Dar
a conocer los derechos al acceso a la tierra
y saber lo que se debe hacer cuando se vulneran esos derecho promueve
mejores condiciones para protegerse .
El presente
trabajo comprende el análisis de
información primaria y secundaria: a) sistematización de la información sobre
el acceso a la tierra de los
productores (superficies de las
actividades, orientaciones productivas, comercialización de los productos, etc.) y sus actividades productivas, mediante dimensiones agroproductivas y
socioeconómicas (nacionalidad del productor y su familia, organización del
trabajo predial, uso del suelo, dotación de tierra y capital, forma de
comercialización, historia laboral del productor, etc.).
Cinturón hortícola
del Gran Buenos Aires
El cinturón verde de
Buenos Aires se desarrolló durante el siglo XX por la presencia de
productores campesinos españoles e
italianos y sus descendientes primero, y portugueses después, hasta que en
los años setenta comenzaron a ser gradualmente remplazados por migrantes
bolivianos que trabajaban como peones golondrina en otras regiones del país,
y se instalaron en el periurbano de Buenos Aires
En los años setenta
en el Partido de Escobar y seguidamente
arrendando tierras en Pilar,
Moreno , General Rodriguez y Lujan
“atraídos por la escasez de mano de obra en las quintas de los
patrones portugueses”, conformándose desde allí un núcleo de difusión hacia
el resto de la Región Metropolitana (Benencia, 2006 citado por Barsky y Vio,
2007).
Las dinámicas migratorias
en las producciones periurbanas del AMBA, los sucesivos reemplazos
generacionales, según las colectividades que los protagonizaron son:
A principio del siglo
XX El cinturón de quintas estaban pasando el Riachuelo y la actual Avda Gral Paz por población de origen italiano y español.
En la década del
50 los portugueses pierden sus
colonias en Aftica e irrumpen con fuerza en horticultura (Svetlitza de
Nemirovsky, 2005 citado por Barsky, 2007).
En la década del
setenta comienza un potente fenómeno de "bolivianización", cuando
trabajadores de esa nacionalidad se incorporan en las quintas de los
portugueses, reemplazándolos con el paso de los años (Barsky, 2007).
En la última década,
la producción hortícola se despliega principalmente en la tercera corona, en
cuñas remanentes de la segunda y comienzan a darse fenómenos incipientes en
la cuarta corona (desde 25 km hasta más allá de 70 km desde el centro de la
ciudad) perdiendo la homogeneidad y su
continuidad espacial del Cinturón Verde convirtiéndose en un archipiélago
Verde (Julie Le Gall 2009).
El fuerte fenómeno de
“bolivianización en red” que se ha producido sobre la periferia de Buenos
Aires en las últimas tres décadas responde a diversas causas: a) el intenso
carácter clánico de la migración boliviana, que mediante formas particulares
de conchabo, relaciones intrafamiliares y de género entre sus integrantes les
ha permitido
extenderse tanto en lo referido a la esfera de la producción como en la de la
comercialización;
b) la acusada
especialización en horticultura en fresco que experimentó el mercado
argentino desde los años noventa; c) las notables transformaciones
tecnológicas que permiten hoy en día un aprovechamiento mucho más intensivo
del espacio físico, tanto bajo cubierta como al aire libre; d) el
debilitamiento de la autoridad estatal de concentración de la
comercialización hortícola (Mercado Central de Buenos Aires), que ha
permitido un florecimiento de mercados secundarios en toda la Región
Metropolitana; entre otros factores (Barsky y Vio, 2007).
En la década de 1990,
con un tipo de cambio fuertemente sobrevaluado, se observó una pujante
corriente inmigratoria boliviana que encontró un espacio de inserción en el
mercado de trabajo hortícola en el periurbano de las grandes ciudades. En la
actualidad se da el fenómeno inverso por el menor valor de la moneda
argentina y la presión inmobiliaria, sumado a
los robos y una marcada discriminación que sufren
La llamada
“bolivianización” de la horticultura en nuestro país marcan la trayectoria familiar
de estos inmigrantes y las redes
comunitarias en las que trabajan y los
objetivos de capitalización que los impulsan.
Cabe señalar, el
carácter de agricultura flexible y de trabajo informal que caracteriza a la cultura ancestral de
la comunidad Boliviana donde se
naturaliza la autoexplotacion de la propia familia
Estos productores son
personas que realizan la producción en un campo que en la mayoría de los
casos no son de su propiedad y cuyo
aporte a la producción es la mano de obra y un porcentaje del costo de
algunos insumos para la producción (fertilizantes, semillas, plaguicidas). El
que tiene a su cargo la tenencia de la tierra bajo la forma de arrendatario , propietario o con algún derecho de posesión
de la tierra , realiza las operaciones
de preparación del suelo para la siembra y paga una parte del costo de los
insumos.
En general la
comercialización la realiza el titular
de la explotación. El porcentaje del valor económico de la producción
que retiene cada parte, entre el Titular del Establecimiento o Patrón y el
mediero se establece una relación que tiene
en cuenta el aporte que hace cada uno. Normalmente está en el orden
del 30-40% para el mediero. Esta modalidad de trabajo no es exclusiva de la
producción hortícola de esta subregión, ya que se ha difundido en otras
regiones, especialmente en los últimos años. Los trabajadores de origen
boliviano trabajan en su mayoría en este sistema de trabajo (Fernández
Lozano, 2005).
La mediería en la
horticultura bonaerense constituye una relación que se desplaza desde una
relación dependiente de trabajo no salarial -ya que su remuneración es una
proporción del valor de la venta de la producción y no un salario- a una
sociedad capital-trabajo donde el mediero es un socio menor. En estos casos,
igualmente marcados por la asimetría, el mediero puede realizar algún aporte,
además de la fuerza de trabajo, desdibujándose la típica relación de trabajo
dependiente (Benencia y Quaranta, 2003, citado por Benencia y otros, 2009).
En la actualidad se calculan
que existen 1.500 establecimientos
hortícolas en torno a la ciudad de Buenos Aires (Censo Hortícola de la
Provincia de Buenos Aires, 2005), lo que evidencia un crecimiento con
respecto a la situación de inicios de los años 2000. Paralelamente, en el
mejor de los casos, la superficie de estas unidades continúa estable. Estos
procesos se asocian a la expansión de productores de origen boliviano que
acceden a la tierra bajo la modalidad del arriendo y otros tipos de posesión
.
A partir de la
localidad de Escobar comienza el denominado Cinturón Hortícola del Gran
Buenos Aires. Este cordón verde comprende a quince distritos de la provincia
de Buenos Aires, que abarcan una superficie de 5.510 Km², con una población
que es de más de 10 millones de personas. En esa zona la actividad hortícola es
de aproximadamente 16.000 has, con 1.550 explotaciones hortícolas. Los
partidos involucrados son: La Plata, Florencio Varela, Berazategui, Almirante
Brown, Esteban Echeverría, La Matanza, Merlo, Cañuelas, General Rodríguez,
Luján, Marcos Paz, Merlo y Moreno (Fernández Lozano, 2005).
El principal destino
de la producción hortícola de esta zona es el consumo en fresco para el
mercado interno, cuya comercialización se efectúa mayoritariamente a través
de diversos mercados mayoristas ubicados en diferentes localidades del Gran
Buenos Aires y La Plata y también mediante venta directa a los grandes
supermercados. La producción hortícola de esta área se realizó desde siempre a
campo. Hacia fines de los ´80 se comienza a usar el invernadero, con una
notable expansión a partir de los ´90 (Fernández Lozano, 2005).
La horticultura de la
región está caracterizada por tener un esquema de producción intensivo y
altamente diversificado en cuanto a forma de producción y cantidad de especies
que se cultivan. En la actualidad se pueden distinguir tres tipos de sistemas
de producción hortícola:
a) Producción de
hortalizas a campo (aire libre), solamente. El 40% de los
productores.
b) Producción de
hortalizas a campo y en invernáculo. El 55% de los productores adopta este
tipo de sistema.
c) Producción de
hortalizas con invernáculo, solamente. Alrededor del 5% de los productores.
d) La mayor superficie
está ocupada por la producción a campo, no obstante la combinación
campo-invernáculo es la más representativa ya que incluye a la mayor
proporción de los productores de la subregión. Las explotaciones
promedio de la zona tienen una superficie de 5 a 20 hectáreas, destinadas a
la producción de hortalizas, utilizando un 10% de la misma al cultivo
bajo invernáculo (Fernández Lozano, 2005).
Casi el 40% de los
establecimientos tienen como responsables de la gestión del proceso
productivo a “medieros”.
Régimen de tenencia
de la tierra
Los productores
hortícolas logran el acceso a la tierra por distintas maneras , arrendamiento formal muchas veces sin
firmar contratos , en pocos casos con
firma de contrato en comodato Hay
casos con permiso no escrito del municipio en terrenos fiscales en muy pocos
casos por compra de la tierra También
existente sistemas informales de
tenencia de la Tierra con algún tipo de
derecho de posesión
El análisis de los
datos relevados permite ver el estado
de precarización en cuanto a tenencia de tierra de los productores hortícolas
, solo en el estrato de más de 5 ha con frutilla, se puede ver que aparece el
arrendamiento como forma prioritaria, esto puede deberse a que los
productores que cultivan frutilla, por el capital que invierten en el cultivo
deben tener una forma más estable de tenencia de tierra. En los estratos
menores a 5 ha se puede observar una predominancia general a la tenencia en
ocupación con distintos tipos de posesión de la Tierra . Siendo mucho menor
el arrendamiento y casi inexistente con título de propiedad con escritura pública.
Según García y Mierez
(2009), los cultivos de fruto (planteado así en el caso del tomate y
berenjena ) como cultivos de gran inversión, conlleva riesgos y sus ingresos
son generados en un plazo mediano. Por tal razón, estos cultivos son
entendidos como una retribución al capital (ganancia) y los cultivos de hoja
un pago al trabajo (salario). Mientras este último se destina a la
adquisición de bienes de consumo, los excedentes del tomate se utilizan en forma
de inversión para la reproducción ampliada de la quinta.
El análisis de los
datos permite observar que predominan los Establecimientos que combinan trabajo familiar con
asalariados transitorios en casi todos los estratos.
En cuanto a la
cantidad de productores por lugar de procedencia, historia agropecuaria,
según estrato; lo que puede verse es que la mayoría de los productores son de
la provincia de Potosí, lugar donde los suelos tienen baja fertilidad y la
producción se torna muy hostil. La mayoría de los productores se dedicaban
ellos o su familia a la actividad agropecuaria y que todas sus experiencias
laborales fueron vinculadas al sector agropecuario campesino .
Comercialización
En la actualidad, un
porcentaje significativo de los canales de comercialización hortícolas de
Buenos Aires están bajo influencia o control de los migrantes bolivianos.
Inclusive, se ha registrado un creciente manejo de los comercios de verduras
en verdulerías como puestos dentro de los Supermercados chinos, cubriendo el circuito
completo producción-circulación-venta (Barsky y Vio, 2007).
En términos
generales, se puede hablar de tres
formas de comercialización mayorista : en el Mercado Central, en mercados
locales o regionales o mediante intermediarios.
En el ultimo año esta
tomando impulso la venta de bolsones de verduras.
Bastantes productores posean o comparten puestos en
mercados locales y además realizan
repartos a verdulerías locales . Esto es debido a que los productores no
pueden costearlos, por los cultivos que realizan. En los estratos con
frutilla de más de 5 ha todos los productores poseen puesto en mercados
locales o regionales. Los productores
de menor superficie se dan ambos casos: productores con puestos en
mercados y productores que no lo poseen.
Existe la venta directa en el campo y en ferias y
en comercios minoristas.
El poco alcance de la autoridad estatal del
transporte, concentración y comercialización hortícola, con escasos mecanismos de control .
Escalera
Bolviana
Muchos
productores bolivianos se inician como peón o tantero, y con el
consecuente aprendizaje pasaban a medieros para luego terminar como Patrón en
lo que Benencia llama la Escalera Boliviana
El primer estrato
sería el de asalariado, compuesto por migrantes recién llegados a la región,
cuyo único factor de producción disponible es su mano de obra. El segundo
estrato sería el de trabajador-mediero, caracterizado por un migrante y su
familia que, a cambio de aportar toda su mano de obra, “acuerdan” con el
patrón recibir un porcentaje de la producción.
El tercer estrato es
el que pasa a ser “ patrón” que es el que tiene el derecho de posesión de la tierra como productor
arrendatario ( en pocos casos propietario) , en donde el migrante no solo
adquirió conocimientos para gestionar una quinta, sino de capital para
alquilar o adquirir en pocos casos una
tierra y ponerse a producir. De esta manera, se engloba como trabajadores
tanto a peones como a medieros, obteniendo el primero sus ingresos de un
salario y el segundo de un porcentaje de las ventas (García, 2011).
En la mayoría de los
establecimientos combinan trabajo
familiar con asalariados transitorios
La figura del peón
asalariado o aparcero precario cuasi-asalariado ha sido remplazada por el primer escalón en el proceso que suelen
recorrer los inmigrantes bolivianos en la actividad hortícola denominda
“Escalera Boliviana” ( Benencia) y el mediero es el segundo nivel que surgen
de las redes familiares
existentes
Los procesos de producción obedecen
a diversas causas: a) Las fuertes redes familiares de la migración boliviana; b) la acusada
especialización en horticultura en fresco de verdura de hoja, Tomate , Morrón
y Frutilla ; c) las notables
transformaciones tecnológicas que permiten un aprovechamiento mucho más
intensivo del espacio físico a través de los invernáculos .
El
acceso a la Tierra en el Periurbano de Buenos Aires
Analizando
conjuntamente las formas de acceso a la tierra, las dotaciones de capital
disponible , los productores hortícolas del Periurbano presentan una diversidad de escalas
económicas dentro de un contexto de organización predominantemente familiar.
Conocido como trabajo-intensivas o capital-intensivas, con uso intensivo de
recursos
En resumen, hay en la
Argentina una horticultura que conforma los llamados “cinturones” o
“archipiélagos” de las grandes ciudades que producen hortalizas para consumo
en fresco y algunos casos de producciones especializadas.
Este tipo de
horticultura, que se hacía usualmente a campo por parte de productores
familiares descendientes de inmigrantes europeos o japoneses, desde las
últimas décadas ha incorporado a horticultores bolivianos y el cultivo bajo
cubierta en invernáculos y microtuneles . Además, junto a la figura del
productor propietario, se encuentran las del mediero y la del
arrendatario/ocupante.
En la actualidad, en
el periurbano hortícola crece
principalmente en la tercera corona y en cuñas remanentes de la
segunda y comienzan a darse fenómenos de periurbanización incipientes en la
cuarta corona (Barsky, 2007).
Los lugares de donde provienen
mayoritariamente los horticultores en el Norte y Oeste son el sur del
altiplano (Potosí) y en La Plata son mayormente de los valles andinos (Tarija, Oruro) .
Proveniente del
pueblo de Saropalca de Potosi se
ubicaron en los Municipios Pilar Moreno y General Rodriguez , instalándose en
el Mercado de Moron que lleva el nombre de Saropalca y teniendo su propia
sede social y de deportes en el Limite de Pilar y Moreno
Un problema significativo
es la cuestión de la tenencia de la tierra Benencia (2006) señala que, de
acuerdo al Censo Hortícola de la Provincia de Buenos Aires 2001, en la Región
Metropolitana el 39,2% de los quinteros era boliviano y que el 88 % trabajaba
en carácter de arrendatario, mientras que 12% lo hacía en carácter de
propietario de la tierra. Los bolivianos han extendido su actividad en el
marco de una fuerte reducción general de la superficie y número de
explotaciones hortícolas registradas en las últimas dos décadas (Barsky y
Vio, 2007).
La expansión urbana y
los nuevos usos de los territorios rurales transformaron la configuración
espacial de las zonas rurales en torno al área metropolitana bonaerense. En
comparación con la situación registrada a fines de la década de los ochenta,
se observa una caída de la mitad de los establecimientos y de algo más de 1/3
de la superficie (Benencia y otros, 2009). Esta disminución de la superficie
que producen fue compensado con el uso de invernáculos con rendimientos
muchos mayores por m2
La organización
social de la producción hortícola experimentó una profunda transformación
asociada a la difusión de la mediería como forma social y relación de
trabajo, y a la difusión del cultivo bajo cubierta, dedicado principalmente a
la producción de pimientos y tomates (Benencia y otros, 2009).
En la actualidad, el
ciclo de “bolivianización” está en una etapa de madurez y consolidación, en
el sentido de que los bolivianos controlan gran parte de la producción y
comercialización hortícolas del periurbano y el medio urbano (Barsky, 2007).
Es de notar que algunos productores de origen boliviano se están pasando a la
Floricultura , principalmente plantas
ornamentales , por no depender esta actividad del Tractor
CONCLUSIONES
Puede extraerse del
conjunto de la información bibliográfi ca y documental consultada, es que en
las últimas décadas el “cinturón hortícola bonaerense” además de desplazarse
al compás de la expansión de la envolvente urbana, presenta un carácter
discontinuo o localizado en uno o varios de los también llamados cinturones
del Gran Buenos Aires.
Todavía un predominio
numérico de los productores con
tenencia precaria de la tierra En general, puede decirse que el número
de productores se ha incrementado mientras la superficie hortícola total
disminuye, pero, aumentando notablemente el rendimiento por Ha con el aumento
los cultivos más intensivos (frutilla en microtunel , tomate y
berenjena bajo invernáculo )
La llamada “escalera
boliviana” aparece de forma
fragmentaria, a partir de escalones “intermedios” y sin alcanzar el status
legal de propietarios. Con la excepción de los establecimientos superiores a las 5 ha cultivadas que han
accedido al arrendamiento formal , el rest se trata de regímenes precarios
como es el de la ocupación.
Considerando
conjuntamente las formas de acceso a la tierra (ocupación o arrendamiento),
las dotaciones de capital disponible y las relaciones sociales al interior de
los establecimientos hortícolas ; los productores presentan una diversidad de
escalas económicas y de orientaciones productivas dentro de un contexto de
organización social predominantemente familiar
BIBLIOGRAFIA
Barsky, Gestionando
la diversidad del Territorio Periurbano 2013.
Barsky y Vio, 2007 La problemática del Ordenamiento territorial
en los cinturones verdes periurbanos
Benencia y Quaranta,
2003 Escalera Boliviana
Fernández Lozano,
2005. Informe del Mercado Central
García y Mierez 2009, El rol de los horicultores Bolivianos
García, 2011.El
cinturón hortícola Platense
Julie Legall 2007 Reestructuraciones de las
periferias hortícolas de Buenos Aires y modelos espaciales ¿ Un archipiélago verde ?
Svetlitza de
Nemirovsky, 2005 . Globalizacion y
Agricultura Periurbana en la Argentina
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