miércoles, 26 de diciembre de 2012

“Modalidades de intervención para el desarrollo rural local en Open Door, partido de Luján, provincia de Buenos Aires” María Carolina Feito. carofeito@gmail.com. (CONICET/NADAR) Pedro Aboitiz. peteraboitiz@gmail.com (Maestrando en Desarrollo Rural FAUBA)

V Congreso Argentino y Latinoamericano de Antropología Rural Grupo de Trabajo: 8. Modalidades de Intervención en el Desarrollo Rural Local “Modalidades de intervención para el desarrollo rural local en Open Door, partido de Luján, provincia de Buenos Aires” María Carolina Feito. carofeito@gmail.com. (CONICET/NADAR) Pedro Aboitiz. peteraboitiz@gmail.com (Maestrando en Desarrollo Rural FAUBA) 1. Introducción Proponemos una mirada que intenta articular investigación y extensión para analizar modalidades de intervención en el desarrollo rural, implementadas en la localidad de Open Door (partido de Luján, provincia de Buenos Aires). Analizamos un proceso de innovación organizacional de productores en transición a la agroecología, que están recreando un sistema de certificación social de sus productos, a partir de la implementación de un proyecto de desarrollo local. Tanto el INTA (mediante el programa Cambio Rural), como el Municipio (organizando una feria franca y articulando con otros sectores), realizan acciones para mejorar la capacidad productiva y el perfil comercial de agricultores familiares, mayormente migrantes bolivianos, que cultivan productos en transición agroecológica. Focalizamos en aspectos como: innovación organizacional de productores; formas de comercialización; articulaciones de actores sociales involucrados en el proceso de desarrollo local. Desde la interfase que surge entre los autores (en tanto uno es ingeniero agrónomo técnico de terreno1 y la otra, antropóloga investigadora2), aportamos elementos generales para la discusión sobre el rol de la agricultura familiar en un modelo de desarrollo agrario argentino. 2. Aspectos institucionales de las modalidades de intervención social La implementación de una intervención de desarrollo puede describirse como el momento en que diversos dominios sociales se entrecruzan y son mutuamente 1 Aboitiz es agente de proyecto y coordina a los promotores asesores del programa Cambio Rural del INTA en el partido analizado. 2 Feito está desarrollando una investigación con metodología etnográfica, titulada: “Tensiones y conflictos en la convivencia de ruralidades heterogéneas. El caso del partido de Luján, provincia de Buenos Aires.” construidos. Focalizar la atención en esa interfase de diferentes actores, permite ver arenas de conflicto, donde se negocian prácticas, discursos y sentidos, que a la vez modelan la intervención de desarrollo (Rodríguez Bilella, 2004a). ¿Cuál es el papel que juegan los distintos actores que participan de espacios organizativos en el desarrollo de proyectos específicos? Estos espacios comprenden sujetos locales, en lo referido a la acumulación de capacidades de gestión colectiva, así como sujetos que personifican la intervención de instituciones externas (gubernamentales o no). Los distintos tipos de actores conservan un significativo grado de autonomía que les permite preservar sus representaciones e intereses particulares y sectoriales, al tiempo que participan del proyecto cumpliendo objetivos grupales e institucionales. 2. Agentes y actores sociales en términos de la problemática del desarrollo El enfoque constructivista basado en la orientación de los actores, tiene como presupuesto básico que todo influjo externo (proveniente del Estado, del mercado, de grupos dominantes, etc.) es mediatizado por los mismos actores directos del desarrollo (y las organizaciones locales que éstos integran), trabajando con esos factores externos a favor de sus propios intereses y necesidades. Los actores sociales no son receptores pasivos, sino partícipes activos en procesos de transformación de la información recibida y en el diseño de estrategias, organizando interacciones individuales y colectivas frente a otros actores locales y externos. Para esto se basan en una diversidad de criterios cognitivos y de intereses, necesidades, experiencias y perspectivas. En la capacidad de modificar un estado previo de cosas, reside en último término la posibilidad de ejercicio del poder por parte de los actores, inclusive en situaciones de subordinación. Este enfoque constructivista se centra también en el estudio de las interfases entre las agencias oficiales de desarrollo rural y los usuarios potenciales o reales de sus propuestas (Benencia y Flood, 2002). Las interfases definen áreas de conocimiento e interacción que entrecruzan las perspectivas de una gran diversidad de actores (estatales, no gubernamentales, la población beneficiaria, los proveedores del crédito, tecnologías, maquinarias, herramientas, insumos, etc.) (Long, 2001). 4. Los productores hortícolas de la localidad de Open Door 2 El partido de Luján se inscribe particularmente en ciertas dinámicas "neorrurales" (Feito, 2010). A sólo 68 km de Capital, es puerta de entrada al agro pampeano, combinando peculiarmente modernas características urbanas con lo tradicional rural. Su zona de influencia es de gran potencial agropecuario y posee industrias alimenticias y manufactureras. Unido a Buenos Aires por autopista rápida y ferrocarril, Luján fue importante centro ganadero desde sus comienzos, convirtiéndose luego en centros textil, con gran peso del agro y turismo religioso y rural. Su historia y patrimonio cultural-religioso y su excelente conectividad con la Capital, favorece el turismo como uno de los principales factores de desarrollo local. Con casi 105 mil habitantes en 2008 (INDEC,2008), tiene seis localidades orientadas a agricultura, pequeña industria y actividades recreativas (chacras, cabañas y haras)3. La localidad de Open Door, a diferencia de las otras del partido, no nació por el paso del ferrocarril, sino por la fundación de la Colonia Cabred, primera del país en tratar enfermos mentales mediante el método “puertas abiertas”. En los ’80 comenzaron a instalarse en sus alrededores barrios cerrados y clubes de polo, completando su crecimiento el emplazamiento de hoteles de gran categoría, chacras turísticas, más clubes de polo y restaurantes. Los productores analizados son de origen boliviano, la mayoría provenientes de Potosí, disponen de algún tipo de capital y, a pesar de la escasez relativa de superficie de cultivos propios y falta de maquinaria propia, se observan que evolucionan en forma favorable, logrando dos de ellos tener su propio comercio (almacén y verdulería) y construir sus casas de material4. Algunos productores combinan otros trabajos (changas) para subsistir y lograr ingresos cuando no tienen producción para vender. Otros dos son empleados de la empresa Tallo Verde5, lo que le permite además de tener sueldo y beneficios sociales, aprender cultivo 3 En el partido, los cambios agroproductivos, el crecimiento del turismo y la lenta pero continua expansión residencial, se combinan para recrear espacios rurales donde se incrementa la heterogeneidad, generándose nuevas configuraciones de actores y complejizándose su inserción social. Es necesario redefinir los vínculos problemáticos entre las "viejas" y las "nuevas" ruralidades, logrando compromisos entre las diferentes actividades y actores actuales presentes en los espacios rurales. El aumento de heterogeneidad del espacio rural se da mediante el lento avance urbanístico (comparado con otros partidos del conurbano), la gran cantidad de terrenos municipales disponibles y la posibilidad de mantener y acrecentar la producción agropecuaria en el territorio, entrando en conflicto por uso del espacio rural en un contexto en que el municipio intenta nuevas regulaciones e instancias de concertación para participación consensuada entre distintos actores, para promover la convivencia de distintas ruralidades en el partido (Feito, 2010). 4 En 2011 falleció uno de los productores iniciadores del grupo, continuando en el mismo su viuda. 5 Tallo Verde es una huerta orgánica certificada con una propuesta de venta a domicilio de sus productos recién cosechados. Cultivan verduras, frutas y aromáticas, desarrollando también productos orgánicos elaborados (aceite, mermeladas, miel, quesos). Ver en web: http://www.talloverde.com/. Algunos productores de Open Door trabajan los días hábiles en los lotes de esta empresa, mientras sus mujeres cuidan sus propias quintas, y además, le venden verduras de su propia producción local. 3 orgánico y convertirse también en proveedores de la misma. Uno de ellos está además certificando su producción, con costos a cargo del Ministerio de Agricultura. Estos productores son un poco atípicos respecto del resto del periubano. Si bien llegaron hace relativamente poco tiempo y accedieron a pequeños lotes de tierra del loteo inmobiliario de la empresa Luchetti en las afueras de Open Door, que no les permitía crecer demasiado, por ser una zona urbanizada, recibieron en los últimos años importantes servicios, como asfalto y jardín de infantes. Estos productores bolivianos están radicados a 10 km de la ciudad de Luján, sobre ruta 192. Con respecto a la tenencia de la tierra, la situación es dispar, habiendo productores que alquilan y otros a los que el municipio los ha autorizado a cultivar en tierras fiscales6. La superficie trabajada por cada uno, es de entre 1,5 y 4 has, con un promedio de aproximadamente 3 has por familia. Carecen de tractor, arados y rastras para la preparación de la tierra, dependiendo de un contratista que no concurre en tiempo y forma, lo cual dificulta la competencia en las primicias, así como la posibilidad de colocar sus productos con buenos precios en el mercado7. La mano de obra está compuesta por familiares del productor. Esta característica es de real importancia ya que los diferencia de la producción de los partidos vecinos, donde la figura de medieros, jornaleros y hasta empleados aún se ve en algunas quintas (Benencia et al, 2009). Tanto la mujer como los hijos trabajan a la par del hombre, ocupando un lugar destacado la mujer en la comercialización de la producción. Cultivan especies hortícolas de estación, hortalizas de hoja y de tallo y fruto8. En general, el sistema de riego es gravitacional, por surco, que aunque demanda muchos cuidados, puede ser cubierta por la mano de obra familiar9. Algunos tienen invernáculo, quedando el uso de plásticos relegado a la disponibilidad económica de cada productor en el momento en el que es necesario. En 2012, con subsidios del Ministerio de Agricultura10, aumentaron el uso de invernáculos y han diseñado un macrotúnel que además de preservar de heladas, 6 Hay dentro del grupo un caso excepcional, de un productor que autorizado por la dueña de la tierra trabajo en ella durante diez años pagando los impuestos y ante el deceso de la propietaria actualmente está tramitando la tenencia legal de la propiedad. 7 Actualmente trabajan con un plan de trabajo de equipo itinerante de maquinaria agrícola, que apunta a coordinar los tiempos de trabajo en el uso de tractor, rastra de discos, arado de rejas, alomadora y surqueador adquiridos por el Municipio, con fondos provenientes del subsidio entregado por el Ministerio de Agricultura, destinados al desarrollo de la actividad hortícola en el territorio. 8 Sólo dos de los productores de este grupo llevan a delante cultivo de frutilla, cultivo que está tomando importancia entre la comunidad boliviana en distintos sectores del periurbano. 9 Excepto los que cultivan en invernáculos, que utilizan riego por goteo. 10 El Programa Nacional de Agricultura Periurbana otorgó subsidios a productores de ocho municipios del periurbano (entre los que está Luján), que se entregan en articulación con el gobierno local y el INTA. 4 permitió disminución del daño por temporales y la posibilidad de cosechar los días de lluvias. La comercialización de sus productos se lleva a cabo en parte a través de la Cooperativa Frutihortícola de Copacabana Ltda11 teniendo además la mayoría de ellos reparto propio. Es importante destacar la creación de éste mercado, pues no sólo permite darle destino a los productos de las quintas, sino que también es un lugar de encuentro que congrega a la colectividad boliviana local12. Algunos de los productores que poseen mayor cantidad de hectáreas llevan sus productos a mercados concentradores de ciudades vecinas. El acceso a créditos para productores de éstas características está totalmente descartado por las exigencias legales, con lo que se limita la producción e indirectamente la calidad de vida de los productores. En definitiva, estos productores se encuentran en un contexto diferencial: poseen lotes chicos provenientes de loteos inmobiliarios con tenencia precaria en la mayoría de la tierra que cultivan; algunos como vimos, trabajan para una empresa además de cultivar; se encuentran muy cerca ubicados unos de otros; tienen intereses y objetivos comunes (reciben apoyo del Municipio mediante la entrega de un tractor con chofer que realiza alternativamente tareas en todas las fincas, sin costo para los productores; recibieron subsidios del Programa Nacional de Agricultura Periurbana del Ministerio de Agricultura; conformaron una asociación civil); dos de ellos tienen verdulería propia junto a su casa, y otro alquila un local desde principios de 2012 en la calle principal de la localidad. Además, realizan venta callejera y a restaurantes; existen lazos familiares entre ellos; tienen un promedio de edades que ronda los 40 años; tienen contactos con el Mercado de Luján; la suma de sus ingresos extraprediales les permiten cierto progreso relativo importante (evidenciado en la construcción de sus casas y comercios propios en material, en algunos casos). En 2008 comienzan a consolidarse de una manera más formal en torno a un grupo Cambio Rural de INTA, dado que sufren el crecimiento acelerado de los sectores urbanos y la presión de los vecinos por la cercanía con sus quintas. Comienzan a trabajar conjuntamente en la concientización del no uso de agroquímicos, pasando de la producción convencional a la producción agroecológica. En esa transición, 11 Los productores que forman parte de esta cooperativa también están organizados en un grupo Cambio Rural. 12 Para un análisis de los mercados de la colectividad boliviana en el periurbano bonaerense, ver: FEITO, MC. 2005. Antropología y desarrollo. Contribuciones del abordaje etnográfico a las políticas sociales rurales. El caso de la producción hortícola bonaerense. Ed. La Colmena. Buenos Aires y CASTRO, Diego. 2009. Consolidación de la organización para el desarrollo productivo de pequeñas explotaciones hortícolas. El caso de la Cooperativa 2 de septiembre del Pilar. Trabajo Final de Aplicación para optar al Título de Ingeniero Agrónomo. Universidad Nacional de Luján. 5 comienzan a involucrarse diferentes actores. Por la falta de maquinaria, el programa PROHUERTA de INTA, se suma acercando capacitación en producción agroecológica, y su equipo de maquinaria itinerante ayuda en la preparación de las tierras. Al mismo tiempo, la conformación de la Secretaria de Desarrollo Productivo, en la Municipalidad de Lujan, ofreció la contención institucional necesaria para la articulación de todos los actores de este proceso. Sus asesores se sumaron activamente a la capacitación de los productores. A partir de la campaña 2009-2010, un tractor con sus implementos fue adquirido por la Municipalidad con dinero de un subsidio de la entonces Secretaria de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos (SAGPyA), dentro del convenio INTA /SAGPyA/ 8 Municipios. En 2009 se suman los aportes del Proyecto Regional de Producciones Intensivas, con sede en la EEA San Pedro y el Proyecto en Red para la Generación y Desarrollo de Tecnologías con Base Agroecológica y de Producción Orgánica, del Área Estratégica de Recursos Naturales del INTA. Se propone entonces, la realización de parcelas demostrativas en los campo de los productores, trabajadas de manera agroecológica. En 2010, comienza a participar de este proceso el PRODAO, Proyecto de Agricultura Orgánica del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, de la Nación, a través del cual los productores recibieron capacitaciones en producción orgánica. En 2011, el grupo comenzó los trámites pertinentes para formalizar una Asociación Civil con personería jurídica. A fin de ese año, el Municipio cambia de gestión política con el nuevo Intendente, lo que produce el alejamiento de algunos técnicos que venían trabajando con el grupo. En octubre 2011 debía terminar el grupo, pero mediante evaluación participativa se decidió seguir un año más subsidiando al técnico promotor, momento en que los productores debían encargarse de la totalidad de sus honorarios. Al mismo tiempo habían iniciado reuniones con el Municipio para participar en la Feria Franca local, comenzando a concurrir con algunas intermitencias por problemas de organización. Actualmente, se encuentran en proceso de mejorar sus prácticas agrícolas y artesanales, con el fin de instalar en el consumidor el Comercio Justo de Productos sin Agroquimicos (Agroecológicos) y frescos, que sea identificable como producto Natural. Los Productos obtenidos, en orden al respeto hacia la naturaleza, son el resultado de una exclusiva dedicación, en donde las labores diarias responden a un cuidado consciente de los vegetales que servirán como alimento nutritivo. Estos 6 Productos Agroecológicos13 requieren llevar el sello del lugar donde se produce, la marca de esta localidad. La certificación ecológica se define como el proceso de control, seguimiento, evaluación y calificación del manejo de todo el sistema de producción ecológica (unidades de producción: parcelas, plantas de procesamiento, almacenes, transporte y otros que tengan contacto con los productos ecológicos), en base al cumplimiento y la aplicación efectiva de Normas de Producción Ecológicas, ya sea en el ámbito local, nacional o internacional, a cargo de un organismo de control14. El Sistema Participativo de Garantía (SPG) es un sistema de certificación agroecológica basado en la participación comunitaria y la confianza que establecen los distintos actores. La responsabilidad de garantía ecológica es compartida por productores, consumidores y el Estado sobre la transparencia de los procesos productivos, apostando a la Seguridad y Soberanía Alimentaria, así como al precio justo. Los SPG, son una alternativa válida y replicable a los sistemas de certificación convencional, para solucionar la problemática de certificación de los sistemas agroecológicos, de una forma democrática y representativa, a la vez que permiten promover un modelo de agricultura en manos de los agricultores, capaz de producir alimentos sanos para todos y todas de manera sustentable (Rabendo, 2011). 4. Intervención del INTA Esta experiencia de producción agroecológica es conducida desde la Agencia de Extensión INTA Luján, dependiente de la Unidad de Coordinación Territorial Norte de la EEA AMBA, mediante capacitaciones y mejoramiento de prácticas agropecuarias en nueve explotaciones, involucrando a un grupo de doce pequeños productores del programa, coordinados por un promotor asesor15. Se intenta posicionar en el mercado su producto hortícola agroecológico, a partir de la imposición de un sello/marca local, y conseguir una certificación de “cero contenido 13 La Agroeocologia es “una disciplina o un modo de interpretar y proponer alternativas integrales y sustentables en la realidad agrícola, respetando las interacciones que se dan entre los diversos factores participantes de los agroecosistemas, incluyendo a los elementos relativos a las condiciones sociales de producción y distribución de alimentos”. Ver: ALTIERI, M. 1983. “Agroecología, Bases Científicas de la Agricultura Alternativa”. División de Control Biológico. Universidad de California, Berkeley. 14 Actualmente, en el mercado nacional el problema es que existen productos que están identificados o etiquetados como productos ecológicos o naturales, pero muchos de ellos realmente no lo son y existe una gran confusión al respecto. A pesar de que el concepto está relativamente instalado entre los consumidores, no existe normativa en ningún nivel administrativo (nacional, provincial o local) que la regule. 15En el mismo plazo que el grupo de Open Door terminaba el 3er año ( Octubre 2011) terminaron también los tres primeros años de otros dos grupos (Parque Laza y el Quinto), pero éstos no han continuado un 4to año , en el caso de Parque Laza por que se están organizando en una asociación nueva " Huertas verdes de Lujan", y además de posiblemente volver a recibir subsidios del Ministerio, siguen recibiendo los servicios del tractor de la Municipalidad). Además, sigue funcionando el grupo Cooperativa Copacabana. 7 de agroquímico”. Este Grupo del Programa Cambio Rural del INTA se denomina SUMAJ KAUSAY (“buen vivir” en quechua16) y se encamina como una alternativa para la comercialización de producto agroecológico dentro de la cadena de valor del turismo y la gastronomía natural17. Se realizaron parcelas demostrativas de 500m2, conducidas agroecológicamente18.Durante la experiencia, hubo articulaciones con distintos proyectos del INTA, los Ministerios nacionales de Agricultura y de Desarrollo Social y el Municipio de Luján. Los productores están actualmente en etapa de venta diferencial (intentando vender a restaurantes locales) y la inserción en nuevos canales de comercialización como la feria franca local, así como avanzando en la formalización del vínculo entre ellos en una asociación. El grupo elaboró un Plan Técnico Grupal, mediante una dinámica grupal en la que cada productor expuso sus dificultades, seleccionando conjuntamente problemas comunes y priorizando líneas de acción para posibles soluciones. De la evaluación participativa realizada surge que los logros autopercibidos luego de los tres años de trabajo son: desarrollo de técnicas de manejo agroecológico por cuenta propia; aumento de la superficie cultivada de cada finca, de un 50% cuando comenzó el grupo, a un 80 %; establecimiento de lazos de comunicación con funcionarios municipales, independientemente del partido político al que ellos pertenezcan; concreción de la participación en la mesa de productores que impulsaron la Feria Franca de Luján; tres de ellos inauguraron verdulerías; regularidad y continuidad en la participación de una reunión mensual; planificación anticipada de labores previas de cultivos, que permite mejorar la plantación; acceso a información acerca del uso de productos aprobados para la producción orgánica y capacitaciones a cargo de un 16 La Filosofía del Sumai Kausay o Sumaj Kausay, el Buen Vivir, fundamento de los Pueblos Originarios del altiplano, propone vivir en armonía con la naturaleza, trabajar honrando la tierra, respetar el suelo que se habita y donde se producen los alimentos que nos nutren. La Comunidad SUMAi KAUSAY, integrada por Pequeños Productores, toman ese vocablo quechua para identificarse con el mandato de sus ancestros aplicándolo a todos los aspectos de su vida, en especial a la producción de vegetales sin utilización de agroquímicos. 17 La transición agroecológica es el proceso de transformación de los sistemas convencionales de producción hacia sistemas de base agroecológica. Este proceso comprende no sólo elementos técnicos, productivos y ecológicos, sino también aspectos socioculturales y económicos del agricultor, su familia y su comunidad. Por lo tanto, este concepto debe comprenderse como un proceso multilineal de cambio que ocurre a través del tiempo, y que incluye generación colectiva del conocimiento, complementando el generado en centros de investigación, con la percepción y conocimientos de los agricultores. Algunos elementos que condicionan el proceso de transición son: asesoramiento y acompañamiento del Estado; mercados alternativos; organización comunitaria (Marasas et al, 2012). 18 Se aplicó una tonelada de composta por parcela, se instaló riego por goteo y se plantaron diversas especies de hortalizas. Se colocaron trampas de agua con detergente para disminuir la tensión superficial en la superficie del agua, atrapando así a todo insecto que se apoye sobre la misma. Se colocó sobre algunos cultivos una solución de alcohol de ajo y un preparado a base de arroz con sulfato de cobre, con la intención de evaluar la eficiencia de este producto como repelente natural. Distintos autores sostienen que este preparado es efectivo contra ácaros, gorgojos, moscas blancas y especialmente contra pulgones. Y en algunos casos resultó ser buen fungicida. 8 docente de FAUBA, que permitieron concientizar sobre el uso de agroquímicos; comprendieron que todos juntos van a lograr mas que en forma individual, apostando a mejorar la comunicación interna del grupo; respuesta favorable de todos los miembros al técnico a cargo del grupo. Los aspectos que evaluaron como debilidades y cuestiones que faltaron trabajar son: comercialización diferenciada de sus productos; mejora de aspectos productivos como el uso de variedades que permitan contar con producción todo el año; eficientizar uso del recurso agua; estimular y acompañar un registro mínimo de gastos y rendimientos que permitan hacer un balance de su producción; estimular la producción y posterior comercialización, evitando que algunos productores se conviertan en revendedores; falta de disponibilidad para preparar remedios caseros de uso agroecológico; desatención de las fincas ante otras actividades que le generan mayores recursos como la albañilería. 5. Intervención del Municipio a. La Feria Franca de Luján El proyecto Feria Franca de Luján (FFL) es una experiencia de co-gestión entre el estado municipal y varias organizaciones sociales locales19. Esta feria se lleva a cabo todos los 2dos y 4tos sábados de cada mes en el Parque San Martín de Luján, como espacio de encuentro directo entre los productores familiares o asociativos y los consumidores locales, apuntando a un desarrollo local sustentable a través de la promoción de la Agricultura Familiar y la Economía Social y Solidaria. Los requisitos para la participación en la FFL, que deben ser cumplidos por todos los productores que soliciten ingresar a la misma, son los siguientes: 1. Ser productor de pequeña o mediana escala (no se aceptará reventa de ningún producto) 2. La residencia del productor y de su producción debe ser el Partido de Luján 3. Comprometerse a la construcción colectiva de la FFL (participar en reuniones semanales de organización) 4. Cumplimiento de normas (según corresponda): - Monotributo social o común (AFIP) - Bromatología - Habilitación municipal (incluye regímenes promocionales) - Libreta sanitaria - Inscripción en el RENAF y RENOAF Los criterios 19 Desde el Municipio participan la Subdirección de Promoción de la Economía Social y Solidaria y el Desarrollo Local dependiente de la Dirección de Políticas Sociales y la Secretaría de Producción, Cultura y Turismo y desde las organizaciones: Asociación de Productores Familiares de la Cuenca del Río Luján; Asociación Civil De la Nada; Asociación de Apicultores de Luján; Centro de Formación de Emprendedores; Emprendimiento Amistad; Taller Protegido Municipal, y otros productores que se han acercado y participaron de las reuniones preparatorias. 9 de prioridad mediante los cuales se irán convocando gradualmente a los interesados, son los siguientes: 5. Tendrán prioridad quienes tienen mayores necesidades de ingresos y no tienen otros canales establecidos para la comercialización de sus productos. 6. Tendrán prioridad para ingresar aquellos productores de rubros que aún no se encuentren en la FFL 7. Tendrán prioridad los miembros de las asociaciones de productores que impulsaron originalmente el proyecto de la FFL. Los productos que ofrecen en forma directa a los consumidores locales son principalmente alimenticios (verduras, frutas, huevos, hortalizas, panificados, dulces, quesos, miel, cerveza artesanal, chocolate, etc.), pero también incluyen tejidos e indumentaria de producción artesanal, plantas y plantines, artesanías y también tendrán lugar los productores culturales en diversas ramas de las artes (plástica, escultura, música, etc.). Los primeros productores comenzaron comercializando sus productos en la Capilla Santa Teresita del barrio Lanusse, en reuniones en las que desde PRO-Huerta del INTA repartían semillas, preparaban dulces, exponían y vendían sus elaboraciones, siempre con el ánimo de la defensa de la agricultura familiar. Luego formaron la Asociación de Familias Productoras de la Cuenca del Río Luján, miembro actualmente del Foro Nacional de la Agricultura Familiar (FONAF). Las organizaciones se nuclean en una Comisión Directiva, una construcción colectiva a partir de asambleas semanales y la conformación de diferentes comisiones de trabajo para sostener y direccionar la feria. El objetivo de los productores participantes es que la comunidad del partido pueda acceder a alimentos sanos y frescos (entrevistas a productores participantes). El Municipio promueve la Feria como un medio de comercialización, y de agregado de valor a las pequeñas producciones locales, buscando el compromiso de tener un producto de primera calidad, sano, inocuo, a un precio razonable, que pueda comercializarse en un circuito corto, sin intermediarios, a la vez que promover la organización y participación de los productores, promoviendo a la vez mejor calidad de vida a los productores, mediante la posibilidad de obtener un ingreso que antes no tenían, en una política que surge desde las bases de las organizaciones (entrevista a funcionario municipal). Actualmente, las organizaciones participantes de la Feria buscan armar una mesa local para debatir políticas públicas para el sector, incluyendo productores, distintas áreas de la Municipalidad (Medio Ambiente, Bromatología, Asuntos Agrarios) y organismos provinciales (MAA) y nacionales 10 (INTA, INTI), para trabajar en forma conjunta en la elaboración de normativas para la agricultura familiar. b) La ordenanza de uso de agroquímicos: La ordenanza 5953/11, sancionada el 14/07/11 por el Honorable Concejo Deliberante, y promulgada por la Intendenta mediante el Decreto 1994 del mismo mes, prohíbe en todo el partido “las aplicaciones aéreas de agroquímicos con destino a uso agropecuario, cualquiera sea el producto activo o formulado, así como su dosis”20 (Art 4to), con el objetivo de “normar la utilización de agroquímicos, a fin de evitar la contaminación del medioambiente y de los alimentos, protegiendo la salud, los recursos naturales y la producción agropecuaria” (Art 1). Si bien no analizaremos el amplio y encendido debate que esta normativa provocó a nivel local, nos interesa destacar que la franja de prohibición de fumigación resultante de la aplicación de la normativa, incluye algunas de las fincas de los productores analizados. Dado que una de las salidas concretas para poder seguir produciendo en esta franja es la transición hacia la producción agroecológica, sugerimos que estos productores ya estarían preparados por su participación en la experiencia llevada a cabo por el INTA. Señalamos la importancia de la capacidad de replicación de esta experiencia en otras fincas que se encuentren dentro de la misma franja en el partido, tanto mediante futuras intervenciones del INTA como de otras instituciones. c) Plan de trabajo de equipo itinerante de maquinaria agrícola: otra acción de intervención municipal es este plan que apunta a coordinar los tiempos de trabajo en las quintas, en el uso de tractor, rastra de discos, arado de rejas, alomadora y surqueador adquiridos por el Municipio, con fondos provenientes del subsidio entregado por el Ministerio de Agricultura, destinados al desarrollo de la actividad hortícola en el territorio. También quedan asentados las partes actuantes y los compromisos asumidos por sus partes, a fin de lograr un correcto mantenimiento de las herramientas de trabajo. 6. Análisis de las intervenciones de desarrollo en Open Door La estrategia institucional del INTA considera que el desarrollo territorial implica un enfoque tanto multidimensional como multisectorial, que busca integrar distintas dimensiones: económica; productiva; sociocultural; ambiental; y político-institucional, 20 Si bien están permitidas ciertas pulverizaciones con determinados productos aprobados para la producción orgánica. 11 como así también proveer una mirada integral del territorio. Esto implica, en términos económicos, una vinculación entre la agricultura, la industria y los servicios y en términos sociales, la integración de los servicios (salud, educación, infraestructura, etc.) con el fin de mejorar la calidad de vida y el bienestar de la población que habita ese territorio (INTA, 2006). Esta nueva mirada integral de la realidad de la agricultura familiar (tanto productiva como política) promueve tecnologías “blandas” tales como mecanismos de cooperación y organización de los productores, como respuesta a la evidencia de que el aporte tecnológico “duro” (productivista) tiene severas limitaciones para generar alternativas de desarrollo sustentable para las condiciones estructurales de producción de la mayoría de estos agricultores. Coincidimos con Schiavoni y De Micco (op cit) en que, en este marco, “el debilitamiento de las obligaciones del Estado quebró la relación entre el puesto y el título que caracterizó el desempeño de los ingenieros agrónomos en el proceso de modernización agrícola (…) reemplazando la autoridad disciplinar por diversas formas de intermediación” (op cit:32). Por esto se requiere relativizar la oposición entre saberes locales aplicados y conocimiento académico general21. Esta intervención se enmarca en un enfoque territorial que otorga atención prioritaria al territorio local, entendido como “la unidad donde resulta más plausible la instalación de procesos de desarrollo sostenible” (Rodríguez Bilella y Tapella, 2008), así como a la orientación hacia la promoción de capacidades de los gobiernos descentralizados y de la sociedad civil para movilizar dichos procesos en el territorio. Ello implica especial atención a niveles municipales o similares, en los que se facilita la interrelación entre estructuras administrativas locales e instituciones de la sociedad civil. Esta propuesta enfatiza la necesidad de profundizar reformas que permitan consolidar las instituciones y organizaciones de la sociedad civil de orden local y territorial en los procesos de desarrollo rural (Lattuada, Márquez y Neme, 2012). El concepto de “territorio” se transforma en instrumento privilegiado de la comprensión de una realidad compleja, integrando en una totalidad condicionamientos estructurales y acciones de los actores como sujetos competentes capaces de producir innovaciones adaptativas, en las cuales se manifiesta el valor de los conocimientos y el saber hacer de los actores rurales y los 21 Ver los aportes de la antropología y del la sociología de la ciencia en este sentido (Latour, B.,1955: “La science en action”, Gallimard Folio, Saint Amand (Cher), Francia y Callon, M., 1986: “Elements pour une sociologie de la traduction. La domestication des coquilles Saint-Jaques et de marins pecheurs dans la baie de Saint-Breu”, L`année Sociologique, Vol.36. 12 procesos de valorización que asocian cultura y mercado (Albaladejo y Bustos Cara, 2004; Manzanal, 2006). Desde el INTA se promovieron articulaciones tanto en la producción de conocimientos (vinculaciones entre la autora como investigadora de CONICET e investigadores del IPAF del INTA) como en las actividades de extensión y también entre los investigadores y los técnicos, ya que en el caso analizado, al igual que lo muestran Pizarro y Aboitiz (2008) para el resto del periurbano norte de Buenos Aires, varios de los técnicos involucrados en la intervención analizada, realizan actividades de investigación conjuntamente con su labor de extensión. Por su parte, las acciones del municipio están condicionadas por las escasas posibilidades de recibir subsidios u otro tipo de acompañamiento en la gestión por parte del gobierno nacional, dada su posición política opuesta, situación que restringe las posibilidades de un desarrollo local a los recursos propios. Analizamos el rol del municipio y las políticas municipales en las problemáticas de los productores hortícolas, considerando que las nuevas funciones de los gobiernos locales implican un nuevo perfil del Estado. En Luján se reformularon estrategias de intervención en la gestión de los espacios hortícolas. La capacidad de respuesta de las estructuras burocráticas gubernamentales locales intenta adecuarse a las demandas de los productores. Sin embargo, falta implementar cierta coordinación y articulación concretas entre y dentro de los organismos públicos del municipio. Un desafío de la gestión municipal es la necesidad de aumentar la capacidad técnica y de gestión del gobierno local, mediante formulación e implementación de programas sociales y de desarrollo local que respondan a las demandas: “el desafío es articular con las organizaciones de productores” (entrevista a funcionario municipal). Los actores locales están comenzando a definir acciones comunes con organismos de gobierno local, intentando conseguir herramientas legales y técnicas que permitan una producción sustentable en el tiempo, independientemente de la administración de turno. Considerando los instrumentos técnicos (nivel de profesionalización de los equipos), estilos políticos de gestión (voluntad política del Intendente) y niveles o grados de participación de las organizaciones de la sociedad civil (Arroyo, 2005), en Luján se da un modelo de gestión descentralizado, en el cual la prioridad pasa por el nivel de recursos y las capacidades de las organizaciones de la sociedad civil y un acrecentamiento de la relación Estado-sociedad que presupone mayor articulación entre ambos a partir del efectivo fortalecimiento de las organizaciones sociales. Las acciones del gobierno municipal forman parte de una estrategia para involucrar 13 actores económicos y líderes sociales, promoviendo participación del Estado local (a pesar de la escasez de recursos expresada por los funcionarios entrevistados) y movilización de ONGs y líderes sociales locales. Una estrategia posible consistiría en conseguir y gestionar recursos financieros para el partido, a través de la articulación con otras instituciones. En suma, las políticas de intervención analizadas se inscriben en un discurso de transición hacia la agroecología, en el cual se acentúa la necesidad de llegar a los pequeños productores bolivianos, no alcanzado hasta entonces por políticas sectoriales del Estado. Tanto los documentos del programa del INTA como sus diseñadores e implementadores y los mismos productores referencian que el mismo constituía el primer esquema de apoyo. Durante nuestros acercamientos a las autoridades e implementadores del programa, evidenciamos que el mismo había sido resultado de una conjunción de voluntades y accionares de los productores y técnicos locales, para paliar sus problemas de infraestructura, productivos, de comercialización. Con el tiempo vimos la complejidad de los procesos implicados en la intervención. Las entrevistas con los técnicos de terreno permitieron ver que en la implementación se jugaban otros aspectos, que tendían a favorecer el proceso de reconversión productiva hacia la horticultura agroecológica. Las percepciones de los horticultores relevadas muestran que la autoadscripción voluntaria del productor a un sistema sin agrotóxicos responde a una estrategia para obtener los beneficios de participar en el programa, ya que el control de si produce o no sin agroquímicos es garantizado por la confianza que el Agente de Proyecto deposita en el técnico asesor. Desde la pespectiva de los beneficiarios, la intervención estatal favorece el proceso de reconversión, mediante la asistencia técnica que ofrece el programa. La interfase, en tanto área de conocimiento e interacción que entrecruza perspectivas de distintos actores, se vislumbra en el análisis de la relación técnicoproductor (Long, 1992). En el caso analizado, los resultados del proceso de implementación de la intervención no debían ser analizados meramente a partir de la influencia de actores externos al programa, sino por los mismos actores del programa, esto es, productores, extensionistas y encargados de la implementación. Existe articulación con otras instituciones, que desempeñan roles de apoyo hacia los productores, que pueden visualizarse en el siguiente Mapa de Actores: 14 Fuente: Elaboración Propia en base al trabajo de campo Los productores acumularon capacidades de gestión colectiva, consiguiendo negociar y ser atendidos por el gobierno local, independientemente de su condición partidaria22. Existen sujetos que personifican la intervención de instituciones externas: funcionarios de la Secretaría de Producción del gobierno local; organizadores de la Feria Franca; técnicos promotores asesores que trabajan con el grupo de productores, e investigadores del INTA; docentes e investigadores de la FAUBA que realizaron visitas con alumnos, capacitaciones y experiencias con los productores en sus fincas. La participación articulada de todos estos actores permitió que esta propuesta de transición hacia la agroecología originada desde el INTA, fuera apropiada por los productores que aprovecharon las ventajas de poder comercializar en otros mercados alternativos, como la Feria Franca local. En el proceso de reconstrucción de los modos de intervención, una clave es el análisis de estrategias y el conocimiento de las racionalidades expuestas por los actores intervinientes. El concepto de estrategia implica que los actores beneficiarios constituyen activamente sus propias pautas de organización, así como sus propias formas de vincularse con las instituciones intervinientes. Lejos de ser pasivos receptores del discurso de reconversión productiva del programa, los productores de Open Door, se apropian del mismo, en orden de alcanzar las ventajas que el programa ofrece. De distintas maneras los productores negocian el alcance de 22 La comunicación entre productores y funcionarios municipales continuó fluidamente, a pesar del cambio de gobierno local en diciembre de 2011. 15 recursos que sino fuera por formar parte del programa no conseguirían (uso del tractor conseguido a través de los subsidios del Ministerio; semillas de Prohuerta y del proyecto de Agroecología del IPAF). Por otra parte, el desarrollo de ciertas capacidades relacionadas con la agencia de los sujetos sociales (Long y Van der Ploeg, 1994) entran en conflicto/negociación con los modelos de intervención de las instituciones dedicadas al desarrollo; de su resolución depende la posibilidad de superar las limitaciones de una capacidad de agencia externamente inducida. En las modalidades de intervención, todo flujo externo proveniente del Estado, del mercado, de grupos dominantes o de agentes externos al grupo en cuestión, es mediatizado por esos mismos actores (y las organizaciones locales que integran), quienes procuran reprocesar dichos factores externos a favor de sus propios intereses y necesidades. Por eso, los productores estudiados encuentran soluciones concretas a sus problemas: consiguen subsidios, maquinaria, acceso a mercados, asesoramiento organizacional y capacitación en producción agroecológica. La capacidad de los beneficiarios del desarrollo en torno de proyectos, de crear y recrear normas de acción dentro de los programas, evidencia su papel activo en el diseño y administración efectivos de mecanismos regulatorios del comportamiento de todos los actores y su interacción, particularmente dentro del marco de proyectos específicos. Así, enriquecen o cuestionan los mecanismos estatales o se adaptan a ellos, de acuerdo a mecanismos regulatorios que ya conocen en sus prácticas grupales. 7. Reflexiones finales La Agricultura Familiar se desenvuelve con lógicas distintas a las de la agricultura tradicional, ya que promueve la preservación de recursos, la organización de productores y organiza la reproducción familiar más allá de la existencia de un mercado. Por lo tanto, se requieren políticas públicas (crediticias, tecnológicas, alimentarias, de tierras, etc) específicas para estos productores, enmarcadas en una concepción de desarrollo integral Este sector productivo tiene un rol fundamental en la diversificación de la matriz productiva nacional y de los actores que en ella participan, para lograr el empoderamiento de la mayoría de la población. Así mismo, este sector posee saberes y capacidades diferentes que requieren una ampliación de la mirada para valorizar otras formas de conocimiento. Existe gran 16 heterogeneidad de enfoques para solucionar las problemáticas del sector, por lo cual la I+D necesita considerar no sólo aspectos productivos y tecnológicos, sino también considerar problemáticas tales como uso y distribución de aguas, de tierras, etc. El desafío es generar conocimiento junto al sector en una construcción participativa con todos los actores y sostenible en el tiempo. La innovación integral y complementaria (tanto en productos, tecnologías de procesos y artefactos, como en prácticas sociales más participativas y democráticas), debe ser concebida dentro de una estructura de sostén institucional, donde múltiples actores conformen una red que establezca las condiciones para generar conocimiento, a partir de un enfoque de investigación-acción, en la que juegan rol central los gobiernos provinciales y municipales, las organizaciones de la sociedad civil, los programas y organismos del Estado y las Universidades (Feito, 2012). Considerando que las intervenciones de desarrollo constituyen procesos continuos, negociados y socialmente construidos que incluyen iniciativas tanto "desde abajo" como "desde arriba" (Long, 1992), concluimos que la intervención analizada se constituye a partir de un complejo conjunto de relaciones, intereses e ideas socialmente definidas por los distintos actores implicados, reconociendo las luchas y diferencias internas entre los quinteros. El programa de desarrollo rural implementado en Open Door es construido y moldeado por diferentes interacciones de múltiples actores. El "modelo de grupo" sostenido por el programa del INTA intenta considerar las relaciones de poder existentes entre los productores, así como reconocer y articular las formas sociales existentes con su propia estrategia de intervención. El análisis de interfases entre los extensionistas y los productores brinda importantes pistas y oportunidades para comprender la construcción del proceso de intervención en el territorio, concibiéndolo como una compleja arena de conflicto y negociación. Los procesos implicados en las intervenciones de desarrollo no deben ser entendidos o conceptualizados como imposiciones mecánicas ‘externas’ a las realidades locales, sino que necesariamente implican negociación sobre conceptos, significados, imágenes y proyectos, los cuales son diferentemente internalizados por las diversas partes involucradas. (Long 2001). El caso presentado desafía la visión transferencista de los extensionistas como mecánicos implementadores de un esquema planificado. Los extensionistas se presentan como agentes que interrnalizaron la ideología de intervención del 17 programa y a la vez, como sujetos pragmáticos lidiando con las dificultades de la implementación. Pretendemos que el diagnóstico realizado mediante un enfoque etnográfico permita que las intervenciones contribuyan a fortalecer la organización comunitaria, en pos de promover o continuar los reclamos a los poderes políticos. Para finalizar, si bien no profundizaremos en el extenso debate extensión vs investigación, queremos aportar algunas herramientas para la reflexión. El INTA se fundó en 1957 (pionero en América Latina), con la intención de “integrar los servicios de investigación y extensión agropecuarias, reconociéndolos como mutuamente complementarios y esenciales para la provisión de tecnología al proceso productivo” (Carballo, 2002; citado en Schiavoni y De Micco, op cit23). Su sello distintivo fue la investigación, mientras que la labor en el ámbito de extensión fue complementado con otras instituciones (organismos públicos provinciales y locales, ONGs, consorcios y grupos de productores, etc). En los 80, la exigencia de tecnologías de procesos (conservacionismo, rotación y control biológico de plagas, agroecología) requirió un cambio en las prácticas estandarizadas de los servicios agrícolas nacionales, dada la importancia creciente de la investigación agrícola en el sector privado. Las agencias descentralizadas responsables de políticas para la agricultura familiar pusieron en circulación un conjunto heterogéneo de saberes: agricultura orgánica; tecnologías apropiadas; investigación participativa, tecnologías organizacionales, que conforman un “estilo tecnológico alternativo”, contrapuesto a la modernización agrícola estatal y a la generación de tecnología proveniente del sector privado (Schiavoni y De Micco, op cit). Creemos que el programa Cambio Rural es un ejemplo del desplazamiento de los ingenieros a las funciones de agentes del desarrollo, propio de los planes estatales de las últimas décadas en Argentina. Por último, una breve reflexión sobre la articulación de nuestras adscripciones profesionales en el trabajo compartido en terreno. La fructífera combinación de nuestros roles de “antropóloga investigadora” y “agrónomo extensionista”, permitió desarrollar actividades conjuntas en pos del mejoramiento de la calidad de vida de los productores que se hallaban involucrados, al mismo tiempo, (y sin ser totalmente concientes de ello), en una investigación académica y en una intervención social. El enfoque social aportado por la antropóloga se complementó (creemos) 23 CARBALLO, Carlos. 2002. Extensión y transferencia de tecnología en el sector agropecuario argentino. Ed Facultad de Agronomía UBA, Buenos Aires. 18 exitosamente, con la visión técnica y productiva del extensionista. A su vez, el extensionista colaboró con la antropóloga, al abrirle las puertas del acceso al campo, en esa "resocialización llena de contratiempos, destiempos y pérdidas de tiempo (…) tal es la metáfora del pasaje de un menor, un aprendiz, un inexperto, al lugar de adulto... en términos nativos (Guber, 200124). Parafraseando a Bourdieu y Wacquant (1992) podemos decir que tanto la investigadora como el extensionista, se enfrentan a su objeto de estudio/intervención, desde la lógica práctica de sus actores. Si bien ambos autores nos conocíamos previamente, al producirse el encuentro en el campo, para esta investigación específica, la reflexividad de la investigadora entró en relación con la del extensionista (en tanto él es uno de los individuos que, a partir de entonces, se transforma en sujeto de estudio y, eventualmente, en informante). Intentar construir conocimiento común desde estas dos reflexividades, fue lo que nos impulsó a concretar esta ponencia. 8. Bibliografía ALBALADEJO, Christophe y Roberto BUSTOS CARA (comps.)2004. Desarrollo local y nuevas ruralidades en Argentina. UNS/Université de Toulouse Le Mirail INRA, Bahía Blanca. ARROYO, Daniel. 2005. Modelos de gestión municipal y niveles de planificación en Argentina. FLACSO, Posgrado en Desarrollo Local y Economía Social 2005, Bs As. BENENCIA, R. y FLOOD, C. (comps.). 2002. Ongs y Estado. Experiencias de organización rural en Argentina. Ed La Colmena, Bs As. BENENCIA, Roberto; Germán Quaranta y Javier Souza Casadinho (comps.).2009. Cinturón Hortícola de la ciudad de Buenos Aires. Cambios sociales y productivos. Ed Ciccus. Buenos Aires. FEITO, María Carolina. 2010. Dimensiones sociales y espaciales del periurbano de Buenos Aires: el caso del partido de Exaltación de la Cruz. En: Nadir, Revista electrónica de Geografía Austral. Universidad Autónoma de Chile, Año 2, n° 2 juliodiciembre 2010, Santiago de Chile. FEITO, María Carolina.2012. Family Farming in Argentina, New Actors and Organizational Processes: the Case of North Periurbano Buenos Aires. XIII World Congress of Rural Sociology. Lisboa, 29 julio al 4 agosto 201. FERNANDEZ, Horacio y Pedro ABOITIZ. 2011. "Experiencia de transición agroecológica en Open Door". XXXIV Congreso Argentino de Horticultura, 27 al 30 septiembre 2011, Buenos Aires. INSTITUTO NACIONAL DE ESTADISTICA Y CENSOS 1988. Censo Nacional Agropecuario 1988. Buenos Aires. INSTITUTO NACIONAL DE TECNOLOGIA AGROPECUARIA. 2006. Programa Nacional: Apoyo al Desarrollo de los Territorios. Coordinación Nacional de Transferencia y Extensión. Buenos Aires. 24Al respecto, ver: Adler & Adler 1987; Agar 1980; Hatfield 1973. 19 LONG, N. 1992. From paradigm lost to paradigm regained? The case for an actororiented sociology of development. En: Long N. y Long A.1992. Battlefields of Knowledge. The interlocking of theory and practice in social research and development. Routledge, U.K. LONG, Norman. y J. 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viernes, 19 de octubre de 2012

domingo, 16 de septiembre de 2012

La agricultura Periurbana en la región Metropolitana Viernes 01 de Abril de 2011 00:00 | Jornada de discusión sobre políticas públicas del Instituto del Conurbano de la Universidad Nacional General Sarmiento

El Instituto del Conurbano de la Universidad Nacional General Sarmiento realizó el pasado 8 de Abril una Jornada de discusión sobre “Las políticas públicas para el sostenimiento de la agricultura periurbana en la Región Metropolitana de Buenos Aires”. El Lic. Andres Barsky* expuso un trabajo que le pertenece junto al Ing. Pedro Abitiz* sobre “La agricultura periurbana en la agenda pública. Implementación de políticas municipales provinciales y nacionales para el sostenimiento del cinturón verde en los bordes de la Región Metropolitana de Buenos Aires.” Expusieron también la Dra. María Carolina Feito, (Conicet/Fauba), la Lic. Julie Le Gall CNRS, Francia) y el Ing. Agr. Matias García (Conicet, F.C.A. UNLP). Finalmente se realizó un Taller y un Plenario de intercambio. Publicamos una breve introducción y las conclusiones del trabajo. Con 4.400 kilómetros cuadrados de superficie y 13 millones de habitantes, la conurbación Gran Buenos Aires es una de las principales áreas metropolitanas de América Latina. A su vez, su espacio de influencia regional, la denominada Región Metropolitana, abarca unos 15.000 kilómetros cuadrados. En el cinturón hortícola ubicado sobre sus bordes, alrededor de 1.500 empresas se emplazan en unas 16.000 hectáreas, abasteciendo aproximadamente al 30 % de la demanda alimenticia “en fresco” urbana. De esa superficie, 3.000 corresponden a superficie ocupada con invernáculos, que a su vez representan el 40% de la superficie nacional de cultivos bajo cubierta. En años recientes, la agricultura periurbana como asunto de gestión ha venido incorporándose crecientemente en la política pública. Si bien la “preocupación tecnocrática” de los organismos nacionales de planificación por limitar la expansión física de la ciudad se remite a los años sesenta y setenta (ORDAM, 1969) y desde los años ochenta la creación del Mercado Central de Buenos Aires procuró ordenar la comercialización frutihortícola metropolitana[1], es en la última década cuando desde distintos niveles del Estado Argentino (nacional, provincial, municipal) se promueve con iniciativas concretas la idea de incidir en el desarrollo del cinturón productivo primario-intensivo[2]. El presente trabajo se propone sistematizar las distintas experiencias de implementación de estas nuevas políticas que, desde los niveles municipal, provincial y nacional, han apuntado a intervenir en el espacio rural en la interfase urbano-rural de Buenos Aires. Asimismo, y dado lo reciente de su puesta en funcionamiento, se procurará realizar una primera evaluación acerca de la efectividad de dichas políticas como generadoras de instrumentos de gestión territorial para el sostenimiento de la agricultura periurbana. Conclusiones Indudablemente, la agricultura periurbana ha ido ganando un lugar de relevancia en el temario de la agenda pública durante la última década. Debe señalarse que para el tratamiento de este tipo de problemáticas, promovidas desde distintos niveles, no resulta sencillo lograr la conformación de una instancia de coordinación centralizada; por el otro, estamos refiriéndonos a la operatoria estatal sobre un territorio que de por sí presenta alta fragmentación socioespacial, como es el periurbano (Allen, 2003; Capel, 1994; FAO, 1999; Tacoli, 1998). En este sentido, la implementación del Plan Nacional desde el Ministerio constituye un avance muy importante porque puede concentrar la distribución de los fondos y establecer agenda a la hora de “bajarlos” hacia los municipios. Por otra parte, resulta significativo que técnicos que originalmente se desempeñaron en el nivel municipal ascendieran luego a las órbitas provincial y nacional, lo cual demuestra que se produjo una instalación de la temática “desde abajo hacia arriba”. Sin embargo, cuando comenzó a adquirir mayor dimensión, los objetivos de modernización tecnológica, generación de empleo o generación de ingresos para las familias parecieron alcanzar una relevancia muy superior sobre otros de gestión territorial. Si bien, como se ha analizado, se registran experiencias a nivel municipal en las que se ha trabajado con objetivos mucho más específicos en lo referido a la necesidad de incidir territorialmente en la protección del borde periurbano (como el caso del IDUAR de Moreno), cuando el abordaje se realiza desde el nivel provincial y/o nacional generalmente se establecen metas generales de fortalecimiento de la actividad económica, con baja o nula enunciación de objetivos explícitos de gestión territorial (como incidir en el uso del suelo, preservar el espacio productivo ante el avance de la urbanización, etc.). Frecuentemente, a nivel provincial y nacional la temática ha quedado absorbida desde la mirada sectorial (diluyéndose agricultura periurbana con horticultura o fruticultura extensivas), o de la agricultura familiar, o por la lógica provincial, que no discrimina entre cinturones verdes periurbanos, zonas especializadas o extensivas[3]. Dada la matriz constitutiva de los organigramas estatales, resulta dificultoso superar los esquemas sectoriales o sistemáticos a la hora de bajar al territorio. La desactivación de la Dirección de Agricultura Periurbana de la Provincia constituye un ejemplo de ello. Y en el caso del Programa Nacional de Agricultura periurbana, resulta significativa la dilución de la agenda de ordenamiento territorial, máxime si se considera que varios de los funcionarios y técnicos del Ministerio involucrados en la creación del Programa provienen del partido que más avanzó en política de suelos: Moreno. Vale destacar la trascendencia de la creación de la Agencia INTA AMBA así como del Programa Nacional de Agricultura Periurbana del Ministerio de Agricultura. La inquietud que se señala en el presente trabajo es si, en el marco del complejo mapa del Estado, ambas iniciativas pueden articularse con un mayor nivel de formalidad (sabemos que distintos agentes lo hacen por múltiples vías informales cotidianamente) y conformar un organismo central de coordinación que incluya a la provincia de Buenos Aires (que en la actualidad aparece aparentemente más desdibujada en su rol) y a los municipios del periurbano, a los cuales se les debería exigir, por ejemplo, que cuenten con institutos descentralizados como los de Moreno y Florencio Varela (u organismos similares), a fin de hacer más operativa la “bajada” de éste y otros programas, y a fin de encarar desde un nivel más formal la preservación de sus espacios periurbanos como política de Estado[4]. Para concluir, vale señalar que, considerando la reciente implementación de políticas específicas y la circulación de agentes públicos con importante capacidad de iniciativa y conocimiento, recursos humanos valiosos que están generando un “banco de experiencias” de alto valor, el tratamiento público de la agricultura periurbana, presenta un gran potencial para contribuir a la preservación presente y futura del cinturón verde de la Región Metropolitana de Buenos Aires. (*) Área de Ecología Instituto del Conurbano Universidad Nac.de Gral Sarmiento andresbarsky@yahoo.com.arEsta dirección electrónica esta protegida contra spambots. Es necesario activar Javascript para visualizarla Ing. Pedro Aboitiz Agencia Luján EEA AMBA INTA - peteraboitiz@gmail.com

lunes, 13 de agosto de 2012

NOTA PAGINA 12 APORTE ECONOMICO DE LA COMUNIDAD BOLIVIANA EN ARGENTINA CON LA HORTICULTURA

Pocos datos y muchos prejuicios es lo que rodea el discurso referido al desarrollo de la comunidad boliviana, que representa la segunda en importancia de acuerdo a datos de la Dirección Nacional de Migraciones, con cerca de 450.000 pedidos de radicación resueltos y un amplio número de “sin papeles” que, según fuentes del consulado boliviano y de la Organización Internacional para las Migraciones podrían triplicar dicha cifra. Entre ellos, se calcula que alrededor del 65 por ciento tienen entre 18 y 40 años, los que los sitúa en una edad óptima dentro de la Población Económicamente Activa. Si bien existen pocos estudios sobre el aporte que esta comunidad brinda a la economía argentina, diversos trabajos enfocados en uno de los rubros en los que mayor inserción tiene, exhiben una faceta del gran aporte que brindan a nuestro país, concretamente a la alimentación de quince millones de argentinos. Esta es la cifra que brindó a Cash el Ingeniero del INTA Pedro Aboitiz, quien agregó además que más del 80 por ciento de las frutas y verduras que consumimos los argentinos proviene del trabajo boliviano, una de las pocas comunidades dispuestas a realizar un trabajo que Aboitiz describe como “ingrato y muy desvalorizado socialmente”. De acuerdo a la Federación de Productores Hortícolas de Buenos Aires (Fedeprohba), en los últimos 15 años el aporte de los inmigrantes limítrofes a la horticultura argentina, entre los cuales se calcula en un 70 por ciento el índice de bolivianos, fue fundamental para nuestra economía, gracias a la producción del 50% de las ventas registradas y del 60% de las que se tributan, que podrían llegar al 80% por ser esta una actividad evasora de impuestos. Aboitiz, realizó uno de los estudios en los que detalla el intenso y coordinado trabajo de los bolivianos en el rubro de la horticultura en Escobar y Pilar, partidos que junto a Moreno y La Plata representan el grueso de la producción dentro del Gran Buenos Aires (lo saqué de un gráfico de "torta" que había en tu trabajo), mediante el cual exhibe que el rubro de la horticultura estuvo durante décadas dominado por italianos y portugueses, quienes a partir de la década del 80, dejaron de trabajar sus propias tierras para contratar peones bolivianos, gracias a su intenso trabajo y reducido costo laboral, lo que marcó el comienzo de la inserción boliviana en este rubro. Roberto Benencia, sociólogo, investigador del CONICET, profesor de la UBA y uno de los mayores especialistas en el tema, acuñó por su parte la denominación “Escalera hortícola boliviana” al referirse a la exitosa inserción de los bolivianos en el mercado de trabajo de la Argentina. Al hacer referencia a la misma, este investigador da cuenta del fuerte avance de esta comunidad en todo el eslabón productivo, así como su amplia incorporación en los diferentes mercados de distribución de verduras. Según Benencia, durante los últimos veinte años los trabajadores bolivianos efectuaron un trayecto por medio del cual pasaron de peones a “medieros”, es decir aportar en las inversiones y recibir un 40 por ciento de las ganancias, para luego convertirse muchos de ellos en arrendatarios y más adelante propietarios. Asimismo, un trabajo del docente de la UNLP Martín García exhibe como a partir de 1995, los hortícolas bolivianos de la Argentina comenzaron a tornar un modo de producción con preponderancia de elementos campesinos a otro capitalista, que a partir de 2002 se transformó en mayoritario, sumando además todo lo referente a la comercialización.Por eso, no sorprende que de los cerca de 30.000 compradores que semanalmente se dirigen al Mercado Central, el 60 por ciento de los mismos sea boliviano. De acuerdo a Aboitiz, actualmente los bolivianos dedicados a la horticultura trabajan de forma muy sincronizada con todo su grupo familiar y otras redes de pertenencia, sin internet pero optimizando el uso de los handies, para lo cual pueden “importar” productos estacionales de una provincia a otra, logrando de esta forma una optimización de la oferta. Asimismo, este investigador resalta los varios invernaderos que trabajadores bolivianos provenientes de Tarija han comenzado a desarrollar en la Plata, los cuales también les permiten ofertar sus productos sin dependen de las estaciones climáticas. Si bien los estudios se circunscriben a Buenos Aires, se sabe que este mismo fenómeno se está repitiendo en los cinturones verdes de Viedma, Río Cuarto, y en las provincias de Salta, Jujuy, Tucumán, Santa Fe, Corrientes, Río Negro y Chubut. El cónsul adjunto de Bolivia Antonio Abal, señaló a Cash que fuera de los estudios mencionados, son pocos los trabajos que midan el aporte económico de la comunidad boliviana, aunque se sabe que los principales rubros a los que se dedican, además de la horticultura, son la construcción, fundamentalmente en la costa atlántica, y el textil, desde los cuales es lógico suponer que también realizan un intenso y eficiente trabajo, brindando un significativo aporte al país. Así, lejos de las connotaciones negativas por la “inmigración descontrolada” a la que hizo referencia Mauricio Macri, y de la opinión de un 50 por ciento de argentinos que, según un estudio de la consultora Ipsos, “evalúa negativamente” la llegada de extranjeros al país, la comunidad boliviana cumple un muy importante papel en nuestra alimentación, y muy factiblemente, también en nuestro techo y vestimenta. COMENTARIOS DE ANDRES BARSKY 1) En Verduras fundamentalmente en Sector Frutas no es tan preponderante 2) mejor diga que es una actividad "que registra importantes índices de informalidad", y no que es una "actividad evasora de impuestos" tan directamente porque suena muy fuerte (y hasta estigmatizante, puede dar argumentos a quienes no quieren a los inmigrantes), cuando en realidad la intención es destacar el trabajo de los bolivianos. 3) para mejorar el concepto de "mediería", que agregue: "aportar en las inversiones que realiza el titular de la quinta" o "el titular de la explotación hortícola". Y en vez de "recibir un 40 por ciento de las ganancias", más bien es el "40 por ciento de los ingresos por las ventas". La ganancia supone el lucro, algo mucho más complejo de medir y más en el caso de agentes económicos con una cultura tan distinta a la nuestra. 4) Población de capital: 3, GBA: 11, alrededores (La Plata y otros) 1. Poner 14 o 15 millones está OK. Pero aclarar en el texto que se está haciendo referencia a la Región Metropolitana de Buenos Aires (el cinturón verde periurbano, contiguo a la aglomeración, aporta el 30 % de las hortalizas que comemos). 5) Cuando dice "Escobar y Pilar, partidos que junto a Moreno y La Plata representan el grueso de la producción dentro del Gran Buenos Aires" no olvidar a Florencio Varela, que es importantísimo (el segundo después de La Plata). 6) Cuando se afirma que "varios invernaderos que trabajadores bolivianos provenientes de Tarija han comenzado a desarrollar en la Plata, los cuales también les permiten ofertar sus productos sin depender de las estaciones climáticas", mejor decir que los invernaderos "que vienen desarrollando en La Plata" porque no empezaron ahora sino hace varios años. Por otra parte, en vez de "estaciones climáticas" mejor poner "las cuatro estaciones del año" o "de las oscilaciones del clima". Y un tema, que si lo quiere agregar no viene mal para matizar, es que si bien amortiguan riesgo climático, sí están sujetos a recurrentes crisis de sobreproducción (en determinados momentos, todos producen lechuga o todos producen tomate). 7) Cuando se afirma "cinturones verdes de Viedma, Río Cuarto", no olvidar Mar del Plata, Bahía Blanca y Córdoba capital (importantísimos!!!!). 8) De los últimos años de crecimiento acelerado que tuvo Argentina al 7-9 %, no es descabellado afirmar que 2 o 3 puntos los aporta el trabajo de los inmigrantes en la construcción, textiles y actividades primario-intensivas. ______________________________________________________________________________ COMENTARIOS DE MARCELA MONTAN Me gusto mucho el articulo, coincido en algunos puntos con Andres, en el caso de 1) Me parece el 80% si corresponde a la procedencia verduras( horticulas) de origen procedencia boliviana, lo de frutas lo desconozco, creo que deberias ser mas delicado con este dato. 2) Sobre la informalidad me parece que esta bueno decirlo, porque es asi!, y ahi puedes comparar con Bolivia misma ya que aca los niveles de informalidad alcanzan un 75% aproximadamente y son precisamente el rubro de alimentos que dominan en este porcentaje, son practicas transnacionales que las hemos ido manteniendo de generacion en generacion, y realmente sera muy dificil cambiar ese patron de economia informal boliviano, lo que yo puse en la tesis para describir esto como: "economia semi-informal tolerada los cuales son basadas en redes de comercialización basadas en la confianza , que en Bolivia son informales pero permitidas y en Argentina serian en negro pero toleradas". Pienso tambien que existen pocos estudios serios respecto al aporte economico de los rubros en los cuales los bolivianos son " exitosos", por lo cual tambien deberia incentivarse a un estudio que mida este impacto, entendiendo estas practicas sociales y culturales que repercuten al final en lo economico. Los demas puntos van bien, gracias por escribirlo y publicarlo. Saludos MARCELA _______________________________________________________________________________ COMENTARIO DE ANTONIO ABAL UñO El comentario que debo hacer siempre es el mismo y lo siento por la compañera de la tesis. Cuál informalidad? la de la economía liberal-capitalista, no debemos olvidar que el sistema de ordenar la economía es, sobre todo un criterio político, no hay que olvidar que hablamos siempre de "economía política" . La llamada "formalidad" es un dispositivo para controlar el sistema de acumulación. En otras economías, porque no es sólo el caso boliviano, existen otras formas de organizar la producción-circulación-consumo. Existen otras lógicas de la utilización del excedente; no podemos olvidar que los tributos, tasas, impuestos son tan antiguos, pero perfeccionados en los sistemas de producción feudal no? Un saludo Antonio

sábado, 28 de abril de 2012

“Construyendo nueva institucionalidad en el INTA. La experiencia de creación de la agencia experimental AMBA (Área Metropolitana de Buenos Aires), especializada en agricultura periurbana”

Lic. Andrés Barsky Instituto del Conurbano Universidad Nacional de General Sarmiento Introducción: La agricultura periurbana como objeto de política pública en la última década En años recientes, la agricultura periurbana como asunto de gestión ha venido incorporándose crecientemente en la política pública vinculada con la Región Metropolitana de Buenos Aires. En la última década, desde distintos niveles del Estado Argentino (nacional, provincial, municipal), se ha promovido con iniciativas concretas la idea de incidir en el desarrollo del cinturón productivo primario-intensivo. Las mismas se describen a continuación . En 1999, la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación de la Nación (hoy Ministerio de Agricultura) estableció, mediante la Resolución 71/99, la necesidad de ir incorporando las Buenas Prácticas Agropecuarias (BPA) en toda la producción agropecuaria nacional, comenzando por la horticultura. En el año 2000, en la Municipalidad de Moreno -suburbio del oeste bonaerense- se crean el Instituto Municipal de Desarrollo Económico Local (IMDEL) y el Instituto de Desarrollo Urbano-Regional (IDUAR), dos institutos descentralizados que trabajan con los agricultores de esa jurisdicción y procuran solucionar el problema del acceso a la tierra y la comercialización mediante determinados instrumentos de gestión territorial. En el año 2002, la Municipalidad de Florencio Varela, de la zona sur, genera una iniciativa similar y pone en funcionamiento el Instituto de Desarrollo Local (IDEL), en el cual se incorpora el Programas “Tierras productivas” un año más tarde. Durante 2004, la Municipalidad de Pilar, ubicada en el sector noroeste de la aglomeración y una de las más afectadas por el retroceso del espacio semirural, implementa un programa llamado “Programa de Promoción de la Actividad Agropecuaria Sustentable (PROAAS)”. Para el año 2006, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), implementa el Programa Nacional de Apoyo al Desarrollo de los Territorios (PNTER), que muestra un grado de apertura inédito de la institución hacia las temáticas territoriales. Ese mismo año, financia un proyecto integrado de grandes dimensiones: el PNHFA 3141 “Desarrollo de tecnologías de procesos y gestión para la producción periurbana de hortalizas”, que se centra fundamentalmente en estudiar aspectos tecnológicos y de impacto ambiental de la horticultura en el espacio de influencia metropolitano de Buenos Aires. En el año 2007, la Provincia de Buenos Aires incluye por primera vez en su organigrama una Dirección de Agricultura Periurbana, bajo la órbita de la Subsecretaría de Asuntos Agrarios. Asimismo, la Secretaría de Agricultura habilita ese año la creación del Registro Nacional de la Agricultura Familiar. Durante el año 2008, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) realiza la Apertura del Registro Nacional de Productores Agropecuarios (RENSPA), enfatizando sus primeras acciones en horticultura periurbana. Ese mismo año, Presidencia de la Nación firma un convenio para subsidiar la agricultura periurbana de los partidos del norte y oeste de Buenos Aires fomentando el desarrollo del invernáculo u horticultura bajo cubierta en zonas de bajo desarrollo. Por último, durante 2009 y 2010 se llevan a cabo dos iniciativas de relevancia: a) la puesta en funcionamiento de una nueva Estación Experimental del INTA especializada en Agricultura Urbana y Periurbana para el territorio del Área Metropolitana de Buenos Aires: la originalmente denominada Estación INTA AUPU AMBA –hoy Estación INTA AMBA-, una agencia pionera en Latinoamérica destinada a asistir el sector productor de alimentos a nivel metropolitano; y b) la presentación, por parte de Presidencia de la Nación, del Programa Nacional de Agricultura Periurbana del Ministerio de Agricultura, una iniciativa que da continuidad al convenio firmado en 2008 y propone ampliar la oferta de crédito subsidiado de los productores. Las acciones descriptas dan la pauta de que el Estado, desde diferentes niveles de intervención, ha comenzado a trabajar en la última década con mayor especificidad sobre el cinturón productivo rural de Buenos Aires. El presente trabajo se propone reflexionar acerca de cómo ha sido, particularmente, el proceso de creación de la agencia INTA-AMBA y cómo está contribuyendo a la construcción de nueva institucionalidad para un territorio tan complejo como el periurbano. La conformación institucional del INTA AMBA Durante el año 2006, la Matriz Institucional del INTA -integrada por la Dirección Nacional, los Centros Regionales y de Investigación, los Programas Nacionales y las Areas Estratégicas del organismo- definió como línea prioritaria de gestión a la agricultura urbana y periurbana. Financió, entre otros emprendimientos, el mega proyecto integrado PNHFA 3141 “Desarrollo de tecnologías de procesos y gestión para la producción periurbana de hortalizas”, que tuvo sede en la Estación Experimental San Pedro. Como se ha mencionado al principio de este trabajo, se abocó centralmente a estudiar aspectos tecnológicos y ambientales de la horticultura en áreas periurbanas de Buenos Aires y otras regiones del país. Los resultados del proyecto conformaron un diagnóstico de situación, un insumo, que le permitió al INTA seguir profundizando su reorganización institucional en torno a la temática de la agricultura urbana y periurbana. A fines de 2007, el INTA se encontraba evaluando la factibilidad de establecer una estación experimental especializada en agricultura urbana y periurbana (AUPU), con radio de acción territorial en todo el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) . Durante 2009, dio pasos significativos hacia la puesta en funcionamiento de dicha institución denominada inicialmente INTA AUPU AMBA, bajo la órbita del Consejo Regional Norte de la Provincia de Buenos Aires. El trabajo principal inicial consistió en agrupar las agencias localizadas alrededor de Buenos Aires bajo la órbita de esta nueva estación para posteriormente crear otras nuevas. Se realizó una regionalización dividiendo al periurbano en unidades de coordinación territorial por zonas: norte, oeste y sur (más una unidad en la zona urbana). Todo este trabajo fue respaldado por documentos en los que se detallaron diagnósticos de las zonas y planes estratégicos por región . Si bien lo reciente de su implementación –aún en curso- nos impide realizar una evaluación general de lo realizado, vale señalar que en el proceso de creación de esta agencia se registró una rica discusión intrainstitucional, lo que se refleja en la calidad de los documentos de base que le dieron origen. Asimismo, el INTA AMBA se ha propuesto objetivos y metas muy relevantes con respecto al sostenimiento de la agricultura periurbana, que incluyen el ordenamiento territorial. En las Segundas Jornadas de Agricultura Periurbana llevadas a cabo en la Universidad de General Sarmiento en abril de 2011, Andrea Maggio, en ese momento Coordinadora de la Unidad de Coordinación Territorial Oeste y actualmente Directora de la Estación Experimental INTA AMBA, realizaba un racconto sobre la creación del organismo. Señaló que, pasados los años noventa, el INTA comenzó a desarrollar líneas de trabajo asociadas al desarrollo local, incorporando luego la idea de desarrollo territorial y teniendo como meta enfatizar su accionar en el acompañamiento de la agricultura familiar, que pasa a ser crecientemente visibilizada como destinataria de intervención de política pública. Los antecedentes de importancia habían sido dos programas de los años noventa: el Plan Minifundio, desfinanciado por el Estado en 1998, y el Pro-Huerta, que en los últimos años recibió apoyo del Ministerio de Desarrollo Social. En 2007 y 2008, la temática del periurbano adquiere relevancia en la agenda institucional, generándose una importante discusión interna en la que la inquietud principal era si el INTA debería involucrarse en la gestión del sector agropecuario del AMBA. En 2009, el Centro Regional Buenos Aires Norte (del cual depende el Área Metropolitana) trabaja en el armado de la estructura y en 2010 se realiza el lanzamiento del INTA EEA AMBA. Para ello, señaló que fue fundamental poner en valor el trabajo que venían realizando distintos técnicos en los distintos territorios vinculándose con municipios, universidades, etc., cuyo anclaje, referenciación y articulación con los niveles locales permitió la generación de programas de territorio donde los ejes fundamentales son producción y comercialización, soberanía alimentaria y equidad social, contaminación ambiental y aportes al ordenamiento territorial. En este sentido, rescató que el procedimiento de regionalización de los territorios del AMBA se hizo aplicando el concepto de enfoque territorial, definiendo líneas de soberanía alimentaria y equidad social y tomando al ordenamiento del territorio como premisa. Para ello, se realizó un relevamiento de los sistemas productivos presentes en cada territorio del AMBA, el cual fue dividido en cuatro UCTs. En un principio, señaló, la huerta familiar tenía mayor representación en las actividades institucionales que el productor agropecuario del periurbano. Sin embargo, en los últimos años, afirmó, la dinámica social alrededor de los mercados hortícolas ha cambiado, pues se ha producido una apropiación por parte de los productores de esos espacios, que han pasado a gravitar como nuevos mercados concentradores, lo que lleva a la pregunta sobre si se asiste actualmente a la conformación de un modelo de capital que ha desplazado a otro de economía social y, en ese caso, se interroga acerca de los desafíos que esto implica en el contexto político actual. Mapa N° 1: Regionalización del INTA AMBA Conclusiones: La presente ponencia se ha propuesto reflexionar, de manera preliminar, acerca de cómo la creación de la agencia INTA-AMBA se produce en un marco particular. En el mismo se destaca: a) un mayor posicionamiento de los técnicos con mirada social y territorial; b) una creciente conciencia intrainstitucional de que se requieren nuevos instrumentos para trabajar en territorios complejos como los periurbanos, en función de la fuerte afectación de los cinturones verdes de muchas ciudades del país. La experiencia no ha estado exenta de profundos debates internos entre los agentes que poseen una mirada más productivista acerca del desempeño que debe tener la explotación agrícola frente a aquellos que se preocupan por la viabilidad social de la agricultura familiar. Como se ha mencionado, la agencia ha efectuado diagnósticos preliminares a nivel metropolitano y regionalizado su marco de actuación en UCTs (Unidades de Coordinación Territorial). Sin embargo, entendemos que este tipo de iniciativas están enmarcadas en una agenda mayor que las trasciende y debe ser considerada. En la actualidad, se encuentran presentados ante el Congreso de la Nación varios proyectos de ley de ordenamiento territorial: el del Ejecutivo Nacional, el de la diputada Silvia Augsburger (Frente Amplio Progresista, Santa Fe), el de la diputada Nélida Belous (Partido Social Patagónico, Tierra del Fuego) y el de la organización social “Habitar Argentina”. Por ejemplo, la propuesta de Habitar Argentina, que sintetiza varias de las iniciativas precedentes, afirma en su artículo 27° que “la preservación de ámbitos periurbanos constituye un instrumento que (..) comprende la protección de actividades consideradas estratégicas que dichos espacios suelen brindar. Cada jurisdicción establecerá, mediante normativa específica, las condiciones de aplicación de dicho instrumento, así como las herramientas que faciliten su preservación y gestión”. En este sentido, y en función de temáticas como la que se tratan en este trabajo, consideramos que el INTA, que se está involucrando institucionalmente en la gestión de los espacios periurbanos, debe constituirse urgentemente en autoridad nacional de tierras a los fines de preservar los suelos que circundan las ciudades. Por ejemplo, en el caso de Chile, el Decreto Ley 3.516, que tiene varias décadas de vigencia, permite la subdivisión de predios rústicos periurbanos, siempre y cuando el Servicio Agrícola Ganadero (SAG) del Ministerio de Agricultura lo autorice. Asimismo, las solicitudes de cambio de uso del suelo se realizan a la Comisión Interministerial conformada por los Ministerios de Vivienda y Urbanismo y de Agricultura (Naranjo Ramírez, 2007: 231). Por lo tanto, los nuevos instrumentos legales a ser creados deberían contemplar que los organismos nacionales que tienen a su cargo la gestión técnica del suelo adquieran funciones de contralor frente al avance incontrolado de la urbanización o la presión del cultivo de soja en los bordes de la ciudad. En otro trabajo (Barsky y Aboitiz, 2011), se ha comentado que la iniciativa del INTA AMBA se enmarca dentro de una contexto en el que se han generado, durante la última década, políticas municipales, provinciales y nacionales para el periurbano de Buenos Aires, habiéndose destacado tanto el valor de esas experiencias como la fragmentación institucional en el que se han concretado las mismas. Actualmente, un nuevo tipo de iniciativa también resulta de interés en función de su originalidad: el INTA IPAF Pampeano (Instituto de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Pequeña Agricultura Familiar Región Pampeana) está considerando el traslado de su sede de Villa Elisa, La Plata, al campus de la nueva Universidad Nacional Arturo Jauretche de Florencio Varela. Sería la primera vez que se lleve a cabo una acción de carácter interinstitucional, en formato de “parque tecnológico productivo”, que podría generar valiosas sinergias técnico-académicas que también contribuyan a incidir en el desarrollo del cinturón verde del periurbano de la Región Metropolitana . En definitiva, estamos asistiendo a un proceso de construcción de nueva institucionalidad para gestionar la agricultura “de proximidad” de la aglomeración Gran Buenos Aires. Bibliografía citada: Barsky, Andrés (2002). “Agricultura periurbana: Diagnóstico socio-ambiental del impacto de las actividades del sector primario del partido de Moreno”. E-conference RUAF-CIP-SIUPA on urban agriculture methodologies, Resource Centre on Urban Agriculture and Forestry (RUAF), vol. 1, AB Leusden (Holanda). Barsky, Andrés (2005). “El periurbano productivo, un espacio en constante transformación. Introducción al estado del debate, con referencias al caso de Buenos Aires”. En: Scripta Nova, N° 194(36), vol. 9, Barcelona. Barsky, Andrés y Vio, Marcela (2007). “La problemática del ordenamiento territorial en cinturones verdes periurbanos sometidos a procesos de valorización inmobiliaria. El caso del Partido del Pilar, Región Metropolitana de Buenos Aires”. En: 9° Coloquio Internacional de Geocrítica, Universidad Federal de Río Grande do Sul, Porto Alegre, mayo-junio. Barsky, Andrés (2008). “La bolivianización de la horticultura y los instrumentos de intervención territorial en el periurbano de Buenos Aires. Análisis de la experiencia de implementación de un programa de “buenas prácticas agropecuarias” en el partido de Pilar”. En: Scripta Nova, N° 270(81), vol. 12, Barcelona. Barsky, Andrés; Astelarra, Sofía y Galván, Luciana (2010). “Experiencias de intervención territorial en el cinturón hortícola de Buenos Aires. Análisis de la implementación del programa PRO.A.A.S. en el partido de Pilar”. En: Apuntes de Investigación del CECYP, Nº 16, Fundación del Sur, Buenos Aires, diciembre de 2009. Barsky, Andrés (2010). “La agricultura de “cercanías” a la ciudad y los ciclos del territorio periurbano. Reflexiones sobre el caso de la Región Metropolitana de Buenos Aires”. En: Agricultura periurbana en Argentina y globalización. Escenarios, recorridos y problemas. Ada Svetlitza de Nemirovsky (editora). Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), Buenos Aires, 2010. Barsky, Andrés y Aboitiz, Pedro (2011). “La agricultura periurbana en la agenda pública. Implementación de políticas municipales, provinciales y nacionales para el sostenimiento del cinturón verde en los bordes de la Región Metropolitana de Buenos Aires (2000-2010)”. Jornadas “Memoria y oportunidades en el agro argentino: burocracia, tecnología y medio ambiente (1930-2010)”, Universidad Nacional de Quilmes, 8-10 de junio. www.habitarargentina.blogspot.com.ar www.idel.gov.ar IMDEL (2008). “La agricultura periurbana como herramienta de gestión: Producción de alimentos y ocupación del territorio” (Juan D' Alessandro). Instituto Municipal de Desarrollo Económico Local, Moreno. www.inta.gov.ar www.moreno.gov.ar Naranjo Ramírez, Gloria (2007). “Expansión metropolitana en el periurbano de Santiago. Implicancias territoriales en la Provincia de Chacabuco”. En: De Mattos, Carlos e Hidalgo, Rodrigo (eds.), Santiago de Chile: Reconfiguración metropolitana y movilidad espacial, Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales-Instituto de Geografía, PUC, Santiago. Universidad Nacional de General Sarmiento (2011). II Jornadas “Las políticas públicas para el sostenimiento de la agricultura periurbana en la Región Metropolitana de Buenos Aires”. Instituto del Conurbano, Los Polvorines, 24 de abril.

miércoles, 21 de marzo de 2012

“Construyendo nueva institucionalidad en los bordes de la ciudad. La experiencia la agencia experimental INTA-AMBA (Área Metropolitana) Barsky Aboitiz

En la última década se ha producido una creciente instalación de la agricultura periurbana como tema de agenda pública. Entre los años 2000 y 2008, distintos municipios de la Región Metropolitana de Buenos Aires generaron políticas para gestionar sus cinturones verdes. Todo ello adquirió mayor dimensión durante 2009 y 2010, cuando acontece: a) la creación de una nueva agencia del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) especializada en agricultura urbana y periurbana; y b) la presentación del Programa Nacional de Agricultura Periurbana por parte del Ministerio de Agricultura.

La presente ponencia se propone reflexionar acerca de cómo la creación de la agencia INTA-AMBA se produce en un contexto complejo en el que se destacan: a) la reducción o desaparición de varios cinturones periurbanos del país, como consecuencia de una urbanización acelerada hacia la periferia y el avance de la soja hasta los límites de la ciudad; b) un mayor posicionamiento de los técnicos con mirada social y territorial a nivel de INTA; c) una creciente conciencia intrainstitucional de que se requieren nuevos instrumentos para trabajar en territorios complejos como los periurbanos. La experiencia no ha estado exenta de profundos debates internos entre los agentes que poseen una mirada más productivista acerca del desempeño que debe tener la explotación agrícola frente a aquellos que se preocupan por la viabilidad social de la agricultura familiar. Para facilitar su operatoria, la agencia ha efectuado diagnósticos preliminares a nivel metropolitano y regionalizado su marco de actuación en UCTs (Unidades de Coordinación Territorial). En definitiva, el trabajo procura indagar sobre cómo ha sido proceso de construcción de nueva institucionalidad para gestionar el complejo periurbano.

Transformaciones en la horticultura platense Por Ing Agr Matias Garcia

La tesis en su conjunto provee un análisis de la producción, la tecnología, la tierra, los agentes de la producción, la comercialización, la fuerza de trabajo que, en interacción, brindan elementos no sólo para interpretar las transformaciones en la estructura agraria hortícola platense en los últimos 20 años, sino que también logran desarrollar o poner en cuestión el nuevo modelo de producción y abastecimiento a nivel agregado.

Tres son los pilares que, en gran medida, explican las transformaciones en cuestión: el horticultor boliviano, la explotación de la fuerza de trabajo y el invernáculo.
La estrategia de adopción del invernáculo tenía y aún conserva como guía la búsqueda de diferenciarse. La diferenciación de las hortalizas bajo invernáculo en: i) calidad de producto (lo que implica no sólo un mejor precio vs. una hortaliza “a campo”, sino que además posibilita la concreción de la venta del producto, no siempre garantizada en un mercado siempre cercano a la saturación); ii) sobreprecios por oferta en períodos de baja producción; iii) una más rápida circulación de capital y uso más eficiente de los medios de producción, ya que los mismos no se sesgan al período estival sino que se puede producir todo el año; y iv) una productividad que permite diluir los mayores costos totales aportando al mercado un producto de “calidad” a precios difícilmente competitivos para el resto del Área Hortícola Bonaerense, y más aun, para las regiones extra-bonaerenses, las cuales poseen un significativo costo de transporte.
Tras analizar las modalidades de mano de obra existente en el sector, se observa una prácticamente total precarización, informalidad y fuerte explotación de la fuerza de trabajo hortícola. Sobre esta característica se asienta una porción importante de la competitividad que muestra la capital bonaerense, en interacción con la que brinda el invernáculo. Esta situación fue posibilitada y exacerbada en los años ’90 por la desregulación, flexibilización laboral y política migratoria que obligaban al trabajador extranjero con irregular documentación a aceptar condiciones (de trabajo y de vida) paupérrimas. Si bien parte del contexto se modifica post crisis del 2001, hay una continuidad en esta forma de uso de la fuerza de trabajo, aun cuando el estrato de productores en forma mayoritaria se encuentra ocupado por quienes han pasado por esta situación.
La competitividad quedaría renga si no se menciona el rol asumido por el horticultor boliviano y su relación con la explotación de la fuerza de trabajo en todo este proceso. Su capacidad y aporte de trabajo, contracción del consumo, privilegio de inversión en la Unidad de Producción, generación de redes de intercambio de información, financiamiento, la imposición de nuevas formas de comercialización y su interacción con el invernáculo complementa la explicación de los pilares de estas transformaciones. Las estrategias del horticultor boliviano les permiten una lenta acumulación de capital y hasta posibilita su ascenso social. Dicho ascenso es sustitutivo, puesto que este horticultor en un principio se impone ante la oferta de trabajadores criollos, al no aceptar estos últimos las condiciones de trabajo que este sujeto ahora permite. Luego, el desplazado es una importante porción de los propios productores criollos e italianos de baja competitividad, a quienes su aburguesamiento les impide un retroceso al status de capitalista con rasgos campesinos. Por último, este actor también le quita grados de libertad (léase, poder de apropiación del valor) al comerciante (cuando en otras regiones directamente lo desplazó).

A nivel agregado, esta acumulación de capital y ascenso social se evidencia en una expansión de la horticultura platense, en donde los desplazados pasan a ser otras regiones, desde el ya extinto Cinturón Hortícola Bonaerense, hasta cinturones distantes como el rosarino. También muestra influencia en el retroceso de abastecimiento de otras regiones hortícolas y hasta imponiéndose en mercados lejanos.

Este modelo “exitoso” presiona en búsqueda de nuevas formas de apropiación del valor generado, algunos con el propósito de una mayor acumulación, otros buscando apenas persistir. Así es cómo en esa búsqueda también se transforma el sistema de comercialización, sobresaliendo el avance del horticultor boliviano sobre este eslabón.
Otra agente en búsqueda de apropiación del mayor excedente generado es el terrateniente. Este contribuye a incrementar el monto de la renta de la tierra en La Plata, cuya viabilidad es posibilitada no sólo por la altísima inversión tecnológica y la concentración productiva en La Plata, sino que también por la fuerte explotación de la fuerza de trabajo (familiar y externa) y la aceptación de una menor tasa de ganancia por parte de los productores bolivianos.

La influencia de las transformaciones muestra diferentes “niveles”. La interacción invernáculo - fuerza de trabajo y rol del horticultor boliviano en La Plata generaron, a nivel nacional, una ampliación en el aprovisionamiento del mercado del GBA cuanti y cualitativa, generando una oferta más regular a lo largo del año. A nivel regional, las estrategias claramente diferenciales en juego fueron responsables de la desestructuración del viejo Cinturón Hortícola Bonaerense y de la reestructuración del Archipiélago Hortícola. Mientras que a nivel local, las transformaciones generadas resultaron de tal magnitud que hasta ponen en duda la categorización de La Plata como “cinturón verde”, al menos según sus rasgos típicos.
El modelo productivo platense sigue haciendo usufructo de las ventajas comparativas del cinturón verde (cercanía al mercado), y lo potencia con características de alta inversión tecnología y explotación de la fuerza de trabajo. Dicha combinación, de la mano de estrategias adoptadas por el horticultor boliviano, llevaron a la horticultura platense a una expansión productiva y diferenciación, con impacto en la estructura agraria hortícola local, regional y nacional.

Finalmente, este nuevo modelo competitivo y que en su superficie aparenta como exitoso, no puede ocultar sus pies de barro: un uso no sustentable de los bienes comunes, y paupérrimas condiciones de trabajo y de vida (familiar y externo).