado.
• Un avance en la incorporación de tecnología –semillas, fertilizantes y plaguicidas–.
• Una profundización en las diferencias económicas entre diferentes tipos de productores.
• Una incipiente especialización productiva zonal.
• Recurrentes crisis de sobreoferta.
• Cambios en la modalidad de producción incrementándose, algunas zonas, el cultivo
bajo invernáculo.
En cuanto a la estructura social, el cinturón verde de buenos aires ha venido mostrando
una conformación heterogénea de productores, en la que se destaca un conjunto
de horticultores del tipo familiar, que poseen explotaciones entre 10 y 15 ha y
representan algo menos del 50% del total, luego les sigue un numero mas reducido de
productores de tipo empresarial –que poseen superficies mayores de 20 ha y representan
alrededor del 10% de la totalidad–. Respecto a las hortalizas cultivadas, si bien en
los inicios de la actividad se podrían agrupar en una canasta diversificada de más de 15
productos, en la actualidad la tendencia es a la especialización productiva zonal y predial,
hacia el sur en La Plata y sus alrededores se concentra la producción de apio, alcaucil,
tomate y pimiento tanto a campo, como en invernáculo, hacia el norte, el partido
de Escobar se destaca por la producción de tomate y pepinos. Por su parte los partidos
del oeste –Marcos Paz, General Rodríguez, más atrasados tecnológicamente– se especializan
en la producción de hortalizas de hoja, remolacha y zapallito de tronco.
(Benencia et al,1997)5.
En tanto los productores empresariales se hallan abocados a una reducción en las
especies cultivadas, lo contrario ocurre con los productores familiares. Los primeros
sobre la base de una estrategia flexible de incremento en la superficie cultivada en combinación
con una reducción de costos generados por las economías de escala, dedican
su predio a menos de seis especies hortícolas, por el contrario, los productores familiares
en razón de una posición negociadora más endeble en los mercados tradicionales,
deben ampliar su base productiva.
Es posible realizar una escala de las hortalizas cultivadas en función de: la superficie
bajo cultivo y la producción total. La misma agruparía en la cúspide a los cultivos
más importantes (lechuga, acelga, apio, tomate), luego los de importancia secundaria
(espinaca, zapallito) hasta llegar a los de relevancia mínima (radicheta, repollo, habas).
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REGIÓN ZONA HORTÍCOLA BONAERENSE
5 Benencia, Roberto et al: op. Cit pag 50 y sig.
Solo a los cultivos con mayor demanda en el mercado, los productores dedicarán
un porcentaje elevado de la superficie de la quinta, además le suministrarán mayor cantidad
y calidad de la mano de obra e insumos –fertilizantes y plaguicidas–.
Si bien la heterogeneidad entre los productores es uno de los rasgos que más
sobresalen en el área hortícola, se puede realizar una caracterización de los mismos
sobre la base a una serie de variables indicadoras. Las mismas se refieren a las características
que asume la etapa de producción, acceso a los recursos y poder de negociación
en los mercados.
a) Productores de tipo empresarial
• uso intensivo de la tierra –utilizando la misma superficie de terreno más de
dos veces en el año–.
• expansión de la superficie predial a partir del arrendamiento de tierras
–improductivas o pertenecientes a productores que abandonan la actividad–.
• acceso a la información y a los adelantos tecnológicos.
• alto grado de utilización de tecnologías biológicas –semillas híbridas–, tecnologías
químicas –herbicidas, insecticidas y fertilizantes– y tecnologías mecánicas
–maquinaria de alta potencia–.
• producción de cultivo bajo cobertura, desde las simples estructuras tipo
“túnel” para el cultivo de zapallito de tronco a las complejas estructuras de
los invernáculos.
• mano de obra fundamentalmente del tipo “mediera” para la ejecución de las
labores productivas y familiar para la organización, supervisión y comercialización.
• producción de una canasta de productos –combinación de intensivos y extensivos–
atendiendo a una demanda diferenciada y exigente en calidad.
• elevado poder negociador en la etapa de comercialización, se dan situaciones
donde los productores a la vez son propietarios de “depósitos” o pequeños
mercados locales.
b) Los productores familiares
• baja utilización del recurso tierra, ocupándola sólo marginalmente más de dos
veces al año.
• tenencia de pequeñas parcelas de terreno, aspecto que les impide optar por
producciones extensivas. Por lo tanto sus estrategias se orienten hacia hortalizas
de cultivo intensivo, con mayor demanda de mano de obra.
• acceso restringido a la información y a los adelantos tecnológicos.
• alto grado de obsolescencia de la maquinaria.
• utilización selectiva de insumos químicos –fertilizantes, plaguicidas– aplicados
sólo a aquellos cultivos rentables o con mayores perspectivas de precios retributivos.
• mayor uso de semillas producidas en la propia explotación.
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• baja utilización del invernáculo, restringiéndose su uso a la cobertura del
surco en el cultivo de frutilla o protección del caballete de tomate.
• participación mayoritaria de los miembros de la familia para la ejecución de
las tareas productivas complementándose con medianeros, esta estrategia le
permite al productor liberarse de las tareas en el cultivo para desarrollar un
mayor control durante la etapa de comercialización.
• cultivo de más de 15 especies hortícolas con la finalidad de satisfacer la
demanda del consignatario y diversificar riesgos ecológicos y económicos.
• comercialización en mercados concentradores a partir de la articulación con
el consignatario, venta en mercados locales junto a una incipiente venta en el
propio predio.
Los nuevos canales de comercialización le permiten, a los productores obtener un
mayor beneficio económico a partir de la reducción en los costos de comercialización
y a los consumidores adquirir hortalizas a un menor precio, aunque impiden un adecuado
control impositivo, legal y bromatológico.
Se evidencia un énfasis en la “calidad formal” de los productos, caracterizada por
un realce en sus propiedades externas –brillo, color, homogeneidad en el tamaño,
ausencia manchas o picaduras–, en detrimento de su “calidad real”, esta puede definirse
como la ausencia de restos de agrotóxicos, contenido de vitaminas, de oligoelementos
etc.
La necesidad de presentar un producto libre de manchas determina una aplicación
de plaguicidas, fundamentalmente insecticidas y funguicidas, siguiendo prácticas de
“tipo calendario” sin atenerse al umbral de daño económico.
Los productores deciden que cultivos se deben proteger tanto como el producto a
aplicar a partir de sus recorridas por la quinta o del análisis de la información provista
por los trabajadores. Entre los elementos con mayor peso en estas decisiones se
encuentran el precio de las hortalizas y la información brindada por los proveedores de
insumos.
Dentro de las estrategias para combatir plagas, los pequeños productores procuran
aplicar recetas caseras, a pesar de la presión ejercida por los consignatarios para la
entrega de productos “limpios”. Esta situación determina una ascendente tendencia
hacia la aplicación de plaguicidas, máxime cuando los comerciantes realizan adelantos
de dinero para el cumplimiento de tal objetivo.
La horticultura es una actividad compleja por sus múltiples aristas, dinámica por sus
cambios continuos, por las necesidades de sus protagonistas a registrar y adaptarse a
los mismos, en reiteradas ocasiones dichas modificaciones tienen su origen fuera del
sistema productivo.
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REGIÓN ZONA HORTÍCOLA BONAERENSE
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1.b. Los actores
Distintas personas, con diferentes responsabilidades y niveles de decisión participan
en las estrategias relacionadas con los mecanismos de adquisición y aplicación de agroquímicos
en la actividad hortícola. Ellos son los siguientes:
• Los productores
Se denomina productor a aquella persona que bajo cualquier régimen legal de
tenencia de la tierra –propietario o arrendatario– organiza, administra y supervisa
un predio donde se realizan actividades hortícolas. Posee un factor capital y como
tal puede adquirir el resto de los factores productivos. Es quien determina las estrategias
de producción en general y los criterios de manejo de los cultivos en particular.
Dentro de estas pautas de manejo se encuentra el control de plagas. Con relación
a este control será quien decida las pautas y estrategias de aplicación.
Es el responsable máximo tanto de la decisión de aplicar un toxico como de las
circunstancias y condiciones de la ejecución.
En las explotaciones de tipo empresarial el productor no participa en la ejecución
de las tareas relativas al manejo del cultivo. Una situación diferente se da en las
explotaciones de tipo familiar donde el productor y su familia realizan la totalidad
de las tareas productivas, incluida la aplicación de agrotóxicos.
• Los trabajadores
La mano de obra que desarrolla sus tareas en el cordón hortícola pude puede
asumir tres modalidades diferentes de contratación y remuneración:
Mediería: en esta modalidad de contratación de la mano de obra se realiza un
contrato, por lo general verbal, entre el dueño del predio y el trabajador. A este
ultimo se lo conoce con el nombre de mediero o medianero. A partir del vinculo
se establece que el productor entregará una parcela de terreno –por lo general
entre 2 a 3 ha– al medianero para que este y su familia realicen la totalidad de
las tareas que el cultivo demande.
Luego de la venta de las hortalizas, se reparten los ingresos brutos en general un
40% para el mediero y un 60% para el productor. Todos los insumos necesarios
–abonos, fertilizantes, plaguicidas– son aportados por el productor. De ser necesario
contratar mano de obra adicional, será remunerada por el mediero.
Mientras que el productor supervisará el estado del cultivo determinado las estrategias
para el control de plagas, el medianero será quien aplique los plaguicidas.
Pago por jornal: se denomina así aquella modalidad en la que los trabajadores
son contratados para realizar cualquier tipo de tarea que demande el cultivo –carpir,
cosechar, regar– con pago por día de trabajo. Si bien los jornaleros aplican
agrotóxicos al igual que los medieros, se hallan sometidos a presiones diferentes.
Los medieros al participar de un porcentaje de la producción deberán procurar un
producto de alta calidad. Esta situación determina una esmerada aplicación del
tóxico, no ocurre lo mismo con los jornalizados que cobraran su jornal independientemente
de la modalidad de aplicación.
Normalmente la jornada de trabajo se extiende por el término de 12 horas.
Pago a destajo: en esta modalidad el trabajador es contratado para realizar una
serie de tareas específicas, como carpir o cosechar, con pago puntual según la
tarea realizada. La retribución está determinada por los surcos deshierbados o
cajones cosechados. Por lo general las tareas asignadas incluyen pasos repetitivos
de fácil comprobación. Estos trabajadores no aplican agroquímicos, dada la dificultad
de medir todos los pasos implícitos en la tarea y así realizar un pago acorde
al trabajo ejecutado.
• Los proveedores de insumos
Se denomina así a quienes realizan la comercialización de los agroquímicos. La
venta puede realizarse en comercios habilitados para tal fin como en el predio de
los productores.
En el primer caso los comercios se hallan ubicados en los centros de comercialización
de hortalizas, como el mercado central de Buenos Aires, en las grandes
ciudades de los partidos con actividad hortícola y aún en comercios del ramo ubicados
en la ciudad de Buenos Aires.
En el segundo caso los proveedores de insumos visitan las quintas una vez por
semana, recorriendo los cultivos con el productor, dando respuesta a sus inquietudes
y recomendando los productos eficaces para cada uno de los problemas
sanitarios.
La venta se realiza a plazos de pago ampliamente flexibles.
Este actor es quien detenta el saber –habilitado por lo general por su título profesional–
frente a ellos se encuentran los productores quienes, reconociéndole
una superioridad en ese campo acatan sus decisiones. el saber se transforma en
poder, en el poder de quien sabe como enfrentar y resolver una situación determinada,
en el poder de quien posee las herramientas, en este caso los agroquímicos,
para resolver una situación que se presenta desfavorable.
• Los profesionales de la actividad hortícola:
Pueden incluirse en esta sección a todos los ingenieros agrónomos o técnicos
agropecuarios que asesoran a los productores en forma particular o participando
de organismos oficiales.
La periodicidad y modalidad del encuentro está más relacionada con la institución
de origen del técnico, que fundada en las necesidades específicas del productor.
De esta manera los profesionales privados no sólo recorren los predios
una vez por semana sino que están disponibles en forma permanente para responder
a cualquier tipo de necesidad emergida del manejo del cultivo. Por el con-
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trario los profesionales pertenecientes a instituciones oficiales suelen limitar sus
actividades a consultas en sus oficinas o a organizar reuniones grupales.
• Los consumidores
Los consumidores de hortalizas también inciden directa o indirectamente en las
estrategias de aplicación de agrotóxicos. Esta situación encuentra sus raíces en
los mecanismos de selección de productos con énfasis en la “calidad formal”. Las
hortalizas se seleccionan por su tamaño, homogeneidad y ausencia de manchas.
Se deja de lado a la “calidad real” entendida como el contenido de vitaminas, oligoelementos
y ausencia de agrotóxicos.
La necesidad de enviar a los mercados un producto con las características descriptas,
lleva a los productores a encarar estrategias de protección de los cultivos que
enfatizan en el control químico.
Los consumidores se hallan muy poco informados acerca de las posibilidades de
contaminación de las hortalizas, confiando en las estrategias comerciales de los
productores y en los controles bromatológicos.
1.c. Las áreas de riesgo
Es posible identificar una serie de etapas o áreas de riesgo implícitas durante la
manipulación de los plaguicidas. Estas pueden definirse como la ejecución de una serie
de actividades y su entorno que pueden colocar a las personas que las ejecutan o se
hallan en las inmediaciones con una mayor probabilidad de intoxicarse con plaguicidas.
Las mismas pueden caracterizarse, y así diferenciarse de otras, a partir de operaciones
específicas que determinan la proximidad de las partículas tóxicas con respecto al
cuerpo de quien las manipula. Estas operaciones reciben influencias de factores de contexto
entre los cuales sobresalen: las condiciones generales de hábitat, los comportamientos
sociales, el desarrollo de la vida cotidiana y la inserción laboral o empresarial.
2. Los Plaguicidas
2.1. Composición química y accionar de los plaguicidas
La O.I.T. define a los plaguicidas como “Un grupo de productos agroquímicos destinados
a destruir plagas de todo tipo o a luchar contra ellas” (O.I.T, 1993)6.
Existe un espectro de agentes etiológicos específico y modalidad de acción propias
para cada tipo de producto químico.
6 O.I.T.: Guía sobre seguridad y salud en el uso de productos agroquímicos. Ginebra. O.I.T., 1993, pag 1
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El mercado Argentino de estos productos se halla relacionado con el precio alcanzado
por los cultivos , las actividades productivas dominantes, el precio de los productos
químicos y la presión de la demanda por productos de alta calidad.
Cuadro 2
Mercado Argentino de Plaguicidas según valor de la producción para 2003
(Tomado de: guía de productos fitosanitarios CASAFE)7
Producto %
Herbicidas 69
Insecticidas 15
productos varios 1
Acaricidas 1
Funguicidas 9
Curasemillas 5
Grafico N° 1:
Mercado Argentino de Plaguicidas según valor de la producción
Se evidencia la preponderancia de los herbicidas quienes ocupan cerca del 70% de
las ventas. En este caso con una fuerte influencia de la demanda en las actividades agrícolas
extensivas, mayoritariamente en el cultivo de soja.
2.2. Problemas agromédicos relacionados con la utilización de plaguicidas
La capacidad de producir daño de un plaguicida se halla relacionada con su estructura
química, aspecto que determina la toxicidad especifica, acompañada por las con-
0
20
40
60
80
%
Herbicidas
Insecticidas
Productos varios
Acaricidas
Funguicidas
Curasemillas
7 CASAFE. Guia de productos fitosanitarios. XII edición. Tomo I Buenos Aires, 2005
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8 Dosis letal media, es la cantidad de plaguicida que ingerida por animales de laboratorio produce la muerte
del 50% de ellos. Se expresa en miligramos de producto químico por kilogramo de peso vivo del animal
en consideración.
9 Citado en Campaña contra los plaguicidas Extremadamente y altamente peligrosos. Ia y Ib según la OMS.
Santiago de Chile, RAPAL. 2005.
10 Citado en Campaña contra los plaguicidas Extremadamente y altamente peligrosos. Ia y Ib según la OMS.
Santiago de Chile, RAPAL. 2005.
diciones de uso, especialmente la exposición, siendo fundamentales los procesos químicos
y físicos a que son sometidos luego de la aplicación.
Con la finalidad de advertir a los usuarios sobre la potencialidad tóxica de los plaguicidas,
se ha procedido a agruparlos en categorías a partir de su DL 50 aguda8 según
el tipo de formulación y tipo de exposición (oral o dermal).
Cuadro 3
Clasificación toxicológica de los productos fitosanitarios
Categoría Formulación líquida Dl. 50 aguda Formulación sólida Dl. 50 aguda
de toxicidad
Oral Dermal Oral dermal
I a -20 -40 -5 -10
I b 20-200 40-400 5-50 10-100
II 200-2.000 400-4.000 50-500 100-1.000
III 2.000-3.000 +4.000 500-2.000 + 1.000
IV + 3.000 - +2.000 -
(Organización Mundial de la Salud, 2002)9
Cuadro 4
Categoría de toxicidad y riesgo toxicológico
Categoría de toxicidad Producto:
Ia sumamente peligroso
Ib muy peligroso
II moderadamente peligroso
III poco peligroso
IV normalmente no ofrecen peligro
(Según la Organización Mundial de la Salud., 2005)10
Los plaguicidas pueden causar daño a partir de su ingreso en el organismo por
cualquiera de las siguientes vías: dérmica, bucal (por ingestión) y nasal (por inhalación).
Este daño puede tener una rápida manifestación –conocido como intoxicación
aguda– como por ejemplo: diarrea, cefalea, vómitos o presentar una manifestación tar-
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REGIÓN ZONA HORTÍCOLA BONAERENSE
día denominada intoxicación crónica. en este caso, los síntomas se presentan cuando
la acumulación del toxico en el cuerpo alcanza el nivel de daño o se altera lo suficiente
el órgano afectado. son un ejemplo distintos tipos de cánceres, disrupciones en el
sistema endocrino y el mal de parkinson.11
Cuadro N° 5
Efectos de los plaguicidas sobre la salud.
Tiempo de manifestación y toxico que lo produce
Producto Efectos agudos Efectos crónicos
Parathion vómitos, miasis mal de parkinson
Carbaril diarreas cánceres
DDT convulsiones cánceres
Mirex cefalea cánceres
bromuro de metilo quemaduras daños en riñones
paraquat 27,6 quemaduras necrosis de hígado
Lindano dolor de cabeza leucemia
2,4 D vómitos malformaciones
cipermetrina dolor de cabeza disrupción del sistema endocrino
Fuente: (elaboración propia sobre la base de los datos de la bibliografía y entrevistas al
personal medico de los hospitales del área hortícola).
II. Metodología Utilizada
Con la finalidad de cumplir con los objetivos propuestos se trabajo a partir de la
siguiente estrategia metodológica:
a) Se realizó un estudio analítico de la legislación relacionada con el registro, producción,
comercialización y utilización de plaguicidas con énfasis en la actividad
hortícola.
b) Se realizó una encuesta a una muestra intencional de proveedores o comercializadores
de agroquímicos. Con la finalidad de conocer a los plaguicidas más
utilizados por los productores en la zona hortícola.
c) Se realizó una encuesta a productores y trabajadores hortícolas que utilizan plaguicidas
como parte de sus estrategias en el manejo de plagas.
Con la necesidad de cumplir con esta tarea fue necesario tomar decisiones a fin
de determinar las zonas de trabajo y la muestra de productores.
Se ha tenido que tomar la decisión de acotar la tarea al área de producción de
11 Semchuck, Karen et al: “ Parkinsons disease and exposure to agricultural work and pesticide chemicals”
en Neurology, New York, julio de 1992, n° 42, pags. 1328-1335.
hortalizas dentro de la provincia de Buenos Aires. Esto tiene que ver con el tiempo
y los recursos disponibles. Resulta preferible en una primer etapa sacrificar la
dimensión del área bajo estudio por sobre la calidad. Los resultados serán mas
acotados pero a su vez más claros y confiables.
Trabajos previos realizados por el investigador en el área permiten afirmar que
dentro de ella existen tres zonas diferentes; norte, oeste y sur con distintos
modos de producción, hortalizas cultivadas, contratación y remuneración de la
mano de obra. Estas variaciones determinan una utilización y relación diferentes
con los plaguicidas –tipos, formulaciones, ámbito de aplicación, etc.–.
Se propone trabajar con una muestra estratificada por áreas, tomando intencionalmente,
por considerárselos como representativos, a los distritos de Pilar,
Exaltación de la Cruz y Escobar al norte, La Plata y sus localidades al sur y Merlo,
Marcos Paz y Luján al oeste (ver mapa).
Como unidad de análisis de nivel superior se tomara al establecimiento de producción
hortícola definiendo como tal a aquel donde se cultivan hortalizas con
destino al mercado en por lo menos un ciclo de cultivo al año.
Una vez determinada la cantidad de productores en cada área se seleccionará
una muestra al azar a partir de la información previa existente en cada una de
las zonas. Para determinarla se propone trabajar con una precisión del 5%, una
proporción del 50% –estimación del valor del resultado– con un intervalo de
confianza del 95%.
A partir de un procesamiento especial de la información recogida en los censos
hortícolas de la provincia de buenos aires 1998 y 2001, es posible realizar un
agrupamiento particular de establecimientos hortícolas.12
Cuadro 1
Cantidad de explotaciones y muestra a tomar según zonas
Tipo zona sur zona norte zona oeste
explotaciones familiares 486 106 95
empresas familiares con asalariados 113 17 80
empresas familiares con medieros 264 22 12
empresas familiares con medieros y asalariados 50 5 3
total 913 150 190
muestra con una precisión del 10% 87 59 64
muestra real 85 51 64
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LA PROBLEMÁTICA DE LOS AGROQUÍMICOS Y SUS ENVASES, SU INCIDENCIA EN LA SALUD DE LOS TRABAJADORES
12 Producción, trabajo y nacionalidad: configuraciones territoriales de la producción hortícola del cinturón
verde bonaerense. Roberto Benencia y Germán Quaranta. Facultad de Agronomía de la Universidad de
Buenos Aires. Centro de Estudios y Servicios Rurales (cederu/fauba).
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REGIÓN ZONA HORTÍCOLA BONAERENSE
La encuesta fue confeccionada en conjunto por los investigadores de este proyecto
en reuniones realizadas durante los meses de abril y septiembre de 2005.
Esta fue evaluada y puesta a punto en un plan piloto que incluyó a tres productores.
d) Se realizaron entrevistas a informantes claves, quienes desarrollan sus actividades
en el área; técnicos de programas de asesoramiento agropecuario, médicos
y técnicos de unidades sanitarias y hospitales y maestros.
III. Hallazgos
1. Caracterización económico - productiva de la zona y de actores sociales
encuestados
1.1. Tenencia de la tierra
Se evidencia una distribución similar de predios encuestados en la zona norte y sur.
En la zona sur el 71,7% de los predios posee menos de 5 hectáreas, y si bien se trata
de un grupo heterogéneo en general se trata de pequeños productores que dedican su
predio a una canasta de seis a siete productos, aunque se hallaron unos pocos que
dedican la superficie productiva a solo uno o dos cultivos –ejemplo lechuga y tomate–.
Por su parte en la zona norte el 64% de los productores encuestados poseen
menos de cinco hectáreas, en la mayoría de los casos se trata de productores que cultivan
de modo intensivo. Tanto en la zona norte como en la sur se hallaron predios con
cultivo bajo invernáculo.
Por su parte en la zona oeste si bien predominaron las encuestas entre aquellos
productores que posen menos de cinco hectáreas, el 46,9%, se evidencia una distribución
con tendencia da las explotaciones de mayor tamaño. En este caso el 25% de los
predios encuestados posee entre 10 y 20 Ha, apareciendo explotaciones de más de 50
Ha. Se trata de predios donde se cultivan hortalizas de hoja y zapallito de tronco en
forma extensiva, con una baja utilización de tecnología.
1.2.La estructura productiva
Se registran jerarquías respecto a las principales hortalizas cultivadas.
Mientras que en la zona norte y sur sobresalen los cultivos de fruto; tomate,
pimiento, frutilla, alcaucil, zapallito; en la zona oeste sobresalen los cultivos de hoja y
raíz; lechuga, acelga, cebolla de verdeo y remolacha.
Estas diferentes estrategias productivas tienen su origen en la dotación de recursos
productivos, en la experiencia y en las variaciones climáticas. Por lo general las hortalizas
de fruto demandan una mayor cantidad de recursos económicos en su producción
y comercialización; en especial, se destaca el costo de las semillas y el mayor costo en
tratamientos con agroquímicos en la protección de las plagas. Estas mismas hortalizas
suelen poseer mayor precio en el mercado. Se destaca el cultivo de apio y alcaucil en
la zona sur –entre productores tradicionales del área– y el de frutilla en la zona norte,
en especial entre productores de origen Boliviano.
1.3.Características de los actores encuestados
En la mayoría de los casos se encuestaron a propietarios de las explotaciones, mientras
que en la zona sur y norte se entrevistaron, en un 10% de los casos, a aplicadores.
En la zona oeste se entrevistó en un 15% de los casos a peones.
El 98% de las personas encuestadas son se sexo masculino, esta situación no implica
la ausencia de personas de sexo femenino realizando las tareas tanto de administración
y supervisión como en el desarrollo de tareas de campo.
El 91% de los encuestados posee entre 25 y 64 años. Entre ellos se destaca en la
zona sur la presencia de un 41% de encuestados de menos de 44 años, mientras que
en la zona oeste y norte la tendencia es a inclinarse a una mayor edad. En este caso el
14% de los encuestados de la zona oeste posee más de 65 años. Este último aspecto
se vincula con las características productivas del área y el tipo de estrategia resistencial
encarada por los productores. La tendencia contraria ocurre en el sur y norte donde se
evidencia el ingreso a la actividad de personas jóvenes en general medianeros o sus
hijos de origen Boliviano.
Aunque no fueron encuestadas personas analfabetas, el 18% de las personas
posee la escuela primaria incompleta. Esta situación puede implicar en el manejo de
plaguicidas, un problema en las tareas de lectura de los marbetes de los envases, comprender
los procesos de acción de los tóxicos e incluso leer y acceder a información
complementaria.
2. El manejo de los plaguicidas
Con la finalidad de presentar los resultados de la manera comprensible y relacionada
con los objetivos propuestos se ha decidido presentar los resultados agrupados en
función de los objetivos que los contienen.
1. La adquisición de agroquímicos
En teoría se debe aplicar algún método de lucha contra las plagas, por ejemplo un
agrotóxico, a partir de un determinado umbral de daño económico. Este puede
definirse como la cantidad de insectos, malezas o porcentajes de daño en las plantas
por encima del cual el daño infligido, o por ocasionar, medido como la pérdida
de cultivos o rendimientos es superior al costo de tratamiento especifico.
44
LA PROBLEMÁTICA DE LOS AGROQUÍMICOS Y SUS ENVASES, SU INCIDENCIA EN LA SALUD DE LOS TRABAJADORES
45
REGIÓN ZONA HORTÍCOLA BONAERENSE
Estas acciones no resultan sencillas de llevar a la práctica a partir que la información
hasta hoy disponible indica que los valores promedio de daño pronosticado
en base a niveles de infestación están sujetos a una gran variabilidad.
Existe una variación dentro de un mismo campo, entre diferentes localidades
(tipo de suelo, clima) y de un año a otro.
Los productores se hallan condicionados por las estrategias alimentarias de los
consumidores, las estrategias de los proveedores de insumos, sus propios
temores, el precio del control químico en relación a otras alternativas y por los
procesos económicos globales.
2. Los productos de mayor comercialización en el Área Hortícola de Buenos Aires.
Desde el punto de vista de la oferta13.
Está prohibida la aplicación del insecticida Metamidofox mediante el uso de
mochilas manuales, los productores del área no cumplen esta normativa.
En el caso del Carbofuran se destaca el tiempo de carencia, de 60 días, en el
caso de sus formulaciones destinadas a ser aplicadas al suelo para el control de
nematodos y gorgojos como en las plántulas de tomate. En el caso del
Endosulfan, único insecticida clorado utilizado en el área, posee un tiempo de
carencia de 15 días y si bien la Organización Mundial de la Salud lo clasifica
como moderadamente peligroso; la agencia de protección ambiental de los
Estados Unidos lo clasifica como altamente tóxico.
Por último el Bromuro de Metilo, un fumigante que se utiliza en la preparación
de almácigos y siembras bajo invernáculo. Requiere ser aplicarlo cuando las
temperaturas son inferiores a 10 grados centígrados y superiores a 30 grados.
En el caso del Zineb, se trata de un fungicida de contacto y preventivo, la utilización
en el tomate debe restringirse en los 15 días anteriores a la cosecha.
Se han observado en seres humanos dermatitis benignas, faringitis, rinitis y
conjuntivitis en exposiciones intensas14.
Para el caso del Mancozeb se recomiendan una serie de medidas a fin de mitigar
su acción en el ambiente; no aplicarlo a menos de cinco metros de los cursos
de agua, ni cuando existan vientos fuertes.
3. La adquisición de productos desde el punto de vista de la demanda
La encuesta realizada a productores del área permitió conocer aquellos productos
con mayor demanda según las zonas productivas.
13 la información fue relevada en 12 centros de comercialización de agroquímicos ubicados en las tres áreas
productivas.
14 CASAFE, Guía de productos fitosanitarios. XII edición. Buenos Aires, 2005.
Mientras que en las zonas norte y sur se utiliza una mayor cantidad de fungicidas
e insecticidas, en la zona oeste se hace un mayor uso de herbicidas. En principio esto
se relaciona con las modalidades de producción, más intensivas y con utilización de
invernáculos en el norte y el sur y más extensivas en el oste. En el mismo sentido se
destaca la utilización de herbicidas en los cultivos de hoja; lechuga, acelga, espinaca,
vegetales de primer orden en oeste. Por su parte en el norte y sur con mayor proporción
de hortalizas de fruto, donde se hace necesario preservar la calidad externa o formal,
se utiliza una mayor proporción de funguicidas e insecticidas.
Gráficos N° 2, 3 y 4
Agroquímicos más utilizados por los productores encuestados según zonas
46
LA PROBLEMÁTICA DE LOS AGROQUÍMICOS Y SUS ENVASES, SU INCIDENCIA EN LA SALUD DE LOS TRABAJADORES
Deltametrina - Insecticida
Zineb - Funguicida
Maneb - Funguicida
Endosulfamn - Insecticida
Imidacloprir - Insecticida
Agrotóxicos más utilizados zona norte %
Deltametrina insecticida
Zineb - Funguicida
Lambdacialotrina - Insecticida
Trifluralina - Herbicida
Agrotóxicos más utilizados zona oeste %
Deltametrina insecticida
Zineb - Funguicida
Carbofuran- Insecticida
Metamidofox- Insecticida
Endosulfamn- Insecticida
Agrotóxicos más utilizados zona sur %
47
4. Los productos utilizados y su impacto en la salud y el ambiente
Entre varias alternativas, los productores optan por plaguicidas de bajo costo, quienes
presentan escasa selectividad, afectando a abejas e insectos benéficos, otros como
el caso del Carbofuran y Dimetoato son además tóxicos para peces.
Atendiendo a la clasificación toxicológica de los productos con mayor utilización en
el área –enunciados por productores y vendedores– puede realizarse el siguiente cuadro
resumen.
Grafico N° 5
De los principales insecticidas utilizados en el área, el 50% se corresponde con productos
categorizados como muy o sumamente peligrosos. Si a ellos se agregan los
moderadamente peligrosos se alcanza al 80%.
Esta situación indica que en el área hortícola se utilizan mayoritariamente productos
peligrosos que requieren adecuadas condiciones de uso con la finalidad de disminuir
el riesgo de padecer una intoxicación.
Por otra parte se trata de productos con elevado tiempo de carencia, un aspecto
en el manejo de los plaguicidas que es tenido poco en cuenta por los productores.
II
I
IV
III
Clasificiación toxicológica de los agrotóxicos más utilizados %
0
5
10
15
1 2 3 4 5
Categoría toxicológica de los agroquímicos más utilizados
48
LA PROBLEMÁTICA DE LOS AGROQUÍMICOS Y SUS ENVASES, SU INCIDENCIA EN LA SALUD DE LOS TRABAJADORES
Dos elementos permiten explicar esta situación; en general se trata de productos
de menor precio que aquellos menos tóxicos, además subsiste en el ideario de los
productores la necesidad de utilizar productos muy tóxicos para “acabar con las plagas”.
15
En el caso de los herbicidas más de la mitad de los productos se corresponden con
la clasificación moderadamente peligrosos.
Por ultimo la mayoría de los fungicidas utilizados pueden clasificarse como poco
peligrosos y productos que normalmente no ofrecen peligro. En este caso la mayor precaución
debe darse en el respeto por los tiempos de carencia.
Si bien se utilizan comparativamente en una menor proporción que los otros agroquímicos,
los fertilizantes se utilizan en las producciones intensivas especialmente en
los cultivos de tomate, pimiento, lechuga y frutilla.
5. Ciclo de vida desde la venta de los agroquímicos y sus envases, desde la
perspectiva de quien los aplica y su disposición final
La relación de los productores con los plaguicidas se inicia en el mismo momento
de la compra, ya que allí se toma la decisión del producto activo a utilizar, recibiéndose
además información sobre la dosis y modo de aplicación.
Prácticamente la totalidad de los productores adquieren los tóxicos en centros de
ventas específicos ubicados en las cercanías de la explotación. Resulta particularmente
interesante destacar las compras realizadas, tanto en la zona Oste como en la zona
Norte, a vendedores particulares relacionados o no con distribuidoras. Las ventas en el
predio suelen ser más compulsivas ya que se realizan a partir del diagnostico que el vendedor
realiza sobre el estado de los cultivos.
Esta situación permite inferir que en ocasiones la aplicación de los productos se realiza
más por el afán de lucro y la presión ejercida por los comerciantes que fundada en
una necesidad emanada del estado sanitario de los vegetales.
Resulta particularmente importante tener en cuenta el modo en que se adquieren
los tóxicos, ya que adquirirlos fuera de sus envases originales puede acarrear una serie
de problemas.
15 Al respecto en las entrevistas los productores se refirieron en una gran cantidad de casos a que los productos
que se venden en la actualidad son “flojos”, “poco efectivos” recordando que unos 10 años atrás
se podía adquirir productos que acababan con las plagas en una aplicación , aunque “había que tratarlos
con cuidado por que te volteaban”.
49
Gráficos 6, 7, 8 Tipo de envase en que recibe los agroquímicos
Envases en que recibe los agroquímicos zona oeste
0
10
20
30
40
50
60
70
Fraccionados
Serie 1
Envases sellados
Envases en que recibe los agroquímicos zona sur
Fraccionados
Serie 1
Envases sellados
Cantidad de encuestas
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
Forma en que recibe los agroquímicos zona norte
Envases sellados Fraccionados
60
50
40
30
20
10
0
50
LA PROBLEMÁTICA DE LOS AGROQUÍMICOS Y SUS ENVASES, SU INCIDENCIA EN LA SALUD DE LOS TRABAJADORES
Si bien un elevado porcentaje de los productores, que supera al 90% en las tres
áreas, adquiere los productos en envases cerrados, éstos también los adquieren fraccionados.
Las causas de esta situación se relacionan con; la dificultad de adquirir la totalidad
de producto dado su costo junto a la baja frecuencia de uso de algunos plaguicidas.
Si bien los mayores casos de compras de plaguicidas fuera de sus envases se relaciona
con los herbicidas, que pueden se expenden en latas de 20 litros, también se
hallaron compras de insecticidas en pequeñas cantidades solo para usarlos en una o
dos aplicaciones.
Adquirir plaguicidas fraccionados puede llevar a la práctica de trasvasamiento.
Esta operación determina que el producto carezca de sus tapas originales, con lo
cual puede perder parte del contenido. Además al no poseer etiquetas lleva a ignorar
la toxicidad, las dosis de uso y las precauciones.
Resulta particularmente importante analizar a la persona que realiza la operación
de preparación del plaguicida.
La preparación de plaguicidas incluye las etapas de dosificación y aplicación. La
dosificación consiste en trasvasar el producto desde el envase a la mochila conteniendo
agua, mezclar y agitar. Aparece como una operación riesgosa dado que el producto
se acerca al cuerpo del productor en estado puro16.
A fin de realizar la tarea con eficacia se debe conocer; la peligrosidad el producto,
su grado de toxicidad, dosis de aplicación y primeros auxilios en caso de accidente respecto
a la aplicación la tarea consiste en colocar el producto puro, en el caso de polvos,
cebos, o de las diluciones en agua, concentrados emulsionables, sobre el cultivo o
suelo.
Casi la totalidad de las personas encuestadas, más del 95%, aplican agroquímicos.
Respecto a la condición laboral de las personas que realizan la tarea no existen diferencias
sustanciales entre las zonas. Tanto en el Norte –70%–, como en el oste y sur – 87%
y 74% respectivamente– las aplicaciones la realizan los productores hortícolas. Por su
parte los trabajadores –medieros y asalariados– también ejecutan esta tarea. Es así que
en el oeste un 37% de los trabajadores realizan la tarea, llegando a cerca del 39% en
el norte. Delegar la tarea en el personal contratado si bien implica trasladar la ejecución
de una tarea riesgosa en un tercero, también implica asumir las responsabilidades.
Teniendo en cuenta que los plaguicidas son peligrosos y a que en ocasiones se aplican
en condiciones inapropiadas es conveniente interponer una barrera entre ellos y el
cuerpo de quien lo aplica. Esta barrera es aún más necesaria en los casos de aplicación
de peligrosos –Ia y Ib–.
16 Para una mayor información sobre las áreas de riesgo ver anexo N° 2
Gráficos 10, 11 y 12
Protección durante la aplicación
51
Nada
Guantes
Botas
Pantalón
Camisa
Máscara
Otros
Protección durante la aplicación zona norte %
Utiliza guantes, botas y máscara
Nada
Guantes
Botas
Lentes
Pantalón
Protección durante la aplicación zona oeste %
Especial
Camisa Especial
Máscara
Utiliza guantes, botas y másscara
Utiliza protección completa
Nada
Guantes
Botas
Lentes
Pantalón
Protección durante la aplicación zona sur %
Especial
Camisa Especial
Máscara
Otros
De las encuestas surge que tanto en las regiones norte como oeste ningún aplicador
utiliza el equipo completo, mientras que en la región sur solo dos productores –el
2,4%– utiliza el equipo completo. En el mismo sentido en las regiones sur y oste cerca
de la quinta parte de los aplicadores no utiliza ninguna protección, proporción que se
eleva al 41,2% en la zona norte. De aquellos que utilizan parte del equipo, sobresale
la utilización de botas en las tres zonas con una mayor manifestación en la zona sur.
También allí, sobresale la utilización de mascara, contrastando con la zona norte donde
solo el 3,9% los utiliza.
Por su parte el 51% de los aplicadores de la zona norte y el 38,8% de la zona sur
suelen utilizar otros elementos entre los que sobresalen las capas.
En referencia a la nula o baja utilización de elementos de protección durante la
manipulación de plaguicidas los encuestados dieron diferentes explicaciones.
En primer lugar se enuncian aquellas que atañen a cuestiones económicas relacionadas
con el costo y provisión de los equipos: “el patrón dice que son caros”, “el
patrón no te la dá”, luego a las relacionadas con las características del equipo: “es
incomodo”, “si no te morís por el plaguicida, te morís de calor”, también aparecen
aquellas relacionadas con la experiencia acumulada: “conocemos el peligro”, “lo
hacemos despacio”, “lo hacemos con cuidado” y por último las relativas al estado
fisiológico de las plantas a tratar: “las plantas son chicas, el problema es con las
altas”.
Una vez culminada la aplicación del tóxico se requiere darle un destino al líquido
remanente antes de lavar y guardar el equipo de aplicación.
Nuevamente se observa una diferencia entre las zonas, mientras que en las zonas
norte y sur un elevado porcentaje de productores aplica la totalidad del producto sobre
el cultivo, en la zona oeste cerca del 80% de los productores arroja el producto remanente,
ya sobre el suelo como en acequias de riego.
En este caso las diferencias pueden explicarse a partir de la periodicidad de las aplicaciones,
mas extendidas en el tiempo en la zona oeste, como por el mayor uso de herbicidas.
6. El desecho de envases
Las empresas fabricantes de plaguicidas y diversas instituciones privadas y oficiales
relacionadas con la actividad agrícola recomiendan que una vez finalizada la tarea del
triple lavado se proceda a la inutilización de los envases vacíos haciendo varias perforaciones
en el fondo para luego colocarlos en depósitos.
Se recomienda que estos depósitos se ubiquen en lugares apartados de la explotación,
cubiertos con materiales que impidan el accionar del viento y agua, identificados
adecuadamente y bien delimitados. La eliminación de los envases luego de su paso por
52
LA PROBLEMÁTICA DE LOS AGROQUÍMICOS Y SUS ENVASES, SU INCIDENCIA EN LA SALUD DE LOS TRABAJADORES
el almacenamiento transitorio deberá realizarse en centros de acopio o empresas habilitadas
para tal fin.
Para el caso de inexistencia de empresas de acopio se recomienda darles diferentes
destinos según el material de construcción17.
Pocas de estas recomendaciones se tienen en cuenta al desechar los envases por
parte de trabajadores y productores en el área hortícola.
En principio ningún productor perfora los envases, mientras que el 60,8% de los
productores de la zona norte, 71,9% de la zona oeste y el 81% de la sur procede a los
quemarlos.
Gráficos 13, 14 y 15:
Destino de los envases
53
REGIÓN ZONA HORTÍCOLA BONAERENSE
17 Envases de plástico: se procederá a quemarlos de a uno, en un fuego vivo preparado en un sitio alejado
del campo fuera de donde se cultiven vegetales. se utilizará ropa apropiada, evitando ejecutar esta acción
en días ventosos quemando solo pequeñas cantidades.
Envases metálicos: se deberá perforarse, aplastarse y acumularse hasta su traslado a una fundición donde
serán tratados a temperaturas superiores a los 1200°c. a esas temperaturas se eliminan todas las sustancias
preexistentes.
Para la eliminación de cenizas, restos de envases y vidrios se recomienda enterrarlos en un sitio no inundable,
alejado de fuentes e agua y de la vivienda, cercado e identificado. El pozo deberá tener más de 0,5
metros de profundidad, colocándose en el fondo una capa de arcilla para evitar la precolación de líquidos.
una vez realizado el pozo se incorporaran capas sucesivas de cenizas o envases junto a residuos orgánicos,
tierra y cal a fin de acelerar la descomposición del material peligroso. Al taparlo se deberá prestar atención
a que la cubierta de tierra quede más alta que el suelo circundante a fin de evitar el ingreso y acumulación
de agua.
Entierra
Quema
Acumula
Reutiliza
Disposición final en basural
No sabe
Destino de los envases zona norte %
Casi la totalidad de los productores encuestados quema los envases a cielo abierto
directamente en los predios. A partir de este proceso de combustión se pueden desprender
a la atmósfera, contaminantes orgánicos persistentes como las dioxinas y
furanos.
Entre las razones esgrimidas por los productores sobresalen: la necesidad de eliminar
rápidamente los envases a fin de evitar el contacto de los mismos con personas de
la familia, la inmediatez del proceso en el cual “prácticamente no aparecen restos” y a
que no conocen alternativas viables y confiables de desecho seguro.
Respecto a la acumulación, aquellos productores que manifestaron realizar esta
práctica lo hacen directamente en el predio, sin ningún tratamiento específico, ni ubicación
especial. Suelen arrojarse directamente sobre el suelo cerca de la vivienda. o
alambrados.
Aquellos productores que deciden utilizar el entierro como vía de eliminación lo
hacen sin tratamiento previo. De esta manera al concluir el contenido buscan un lugar
y allí realizan un pozo, a escasa profundidad. Al no colocarse algún producto, como la
54
LA PROBLEMÁTICA DE LOS AGROQUÍMICOS Y SUS ENVASES, SU INCIDENCIA EN LA SALUD DE LOS TRABAJADORES
Entierra
Quema
Acumula
Reutiliza
Disposición final en basural
Otros
No sabe
Destino de los envases zona oeste %
Entierra
Quema
Acumula
Disposición final en basural
Destino de los envases zona sur %
cal, que favorezca la neutralización del principio activo, este conserva su capacidad
tóxica y contaminante. Respecto a la señalización del área, a fin de evitar accidentes de
personas que residen o trabajan en la explotación, se evidencian diferencias entre las
zonas. Mientras que el 85% de los productores de la zona norte y el 50% de los ubicados
en el oeste realiza la práctica, solo el 30% de los productores del sur identifican
el lugar donde entierran los envases.
Solo tres productores manifestaron reutilizar los envases de plaguicidas luego de
finalizar el producto, en uno de los casos se para el acopio y trasvaso de combustible
de los tanques al tractor.
Por su parte puede considerarse peligroso que los envases tengan como destino
final basurales a cielo abierto tanto porque pueden convertirse en fuentes de contaminación
de napas y cursos de agua y del suelo como también provocar intoxicaciones en
aquellos que lo manipulen en mayor medida niños y recicladores de basura.
7. Relevamiento sanitario de una muestra de aplicadores de plaguicidas y de
sus familias
Este objetivo no pudo cumplirse dado que el tiempo de trabajo y los recursos disponibles
determinaron priorizar otros objetivos.
8. Grado de correlación entre determinada sintomatología en la población
afectada y el uso directo de agroquímicos
Este objetivo se pudo cumplir parcialmente. Aunque no puede confirmarse una
correlación entre el deterioro en la salud de los productores y trabajadores hortícolas,
y sus familias, y la utilización de plaguicidas es posible avizorar cierta relación entre
dichas variables.
El deterioro en las condiciones de salud puede obedecer a múltiples variables,
genéticas, alimentarias, ambientales, etc., de allí que esta multicausalidad impida realizar
aseveraciones taxativas. En el desarrollo del trabajo de campo fue posible registrar,
a partir de los comentarios de los entrevistados, y visualizar en su cuerpo signos de
deterioro en la salud en personas que han manipulado plaguicidas por lo menos durante
25 años.
En uno de ellos la persona posee sinusitis crónica luego de padecer una intoxicación
con el insecticida paratión durante el año 1992. Este productor se intoxico, cuando
era asalariado, mientras deshierbaba un cultivo de tomate luego de haber aplicado
el insecticida. Durante la entrevista permanentemente se evidenciaron síntomas de la
enfermedad. En otro caso, un productor manifestó haberse intoxicado en el año 1985
y desde entonces poseer problemas en la vista. Estos problemas se incrementaron a lo
55
REGIÓN ZONA HORTÍCOLA BONAERENSE
largo del tiempo hasta casi perder la visión de un ojo. Luego de la intoxicación estuvo
inconciente durante un día, internado quince días y sin trabajar casi tres meses.
Por último un medianero de origen boliviano manifestó que desde hace cinco años
se le presentan manchas y costras en la piel luego de aplicar tóxicos. En ocasiones las
manchas le producían ardor, impidiéndole realizar la tarea en forma adecuada.
Parece existir aunque quizás mediatizada por otras variables, un vínculo entre la aplicación
de plaguicidas y las afecciones corporales. Las horas de trabajo acumuladas en el
manejo de plaguicidas y el tipo de producto activo utilizado pueden explicar esta relación.
9. Posibles emisiones tóxicas al ambiente derivadas del uso de agroquímicos
y su posible incidencia en la salud
El trabajo permitió identificar numerosas fuentes de emisiones tóxicas al ambiente
producto del manejo inadecuado de plaguicidas y sus envases, aunque no se pudo
comprobar su influencia en la salud.
En cada una de las etapas partículas tóxicas de los plaguicidas, tanto en su fase
líquida como gaseosa, pueden alcanzar el aire, el suelo y las fuentes de agua.
Particularmente aparecen como importantes el desecho de líquidos remantes y del lavado
del equipo ya que al realizarse sobre o en las cercanías de cursos de agua, acequias
internas, pueden ser fuentes de contaminación para las familias residentes. Por otra
parte, la eliminación inadecuada de envases, principalmente por la combustión a cielo
abierto se constituye en una fuente de contaminación con dioxinas y furanos tanto en
la zona donde son destruidos como en áreas alejadas18.
10. Población expuesta más vulnerable, de alto riesgo, y sobre la que se
deberían aplicar acciones de prevención
Para cumplir esta premisa se requiere analizar el grado de conocimiento que poseen
productores y trabajadores sobre la capacidad de producir daño de los plaguicidas
y a partir de esta información la capacidad y posibilidad de llevar a la práctica acciones
concretas de prevención y protección corporal.
Acerca del conocimiento
La percepción generalizada es que los plaguicidas son peligrosos y que dada su
toxicidad especifica y las condiciones sociales y ambientales de utilización pueden provocar
daño.
De esta manera el 98% de quienes aplican en la zona norte, cerca del 97% de la
zona oeste y la totalidad de los de la zona sur manifestaron conocer la peligrosidad, ya
56
LA PROBLEMÁTICA DE LOS AGROQUÍMICOS Y SUS ENVASES, SU INCIDENCIA EN LA SALUD DE LOS TRABAJADORES
18 Los contaminantes orgánicos persistentes poseen la característica de poder evaporarse, recorrer largas distancias
arrastrados por el viento hasta depositarse, convertido en sólido, sobre el suelo o la vegetación.
a partir de la experiencia de uso como por la obtención de información de diversas
fuentes.
No obstante lo afirmado, el 13,7% de los entrevistados de la zona norte, el 12,5%
de la zona oeste y el 18,8% de la zona sur manifestó conocer a personas resistentes a
los plaguicidas, por lo general se refieren a personas que aplicando o aún tocando
directamente con sus manos los plaguicidas, suelen no manifestar síntomas de intoxicación.
Algunos de los entrevistados manifestaron que ellos mismos resistían a los tóxicos
y que por ello los manejaban sin protección específica.
El “mito” de la resistencia recrea la posibilidad de evitar intoxicarse, potenciando el
desarrollo de problemas en la salud de tipo agudo y crónico.
El marbete o etiqueta del envase aparece como el dispositivo a partir del cual se
recibe la información sobre la peligrosidad de los plaguicidas.
El 23,5% de los encuestados de la zona norte, el 65,6% de la zona oeste y el
57,6% de la zona sur manifestaron que la información suministrada por el marbete es
clara y suficiente como para realizar una aplicación correcta. Por el contrario el resto de
los encuestados manifestó tener problemas, ya para leer como para comprender la
información sobre las dosis, modos de aplicación y / toxicidad. Se puede afirmar que la
operación de aplicar plaguicidas se inicia en forma incorrecta al no obtener información
sobre aquello que se esta utilizando.
El problema puede agravarse cuando esta etiqueta no se halla presente, ya por la
compra de plaguicidas fraccionados o por el deterioro debido al almacenarse bajo condiciones
inadecuadas.
La experiencia acumulada en años de trabajo19, cuando menos de desarrollo de
actividades en predios hortícolas, va sentando las bases de una capacitación empírica,
a partir de la ejecución de actividades, en la cual los errores van tomando parte de ese
aprendizaje.
En referencia a la información complementaria recibida sobre la toxicidad de los
plaguicidas; el 76,5% de los entrevistados en la zona norte, el 90,5% de aquellos de
la zona oeste y el 70,6% de aquellos que tiene sus predios en la zona sur manifestaron
haber recibido algún tipo de información.
Dadas las características tóxicas de los plaguicidas y como un conocimiento previo
al del establecimiento de prácticas de manejo preventivas y de la utilización del equipo
de protección se hace necesario conocer las vías de su ingreso al organismo. Estos productos
pueden ingresar tanto por la piel, como por las vías respiratorias, la boca y los
ojos. Cada una de las vías de ingreso puede relacionarse con las características físicas y
químicas propias de los diferentes principios activos.
Mientras que el 94% de los productores de la zona norte, el 84% de la zona oeste
y el 96, 5% de la zona sur conocen por lo menos una vía de ingreso, solo dos productores,
uno de la zona norte y uno de la zona sur conocen la totalidad de las vías de
57
REGIÓN ZONA HORTÍCOLA BONAERENSE
19 Cerca de un 25 % de los aplicadores ha iniciado sus actividades a edades inferiores a los 15 años.
entrada. Esta situación no solo determina una insuficiente protección sino además se
presta poca atención a las condiciones ambientales.
Merece atención que cerca del 15% de entrevistados de la zona oeste manifestaran
no conocer ninguna vía de ingreso de los plaguicidas al cuerpo.
La mayoría de los encuestados puestos en una situación de padecer una intoxicación
manifestaron que concurrirían al servicio de salud más cercano para recibir tratamiento
adecuado. De esta manera la totalidad de los encuestados en la zona norte,
el 95% de la zona oeste y el 98, 8% de la zona sur buscarían atención en un servicio
de salud en el caso de registrar una intoxicación. En la misma situación y antes de buscar
atención médica, el 43% de los encuestados de la zona norte, el 4,7% de la zona
oeste y solo el 2,4% de la zona sur tomaría alguna medida como lavarse con abundante
agua y cambiarse la ropa, antes de concurrir al servicio de salud.
Las prácticas preventivas
La prevención comienza con la utilización del equipo de protección. Que solo dos
de los productores encuestados utilice la totalidad del equipo de protección recomendado,
permite inferir una mala base y que cualquier práctica ulterior será insuficiente.
El reemplazo de parte del equipo por sucedáneos de dudosa eficacia, pañuelos en la
boca, capas construidas con bolsas de plástico, no suele brindar la protección esperada.
El uso del equipo se relaciona con las condiciones climáticas imperantes en el
momento de la aplicación de los productos.
En primer lugar sobresale la circunstancia de que solo un productor de los encuestados
tiene en cuenta todos los parámetros –viento, calor, lluvia y humedad–, mientras
que el resto solo tiene en cuenta aspectos parciales. En este caso mientras que el norte
y oeste el primer elemento que se tiene en cuenta es el viento, con 74,5% y 81,3%
respectivamente, en el sur sobresale el calor. Una de las explicaciones a esta elección se
relaciona con la mayor cantidad de invernáculos existentes en esta zona.
Por su parte una proporción de los aplicadores que va desde el 7, 1% en la zona
sur al 15,7% en la zona norte no tiene en cuenta las condiciones. Esta situación se relaciona
con la rapidez en la ejecución de las actividades ligada a los procesos de flexibilización
laboral y a la necesidad de presentar un adecuado producto en los mercados.
Tanto la no utilización de equipo como su utilización parcial conllevan a una mayor
exposición del aplicador respecto del producto tóxico. Mientras que el viento y en
menor medida la lluvia pueden arrastrar las partículas hacia quien realiza la tarea, las
elevadas condiciones de temperatura pueden favorecer la evaporación de aquellos productos
que poseen como característica química una baja tensión de vapor.
Las condiciones de elevada humedad y de temperatura determinan una menor
consideración y uso de aquellos elementos que pueden proteger al trabajador – guantes,
máscaras, capa.
58
LA PROBLEMÁTICA DE LOS AGROQUÍMICOS Y SUS ENVASES, SU INCIDENCIA EN LA SALUD DE LOS TRABAJADORES
Relacionado con las condiciones climáticas se halla el momento del día en la cual
se realiza la aplicación tanto en los aspectos que hacen a la utilización del equipo protector
como por las condiciones que propician cambios químicos en el plaguicida.
Respecto a las horas del día donde se realiza la aplicación entre el 89,1% de los
productores de la zona oeste al extremo del 96% de la zona norte realizan las aplicaciones
a la mañana temprano y al atardecer, cuando las condiciones de temperatura y
humedad son más adecuadas desde el punto de vista del aplicador, ya que determina
en una mayor predisposición a utilizar el equipo de protección, además favorecen la
permanencia del plaguicida sobre las plantas.
De todas maneras resulta notable que un acumulado del 40% de los productores
de la zona norte realice sus aplicaciones a media mañana, mediodía o media tarde,
cuando las condiciones suelen no ser propicias, máxime en el verano.
Además de poseer el equipo y prestar atención a la hora del día donde se realiza
la aplicación se requiere conocer a fondo las características del producto y sus modos
de aplicación, de allí que resulta indispensable contar con asesoramiento específico.
El proveedor de insumos se convierte no solo en el asesor acerca de la necesidad
de aplicar, el producto a utilizar y las dosis sino quien articula toda la estrategia llevada
a cabo por el productor.
Los diferentes porcentajes existentes entre las zonas norte y sur respecto a la oeste
al asesoramiento recibido por parte de los proveedores pude relacionarse con una
menor oferta comercial derivada de las modalidades productivas, cultivos y con el atraso
tecnológico. En este caso, la zona oeste es menos valorada por los vendedores ya
que no la consideran apropiada para hacer adecuadas transacciones. Una situación
diferente ocurre en las zonas norte y sur donde el permanente avance tecnológico, los
cultivos de fruto y la presencia de invernáculos las torna más atractiva desde el punto
de vista comercial.
La mayor proporción de productores que reciben asesoramiento de organismos
estatales en las zonas norte y sur se vincula a la existencia de planes de extensión directamente
vinculados con la Dirección Provincial de Desarrollo Rural –Programa Cambio
Rural Bonaerense– y de agencias de extensión del INTA
Tan importante como el asesoramiento recibido resulta el estado de los envases n
los cuales son adquiridos. En este sentido, que el 45% de los productores de la zona
norte y el 36,5% de la zona sur adquieran los agroquímicos en envases abiertos –fraccionados–,
permite inferir el desarrollo de prácticas inadecuadas, dado que al no poseer
el envase original no se puede leer el marbete con las indicaciones.
Otra práctica inadecuada, relacionada con la compra fuera de su envase original,
es la de trasvasar el contenido del envase original a otro. En este caso también se pierde
la posibilidad de lectura del marbete. Dentro de la zona hortícola el 43% de los productores
del Norte, 20% del oeste y 37% ubicados en el sur realizan esta práctica.
Las aplicaciones de agroquímicos se realizan bajo dos modalidades a) equipos
manuales denominados “mochilas” y b) equipos mecánicos de arrastre. En los prime-
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REGIÓN ZONA HORTÍCOLA BONAERENSE
ros la cercanía de los aplicadores al producto químico es mayor, pudiéndose producir
intoxicaciones. En este caso el botalón del equipo se ajusta a la espalda del trabajador
y es éste quien con sus manos da presión al equipo y dirige la “lanza” por cuyo extremo
se proyecta el químico sobre el cultivo.
En el caso de las pulverizaciones, el aplicador desde el tractor organiza la tarea,
regulando la presión del equipo, dirección de aplicación, etc. Si bien en este caso se
presenta menos posibilidades de acercamiento al químico, también pueden surgir intoxicaciones
ante desperfectos en el equipo de presión o en el botalón.
El equipo requiere ser mantenido no solo para verificar su buen funcionamiento
sino para considerar la ausencia de fisuras, marcas, o pérdidas.
De las encuestas surgen diferencias entre las zonas productivas, mientras que en el
oeste el 87,5% de los entrevistados revisa el equipo con cierta periodicidad acorde con
el tiempo de uso, la proporción decae notablemente en las zonas norte y sur. Por el
contrario resulta significativo que en estas zonas cerca del 25% de los encuestados
manifiesta no revisar nunca el equipo. Estas diferencias pueden relacionarse con la
mayor presencia de los productores en los predios y en la ejecución de las tareas en el
oeste en contraposición de con las zonas norte y sur con mayor proporción de trabajadores
medieros y asalariados.
Por otra parte las características del modo de producción y cultivos desarrollados en
la zona oeste determina una menor necesidad de aplicación de agrotóxicos con lo cual
entre una aplicación y otra transcurre un lapso de tiempo que obliga a una revisión
general del equipo.
Dado que la integridad y buen funcionamiento del equipo de aplicación resultan
indispensables a fin de evitar una intoxicación, aparece como necesario someter al
equipo a una revisión por parte de organismos especializados.
Respecto a quien realiza la revisión del equipo sobresale la ausencia de contralor
por parte de organismos privados o estatales. Solo un productor recibe la revisión por
parte de un técnico que pertenece a un plan de capacitación oficial.
Por su parte en la mayoría de los casos, y sin diferencias entre las tres zonas, la revisión
del equipo la realiza el mismo productor. Claramente esta revisión estará impregnada
por los conocimientos, tiempo de trabajo y metodologías propias de este agente.
Acerca del triple lavado
Diversas instituciones entre las que sobresalen el INTA y la Cámara de Fabricantes
de Productos Fitosanitarios y Fertilizantes recomiendan realizar el triple lavado de los
envases antes de proceder a su eliminación. Después del uso, en los envases de plaguicidas
quedan remanentes del producto tóxico con potencialidad de causar daño. De
esta manera se hace necesario eliminarlos adecuadamente.
El triple lavado es una técnica que consiste en enjuagar tres veces el envase vacío
hasta que solo queden trazas del producto. Para realizar en forma correcta esta acción
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LA PROBLEMÁTICA DE LOS AGROQUÍMICOS Y SUS ENVASES, SU INCIDENCIA EN LA SALUD DE LOS TRABAJADORES
se debe llenar el envase con agua hasta una cuarta parte de su capacidad, luego se
coloca la tapa y se agita enérgicamente, por último el agua procedente de esta limpieza
se agregará en el tanque de la pulverizadora para ser utilizado en la aplicación sobre
el cultivo o el suelo.
Solo el 13,7% de los productores de la zona norte, el 20% de la zona oeste y el
16,5% de los ubicados en el sur conoce el triple lavado y de ellos menos de la mitad
lo realiza la operación en forma correcta.
Esta situación permite inferir que una gran cantidad de envases se entierran, almacenan
en el campo, se arrojan a basurales y reciclan sin una adecuada eliminación del
principio activo.
Gráficos 15, 16 y 17:
Conocimiento del triple lavado
61
REGIÓN ZONA HORTÍCOLA BONAERENSE
Conoce
No conoce
Zona norte%
Conoce
No conoce
Zona oeste %
Conoce
No conoce
Zona sur %
Es probable que este desconocimiento se relacione con la inexistencia de planes de
capacitación “in-situ” tal que permitan a los aplicadores conocer en profundidad las
herramientas incluidas en el manejo integral de envases.
Respecto a la ropa utilizada al realizar el triple lavado no guardan diferencias respecto
a los utilizados durante la etapa de aplicación.
El líquido remanente del lavado del equipo suele arrojarse al suelo lindante a los
cultivos o en cursos de agua internos –acequias– utilizados para el riego de los cultivos.
Esta última práctica, ejecutada por la mayoría de quienes realizan el triple lavado,
puede llevar a la contaminación de los suelos y de las napas de agua.
Gráficos 18, 19 y 20:
Modo de realización del triple lavado
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LA PROBLEMÁTICA DE LOS AGROQUÍMICOS Y SUS ENVASES, SU INCIDENCIA EN LA SALUD DE LOS TRABAJADORES
Zona norte% Zona oeste %
Zona sur %
Incorrecto
Correcto
Incorrecto
Correcto
Incorrecto
Correcto
El 67% de los encuestados de la zona oeste, el 62% de la zona norte y el 46% de
la zona sur conocen personas que se han intoxicado con plaguicidas ya durante su
manipulación en las tareas laborales como por ingestión o pulverización accidental. Los
Porcentajes de la zona oeste y norte pueden considerarse como elevados e indicativos
de la relación entre un manejo inadecuado de los plaguicidas y sus envases.
63
REGIÓN ZONA HORTÍCOLA BONAERENSE
El registro de intoxicaciones en el área
Aunque parcial, y quizás poco representativo, el registro de los casos de intoxicación
que los encuestados manifestaron conocer, permite avizorar la relación entre las
estrategias y prácticas de manejo de los agrotóxicos con el suceso de una intoxicación.
Gráficos 21, 22 y 23
Conocimiento sobre personas intoxicadas
Zona norte% Zona oeste %
Zona sur %
No

No

No

Respecto a la condición laboral y edad de los intoxicados se destacan las intoxicaciones
de aplicadores, en general varones y mayores de quince años
10. Marco normativo provincial y municipal aplicable en materia de
Agroquímicos y de los residuos que genere su utilización
Las disposiciones nacionales
La Argentina carece de una legislación perfecta que regule la adquisición y uso de
agroquímicos, por ello su regulación se realiza a partir de decretos y disposiciones legales.
Las normativas que regulan la investigación, fabricación, uso y deposición de envases
de agroquímicos incluyen una serie de decretos de ley, resoluciones y disposiciones
realizadas por una serie de organismos desde 1958 a la fecha.
La resolución nº 350/99 complementada por resolución de SENASA/ 230 del 24 de
marzo del año 2000, aprueba el manual de procedimientos, criterios y alcances para el
registro de productos fitosanitarios en la República. Argentina.
En ella se apunta a un equilibrio entre el interés público y las facultades de fiscalización
del servicio nacional de sanidad y calidad agroalimentaria en establecimientos
productores de productos fitosanitarios, y el interés privado y consecuentes derechos
de los titulares de esos establecimientos. En esta resolución se determina las investigaciones
a realizar para la aprobación de productos químicos, las dosis recomendadas
según los cultivos, los días de carencia y la toxicología.
Dentro de las normativas relacionadas con la horticultura cabe destacar la
Resolución N° 71/99 SAGPyA, que aprueba la guía de buenas prácticas de higiene y
agrícolas para la producción primaria (cultivo-cosecha), empacado, almacenamiento y
transporte de hortalizas frescas.
En la misma se detallan las recomendaciones sobre buenas prácticas, como así
también se consideran los aspectos de capacitación, documentación y registro del personal
y el rastreo y retiro de los productos del mercado en caso de detectar peligro para
la salud del consumidor.
Cotejando dicha resolución con las observaciones y registros realizados en las visitas
a establecimientos hortícolas permite confirmar que subsisten una serie de recomendaciones
específicas que no son tenidas en cuenta en las prácticas concretas.
1. Verificar la integridad de los envases, etiquetas y marbetes de los productos
que adquiera. Guardar los productos fitosanitarios en sus envases originales
con las respectivas etiquetas y marbetes.
Respecto al etiquetado la resolución 145/96 de IASCAV fija el formato, tipo y distribución
de la información en las etiquetas.
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LA PROBLEMÁTICA DE LOS AGROQUÍMICOS Y SUS ENVASES, SU INCIDENCIA EN LA SALUD DE LOS TRABAJADORES
El etiquetado se regirá por la directriz general de la FAO sobre etiquetado correcto,
adoptándose el sistema de clasificación de los plaguicidas según sus riesgos, desarrollado
por la OMS. Además se colocaran bandas de diferentes colores evidenciando las
diferentes categorías toxicológicas.
Por su parte la disposición N° 11 del Servicio Nacional de Sanidad Vegetal normaliza
el envasado, cierre, acondicionamiento capacidad y material de los envases de terapéuticos
de uso agrícola.
De las entrevistas y la observación realizada en las explotaciones hortícolas se ha
verificado que en muchos casos la adquisición, acopio y utilización de productos fraccionados
fuera de sus envases originales y sin identificación.
La práctica de no conservarlos en sus envases originales determina no solo mayores
posibilidades de accidentes por derrames o ingestión involuntaria sino que al no
poseer la etiqueta identificatoria no se conoce con certeza la información que de ella
se deriva.
2. Preparar y aplicar los productos respetando estrictamente las recomendaciones
de los marbetes en cuanto a: dosis, momento de aplicación, condiciones
ambientales, limpieza del agua para la preparación de los caldos, etc.
Si bien los productores y trabajadores encuestados afirmar leer el marbete, y respetar
las indicaciones que le da el proveedor de insumos, rara vez se hallan en las explotaciones
instrumentos de medición que permitan aplicar la dosis justa.
Esta situación implica que se utilice una mayor cantidad de producto que la indicada
pudiéndose de esta forma cargar a las plantas con una dosis de plaguicida mayor a
la recomendada.
3. El aplicador deberá tener vestimenta apropiada y conocer y respetar todas
las normas para el uso seguro de plaguicidas.
Es posible entrever una cierta “lucha”, cierta posición antagónica entre los trabajadores
y los productores en relación a la provisión del equipo. Es así que los productores
manifiestan aplicar ellos mismos con el equipo completo y obligar a los trabajadores
a hacerlo, afirmando la existencia una gran resistencia en estos últimos a utilizarlo.
Por su parte los trabajadores mencionan que en su afán de reducir costos, los productores
no adquieren el equipo de protección.
4. Respetar los tiempos de carencia indicados, es decir el tiempo que debe
pasar desde la aplicación del producto hasta la cosecha.
Al respecto la resolución del SENASA 256/2003 establece las tolerancias o límites
máximos de residuos de plaguicidas en productos y subproductos agropecuarios.
65
REGIÓN ZONA HORTÍCOLA BONAERENSE
La resolución indica para cada producto químico, las tolerancias máximas de residuos
en cada uno de los vegetales cultivados. También allí se establecen los tiempos de
carencia según principio activo, formulación y cultivo tratado.
Por último, se realiza un listado de los principios activos prohibidos o de uso restringido
según las leyes, decretos, disposiciones y resoluciones vigentes.
El respecto del tiempo de carencia es quizás el punto más conflictivo en el proceso
de aplicación de plaguicidas.
La legislación en la provincia de Buenos Aires
Con respecto a la provincia de Buenos Aires en septiembre de 1988 fue sancionada
la ley de agroquímicos que bajo el N° 10.699 propone como objetivos principales:
la protección de la salud humana, los recursos naturales y la producción agrícola, evitar
la contaminación de los alimentos y del medio ambiente, mediante la correcta y
racional aplicación de los productos químicos).
En la misma se toman bajo control todas las etapas que hacen a la elaboración,
comercialización, almacenamiento, hasta el tratamiento y control de residuos de los
compuestos químicos mencionados en la ley.
En el Artículo N° 7 se realiza una clasificación de los agroquímicos conforme al riesgo
y peligrosidad que se enfrente en su utilización, de esta forma los químicos podrán
ser de uso y venta libre, de uso y venta profesional y de venta y uso restringido.
En el último grupo se hallan los sumamente peligrosos para la salud humana y el
medio ambiente. Su comercialización es registrada a fin de identificar a los usuarios.
Resulta particularmente interesante el articulo N° 12 en donde se explicita que todo
producto contaminado con plaguicidas en cantidades mayores a las toleradas será
decomisado y destruido.
A partir de las entrevistas a productores, asesores y proveedores de insumos es
posible afirmar que una gran parte de los principios enunciados en la ley, no se cumplen
o solo se tienen en cuenta parcialmente. Esto guarda relación con por lo menos
dos elementos; por un lado el desconocimiento de la ley por parte de los productores
y la ausencia de una supervisión real e “in-situ” de los organismos de contralor.
Los artículos 7 y 8 de la ley 10.699 prevén la exigencia de una receta agronómica
obligatoria para aquellos productos más riesgosos, también puede suceder que una vez
introducidos al mercado, el organismo de aplicación detecte su toxicidad para los seres
vivos y el medio ambiente. Es entonces cuando se suspende la venta y el uso del producto
cuestionado, provocando su exclusión o restricción de uso.
Por último según el artículo 50 del decreto 499/91 de organismo de aplicación
podrá efectuar evaluaciones acerca de los efectos tóxicos directos o indirectos que
pudieran ocasionar determinados agroquímicos ya autorizados.
De las encuestas y del relato de los productores y trabajadores puede inferirse que
las evaluaciones de los efectos tóxicos de agroquímicos ya autorizados, suele ser tardía
66
LA PROBLEMÁTICA DE LOS AGROQUÍMICOS Y SUS ENVASES, SU INCIDENCIA EN LA SALUD DE LOS TRABAJADORES
e influenciada por presiones comerciales. Los casos de los insecticidas furadan y endosulfan
donde se acumulan pruebas de su impacto en la salud y en el ambiente, en nuestro
país y en el resto del mundo, es una prueba de ello.
11. Áreas del gobierno provincial y municipal responsables en materia de
agroquímicos (salud, ambiente, etc.)
En la actualidad, el SENASA - Servicio Nacional de Sanidad y Calidad
Agroalimentaria, dependiente de la Secretaria de Agricultura, Pesca y Alimentación, es
el responsable de regular el uso de plaguicidas. Dentro de este servicio es la Dirección
de Agroquímicos, Productos Farmacéuticas y Veterinarios quien debe fiscalizar el cumplimiento
de las normas vigentes sobre la producción, comercialización y uso de plaguicidas,
sus envases y rótulos.
Por su parte en la provincia de Buenos Aires el Ministerio de Asuntos Agrarios es el
organismo de aplicación de la ley de agroquímicos pudiendo coordinar su acción con
el Ministerio de Salud y con otras reparticiones estatales, universidades, entidades oficiales
y privadas con la finalidad de incrementar su eficacia y así disminuir los riesgos
de intoxicación y contaminación del medio ambiente.
A nivel de los municipios correspondientes al área hortícola, las Secretarias de
Ambiente y/o de Ecología son las encargadas de realizar el monitoreo del uso efectivo
de los plaguicidas.
Al relacionar la legislación vigente con la real posibilidad de realizar una adecuada
supervisión in-situ sobresale la falta de relación entre la tarea a realizar y los recursos
asignados. La carencia de infraestructura y de recursos humanos imposibilita llevar a la
práctica los principios enunciados.
Se requiere para la adquisición de algunos tóxicos –los más peligrosos– la presentación
de una “receta agronómica” confeccionada por un asesor técnico. De las entrevistas
surge que el suministro de plaguicidas se realiza sin mediar ningún tipo de diagnóstico
que de origen a una prescripción escrita.
Una situación similar sucede con el tiempo de carencia. Tanto productores como en
trabajadores el registro y la asimilación de los tiempos de carencia se percibe como algo
difuso, “un tiempo que debe respetarse entre la aplicación y la cosecha”, que es lo suficientemente
laxo como para permitir la cosecha de hortalizas luego de dos días de aplicación,
si el precio de mercado es aceptable según las expectativas del productor.
También se ha registrado una cierta relación entre el respeto de los tiempos de
carencia y el mercado donde se envían las hortalizas. Si el mercado cuenta con un laboratorio
donde se realiza control bromatológico –las hortalizas a analizar se extraen por
muestreo intencional– o se comercializa en el predio, los productores suelen respetar el
tiempo de carencia. Por el contrario, si las hortalizas se comercializan en mercados
alternativos, sin control bromatológico, no se respeta el tiempo de carencia.
67
REGIÓN ZONA HORTÍCOLA BONAERENSE
Esta última situación refiere a la imposibilidad del estado de controlar fehacientemente
el estado en que se comercializan las hortalizas con destino al consumo en fresco
en la provincia de Buenos Aires.
Otro de los aspectos relevantes que hacen al incumplimiento de la legislación
vigente hace referencia a los aspectos laborales. Casi la totalidad de los trabajadores
hortícolas realizan sus tareas sin un registro adecuado, “en Negro”.
Enmarcado en lo que se ha denominado flexibilización laboral, los trabajadores realizan
sus tareas sin horario fijo, obteniendo salarios en base a la productividad –tanteros–
o con relación a los ingresos globales –medianeros– y relacionado con este trabajo,
aplicando agroquímicos sin un conocimiento acabado de su composición y aún sin
la protección necesaria.
Respecto a las posibilidades de capacitación e información en los sectores formales
e informales de la educación, las posibilidades son mínimas. Si bien los contenidos relacionados
con los plaguicidas aparecen entre los impartidos en la Educación General
Básica, los mismos son fragmentados y sin una relación estrecha con la realizad, aún
son presentados de manera parcial sin una correlación con elementos de orden económico
y social.
No se han registrado planes de capacitación a nivel de las instituciones de instrucción
técnica y de formación de oficios. Solo se han hallado en el área instituciones de
nivel superior, universidades, y ONGs que realizan charlas periódicas y distribuyen material
informativo.
Por último se hace necesario resaltar que la utilización de plaguicidas se realiza en
un marco socioeconómico caracterizado por una pauperización en las condiciones de
vida, y de trabajo, de amplios sectores de la población residente o no en el área junto
a una reestructuración en las funciones de los organismos del Estado.
Estas condiciones han determinado entre otras un cambio en las pautas de consumo
de alimentos, profundizado el deterioro en las condiciones laborales y un menor
contralor en la producción y comercialización de alimentos. Unas y otras se imbrican
para producir un uso desaprensivo de plaguicidas y con ello contaminación en alimentos
e intoxicaciones en seres humanos.
IV. Conclusiones
• La actividad hortícola puede definirse como un campo de acciones donde los productores
entre sí y con los trabajadores luchan por una porción del capital en
juego.
• Los plaguicidas suelen utilizarse a fin de controlar o mitigar el accionar de las plagas,
se trata de tecnologías químicas utilizadas aisladamente en ausencia de un
plan integral de manejo de insectos y enfermedades. Aunque una parte de los
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LA PROBLEMÁTICA DE LOS AGROQUÍMICOS Y SUS ENVASES, SU INCIDENCIA EN LA SALUD DE LOS TRABAJADORES
entrevistados conoce estrategias de manejo basadas en el control biológico no
las llevan a la práctica.
• Por lo general el inicio de las actividades relacionadas con la manipulación de plaguicidas
se hace a edades tempranas, a partir de una capacitación informal,
visualizando el trabajo de otros trabajadores. Esta capacitación a partir del ensayo
y error puede incidir en el acontecimiento de intoxicaciones.
• Si bien la mayoría de los entrevistados manifestó conocer la peligrosidad de producir
daño de los tóxicos de ello no suelen derivarse prácticas concretas como la
utilización de ropa y equipo de protección adecuados.
• Aunque en su mayoría los productos se adquieren en sus envases originales, subsisten
casos de compras fraccionadas. Su ausencia determina condiciones favorables
de aplicaciones inadecuadas y derivadas de ellas la posibilidad de sufrir una
intoxicación.
• Resulta ineludible el rol de los proveedores de insumos quienes al recorrer las
quintas y supervisar los cultivos, recomiendan prácticas para el manejo de insectos
y enfermedades, basadas en el control químico. Este los asesora sobre los químicos
a aplicar, dosis y en ocasiones normas de prevención.
• En esta actividad se encuentran diferentes áreas de riesgo, donde puede producirse
una intoxicación. Las etapas de dosificación y aplicación son las más emblemáticas,
no tanto porque abarcan un alto porcentaje de casos registrados –lo que
ya es importante– sino por la interrelación de los factores, la amplia gama de
agentes involucrados y la envergadura de las secuelas. En éstas etapas, factores
de origen ambiental, económico, y cultural se entrelazan para producir casos de
intoxicación, ya en las personas involucradas en el desarrollo de las tareas como
en aquellas ubicadas en las inmediaciones.
• La multiplicidad de tareas productivas, determina una muy baja consideración en
estado de las tecnologías empleadas, en este caso no se realiza una revisión adecuada
del equipo de aplicación, como en el cumplimiento de las normas para la
prevención de accidentes.
• La posibilidad de contratar mano de obra por parte de los productores empresariales
determina que las pulverizaciones sean realizadas por trabajadores asalariados
y medianeros. Estos últimos aparecen como los más expuestos a sufrir intoxicaciones
a partir de las estrategias de acumulación, basadas en la explotación
propia y del grupo doméstico.
• La posibilidad de padecer una enfermedad de tipo crónico no resulta lo suficientemente
conocida en la mayoría de los casos analizados.
• El desecho de envases y líquidos remanentes se realiza en forma inadecuada. Por
su parte los líquidos remanentes del lavado del equipo se arrojan ya sobre el suelo
como en acequias internas potencializando la contaminación dentro como fuera
del predio.
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REGIÓN ZONA HORTÍCOLA BONAERENSE
• No existe una legislación perfecta que tome en cuenta la integridad de los factores
involucrados en la utilización de los plaguicidas. Esta situación favorece una
adquisición indiscriminada, la manipulación por personal no calificado, la aplicación
inadecuada y la falta de respeto en el tiempo de carencia.
• Los consumidores aparecen como un actor oculto en la problemática de aplicación
de plaguicidas en áreas agrícolas, pero son tan partícipes en el desarrollo de
las estrategias de aplicación como en sus consecuencias. Las hortalizas contaminadas
pueden llegar a los consumidores a partir de los débiles controles existentes
en los centros de comercialización.
V. Recomendaciones
• Se debe legislar para un país real, atento a las condiciones sociales y culturales
imperantes. Las reglamentaciones además de requerir una correlación con la vida
cotidiana, deben actualizarse al ritmo del avance en el conocimiento sobre el
impacto de los plaguicidas en seres humanos y el ambiente.
• Se hace necesario dotar de infraestructura y recursos humanos a los organismos
de contralor tanto de las condiciones laborales como de las relativas al ciclo de
vida de plaguicidas
• Se debería prestar atención al control bromatológico en los mercados concentradores,
previa sensibilización y capacitación en el manejo integral de plaguicidas.
• Cabe la necesidad de implementar planes de difusión y sensibilización, a la
población en general y a las residentes en áreas hortícolas en particular, sobre las
características e impacto de los plaguicidas. A su vez deberán analizarse, discutirse
e implementarse planes de capacitación adecuados a las condiciones reales de
vida y trabajo. Estos planes deberían incluir la capacitación en producción orgánica.
• Sería conveniente profundizar las investigaciones sobre impacto de plaguicidas
en la salud a partir de metodologías de tipo cualitativo; etnografía, historias
de vida, otros.
• Dadas las deficiencias en el registro y notificación de las intoxicaciones, se requiere
encarar planes de capacitación destinado a los integrantes del sector de la
salud a fin mejorar cuali y cuantitativamente dichos registros. Solo a partir de
registros confiables se podrá conocer la dimensión real de las intoxicaciones con
plaguicidas y sus secuelas en la salud.
• Seria recomendable realizar estudios epidemiológicos a la población en riesgo
dada su vinculación directa o indirecta con los agrotóxicos.
• Se debe prestar especial atención a los envases, ya desde los materiales de construcción
a como de llevar a la práctica adecuados planes de eliminación en el cual
70
LA PROBLEMÁTICA DE LOS AGROQUÍMICOS Y SUS ENVASES, SU INCIDENCIA EN LA SALUD DE LOS TRABAJADORES
tomen parte productores, municipios y empresas. Los métodos de eliminación
deben ser integrales atendiendo a que los envases resultan tóxicos no solo por su
contenido sino por su material de constitución.
• Se deberían discutir e implementar políticas de estado en espacial las de
desarrollo y extensión dirigida a los pequeños productores, así como las políticas
laborales en espacial las que regulen las condiciones de vida y trabajo dentro de
las explotaciones hortícolas.
VI. Bibliografía
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hortícola bonaerense: causas, consecuencias y estrategias adoptadas para paliar
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SENASA. Curso sobre Legislación y manejo de productos fitosanitarios, Bs. As 2005

domingo, 16 de octubre de 2011

Alimentación y Cosmovisión quechua con Sachasawila por Sacha Sawila

Alimentación y Cosmovisión quechua con Sachasawila

Sacha Sawila transmite la formación comunitaria de tradición quechua, a través de los distintos planos integrados de la vida.
"En nuestra comunidades, los alimentos y la manera de prepararlos son una forma de conectarnos con la sabia Naturaleza, aprendiendo a vivir en armonía con todo lo que nos rodea.
A traves del rescate de los alimentos originarios de estas tierras y su elaboración, buscaremos recobrar la conciencia de una alimentación equilibrada, que participe del movimiento pleno de la vida."

Un espacio para vivenciar el suma kawsay o “dulce vivir”, legado ancestral de nuestros pueblos originarios.
-Alimentación andina y medicinas naturales
-Espiritualidad y ceremonias
-Lengua y costumbres
-Danzas y cantos
-Hilado, telares, teñidos naturales

Los invitamos a participar de una experiencia de trasmisión grupal de la práctica alimentaria Andina. Con degustación de lo cocinado…
Modalidad: dos sábados al mes, de 11 a 15 hs.
Al final se comparte la preparación de la comida entre los participantes.