sábado, 18 de septiembre de 2010

VI JORNADAS INTERDISCIPLINARIAS DE ESTUDIOS AGRARIOS Y AGROINDUSTRIALES Buenos Aires, 11, 12 y 13 de noviembre de 2009

Eje Temático 4. Problemas demográficos y de organización del territorio. Migraciones y nuevos espacios agrícolas. El concepto de ruralidad.

¿Ruralidades emergentes o declive de la producción horti-florícola?
Usos y representaciones de los espacios rurales en el partido de Escobar, provincia de Buenos Aires.

Cynthia Pizarro, Doctora de la Universidad de Buenos Aires-Área Antropología, CONICET-FAUBA, cpizarro@agro.uba.ar
Pedro Aboitiz, Ingeniero Agrónomo, INTA, peteraboitiz@gmail.com
Matías Giovannetti, Estudiante de Economía y Administración Agrarias, FAUBA, matiasgiovannetti@yahoo.com.ar
Carlos Javier Moreira, Estudiante de Agronomía, FAUBA, moreirac@agro.uba.ar

Introducción
En esta ponencia caracterizamos las ruralidades emergentes en Escobar, partido del norte del cordón verde del Área Metropolitana de Buenos Aires de histórica producción de flores y hortalizas. Argumentamos que las transformaciones acaecidas en el marco de un modelo neoliberal basado en la no intervención del estado –en sus distintos niveles-, favorecieron el abandono de producciones horti-florícolas de la zona y el incremento de la especulación inmobiliaria y financiera en aquellas tierras de histórico uso agropecuario.
Hemos seleccionado para este estudio un cuadrante ubicado en el noreste del partido de Escobar que consideramos que es el más representativo con respecto a las transformaciones en el uso de tierra que se dieron en los últimos años. Este sector tiene por límite norte una zona de bañados costeros al río Luján, que históricamente han sido poco usados para actividades productivas agropecuarias debido a su ubicación y a las características de sus suelos. El límite este es el Barrio Parque El Cazador, que está localizado en una barranca, más al este de la cual se extienden bañados comprendidos por los ríos Luján y Paraná de las Palmas. El límite sur del cuadrante está conformado por una de las avenidas principales de la ciudad Belén de Escobar que atraviesa el centro de la misma desde la ruta nacional 9 –conocida como “Panamericana”- por el oeste hacia el puerto de Paraná de las Palmas por el este. El límite oeste del sector está conformado por la ruta 9 que corre paralela a las vías del ferrocarril Mitre en dirección norte-sur.
Seleccionamos a este cuadrante para nuestro análisis porque antiguamente era un área rural destinada principalmente a la producción agropecuaria (tambos, cereales y posteriormente horti-floricultura), y la mancha urbana se concentraba sólo en el sud-oeste, abarcando parte de la ciudad de Belén de Escobar –cabecera del partido- y algunos barrios aledaños que se articulaban alrededor de la estación del ferrocarril. Este paisaje comenzó a modificarse a fines de la década de 1960 debido, entre otros factores, a la construcción de la autopista que une las ciudades de Rosario y Buenos Aires, denominada Acceso Norte, sobre la traza de la ruta nacional 9 y a la construcción de las primeras casas de fin de semana en el Barrio Parque El Cazador en la barranca cercana a la ribera. En los últimos años, y tal como mostraremos en este trabajo, la urbanización (impulsada por el uso de la tierra para viviendas e industria) continuó avanzando sobre áreas anteriormente dedicadas a la actividad agropecuaria en el cuadrante analizado, lo que produjo un impacto significativo en la horti-floricultura.
Para este trabajo, nos hemos basado en la información proveniente de distintas fuentes: a) mapa rural del año 2000, b) relevamiento visual de los espacios rurales a través de un recorrido sistemático del área bajo estudio, c) imágenes satelitales, d) base de datos de productores integrantes de grupos del Programa Cambio Rural, generada por los asesores promotores de la Agencia de Extensión del INTA de Escobar, e) encuestas y entrevistas en profundidad a 34 productores del área bajo estudio, f) entrevistas en profundidad a productores de otras zonas del partido así como a otras personas que residen y/o trabajan en el mismo, g) resultados de los Censos Nacionales Agropecuarios (CNA) 1988 y 2002, y h) resultados del Censo Hortiflorícola de la Provincia de Buenos Aires 2005.

Uso de los espacios rurales según actividades económicas y otros destinos
A continuación identificaremos en el cuadrante noreste del partido los usos actuales de espacios que fueron definidos como rurales por los editores del Mapa Rural del Partido de Escobar del año 2000, el cual fue confeccionado en base a planos catastrales oficiales. Analizaremos el tipo de actividades económicas y otros destinos de las parcelas y, también, su ubicación según la proximidad de la urbanización actual. Para este análisis combinamos la información de dicho mapa con aquella proveniente del relevamiento que realizamos entre febrero y junio de 2009 y con imágenes satelitales del año 2006 provenientes del programa Google Earth.
Hemos sistematizado los resultados en el mapa 1[1], que muestra el uso actual de los espacios rurales y las transformaciones acaecidas en los últimos años en el cuadrante analizado. Allí hemos encontrado 222 parcelas que son caracterizadas como rurales en dicho mapa según figura en el cuadro 1. El 38,73% (1372,75 has de 3543,75 has) de la superficie de los espacios considerados como rurales en el mapa analizado es actualmente usada para actividades agropecuarias. Una proporción mayor, el 55,32% (1960,5 has del total) está actualmente en desuso. Mientras que el 2,85% (101 has del total) se destina para servicios (que incluyen el cementerio y el aeródromo municipales). El 1,73% (61,5 has del total) es utilizado para viviendas exclusivamente y el 1,35% (48 has del total) es destinado al uso industrial.
Con respecto a los espacios destinados al uso industrial observamos que la mayoría de las parcelas se concentran en el oeste del sector, en un área limitada por la Panamericana y las vías del ferrocarril, salvo en el caso de dos frigoríficos que se encuentran localizados en el centro del cuadrante. Cabe señalar que la zona aledaña a la Panamericana brinda la posibilidad de acceder rápidamente a vías de comunicación con la ciudad de Buenos Aires, el litoral y el centro del país. Por otra parte, la cercanía de las vías de ferrocarril probablemente también fue un factor de atracción para la industria aunque en la actualidad las empresas ferroviarias se encuentran en franca decadencia. Es destacable que la ciudad de Belén fue creciendo alrededor de la estación Escobar, tal como lo relataron los habitantes locales que entrevistamos.
La proporción del espacio rural de este cuadrante utilizada exclusivamente para viviendas corresponde, por un lado, a antiguas casas de fin de semana y, por el otro, a asentamientos precarios más recientes (de hace aproximadamente 5 años) cuyos pobladores constituyen mano de obra que, según nos comentaron los residentes locales, es empleada eventualmente en los frigoríficos y otros establecimientos agropecuarios de la zona.
Es remarcable a los fines de esta investigación que la cantidad de hectáreas sin uso representa el 55,32% del total de los espacios definidos como rurales por el mapa que tomamos como referencia. Esto se debe a una serie de factores. Por un lado, más de la mitad de estas hectáreas sin uso están localizadas en el norte del cuadrante noreste, y corresponden solo a unas pocas parcelas que se encuentran dentro de los bañados que aún no fueron acondicionados para hacer viviendas. El resto de las hectáreas sin uso se encuentran dispersas en otras áreas del cuadrante y, como veremos, son tierras que anteriormente habían sido utilizadas para la producción agropecuaria y que actualmente se encuentran en especulación inmobiliaria.
A continuación analizaremos el tipo de uso del suelo en distintos sectores del cuadrante bajo estudio, excluyendo las parcelas ubicadas en la zona de bañados que presentan una gran extensión pero que no son destinadas a una actividad agraria significativa. En el mapa 2 presentamos los sectores que utilizamos para el análisis.
Según el mapa 2 y los cuadros 2 y 3, observamos que las parcelas de uso industrial se concentran en su mayoría dentro del sector A1 con 37 hectáreas en las proximidades de la ruta Panamericana y las vías del ferrocarril, que brinda una favorable posición para el transporte. La única excepción son los frigoríficos que se encuentran insertos dentro de los sectores A2 y E1, próximos a parcelas donde se registra actividad ganadera y avícola que posiblemente los abastece. Si bien la transitabilidad de las calles no resulta tan favorable porque son de tierra, aquellas que les brindan acceso están mejoradas posiblemente por parte de los mismos frigoríficos.
El sector A1, si bien conserva 104 hectáreas destinadas a actividad agropecuaria, presenta 191 hectáreas sin uso, de las cuales la mayor parte fueron explotadas en el pasado y actualmente se encuentran abandonadas, rodeadas de parcelas que hasta el momento permanecen en producción. Pero este sector aún conserva dos tercios de su extensión en un entorno rural.
En el sector A4, que presenta 195 hectáreas sin uso, el panorama es otro ya que las parcelas sin uso se hallan circundadas por un barrio cerrado y un predio perteneciente a una congregación religiosa. Estos terrenos anteriormente fueron explotados pero el avance de la urbanización se observa junto a un retroceso de la producción y una fragmentación de terrenos con fin inmobiliario. Si bien no manifiesta un marcado proceso de urbanización, registra un predominio de ubicaciones de transición o rur-urbanas[2].
En cuanto a la relación rural/no rural, el sector A4, por los motivos descriptos presenta 8 hectáreas destinadas a un fin no rural por cada hectárea sí destinada. El sector E3 presenta la relación más baja, de 25 hectáreas no rurales por cada hectárea rural. El avance de dos frentes de urbanización, uno proveniente del Barrio Parque El Cazador y el otro originado por la ciudad de Belén de Escobar a partir de la ruta Panamericana, determinan que en este sector toda su superficie se encuentre en ubicación urbana.
Los sectores A2 y A3 son los únicos en los que todavía predominan los espacios rurales por sobre los demás, y están localizados a una distancia mayor de los espacios urbanizados que el resto de los sectores. Esto se condice con el cuadro 3 de ubicación de parcelas productivas en el sector rural, urbano y rur-urbano, donde se observa que muy poca superficie se encuentra en una ubicación no rural.
Con respecto a la superficie usada para actividades agropecuarias en el sector analizado se puede observar la distribución del tipo de actividades predominantes en el cuadro 4. La superficie destinada a la producción agropecuaria en el cuadrante noreste del partido está constituida por 1.324 ha. Se observa que la ganadería extensiva ocupa 340 ha y la horticultura 173,5 ha. El 58% de la superficie del sector utilizada para actividades agropecuarias (771,5 ha) está destinado a actividades que hemos denominados mixtas. Analizamos este tipo de actividades en el cuadro 5.
Las actividades mixtas varían dependiendo de varios factores, uno de ellos es el mercado. Pero generalmente están constituidas por una actividad principal a la que se le anexan algunas actividades complementarias, que varían dependiendo de las oportunidades que se presenten. En algunos casos podemos encontrar hasta tres actividades en una misma explotación, cuyo objetivo es –presumiblemente- maximizar el ingreso del productor.
La actividad mixta que predomina en el sector bajo estudio es aquella que tiene a la horticultura como actividad principal, con variantes que se describen en el cuadro 5. La horticultura con sus combinaciones ocupa una superficie de 115 has, que representa el 15% de las 771,5 ha destinadas a actividades mixtas. Hacemos notar que la ganadería con sus combinaciones ocupa mayor superficie (656 ha que representan el 85% del total) debido a que se localiza en bañados, pero su carga animal es muy baja por unidad de superficie. Por lo mencionado anteriormente consideramos que la actividad mixta más importante en la zona es la horticultura con sus combinaciones. Queremos agregar que muchos de los productores, con especial énfasis los productores con menos de 2 has y que utilizan mano de obra familiar, completan sus ingresos con trabajos extraprediales.
Tal como se observa en el cuadro 4, del total de la superficie destinada a actividades agropecuarias, el 41% esta ocupado por actividades que definimos como puras, es decir cuando se realiza esa única actividad en esa parcela. En hectáreas, la superficie destinada a una sola actividad agropecuaria representa el 41,73% (552,5 de 1324) del total de ha destinadas a actividades agropecuarias. De estas 552,5 ha destinadas a una sola actividad, la ganadería ocupa 340 ha que representa el 61,54%, la horticultura ocupa 173,5 ha que representa el 31,4%, la fruticultura ocupa 7 ha que representa el 1,27%, la floricultura ocupa 17 ha que representa el 3,08%, la producción avícola ocupa 13 ha que representa el 2,35% y la cría de animales de granja ocupa 2 ha que representa el 0,36%.
Con respecto a las actividades más importantes de la zona, podemos decir que en el caso de la horticultura, que destina 173,5 ha sólo a esta única actividad, tendríamos que sumar las hectáreas que se destinan a aquellas actividades mixtas que tienen a la horticultura como base con otras actividades anexas. Por lo tanto, las hectáreas -puras y mixtas- destinadas a la horticultura son 289, que representa el 21% del total de hectáreas en producción, incluyendo a la zona de bañados. Mientras que la ganadería suma entre puras y mixtas 993 ha lo que constituye el 72% del total de hectáreas en producción agropecuaria considerando los bañados. Así, la ganadería y la horticultura en la actualidad cubren el 93% del total de las hectáreas destinadas a actividades agropecuarias en el sector noreste del partido de Escobar.
Consideremos ahora el relevamiento visual que realizamos de los establecimientos agropecuarios en relación a los datos provenientes de los censos nacionales agropecuarios de 1988 y 2002. Según el CNA 1988 existían 436 explotaciones agropecuarias en el Partido de Escobar. Mientras que en el 2002 había 152 explotaciones. En nuestro relevamiento hemos apreciado una tendencia similar a la observada en los datos de los CNA 1988 y 2002, según la cual las superficies de las explotaciones del partido tienden a concentrarse en los estratos de hasta 5 has. Además, que sobrevive cierta cantidad de explotaciones con superficies mayores a 10 hectáreas, como se puede apreciar en el cuadro 6.
Según nuestro relevamiento, en el cuadrante analizado se observa una tendencia a la concentración de parcelas de hasta 5 ha o de más de 10 ha, estas últimas no destinadas a la horticultura. Las producciones más típicamente pampeanas como la ganadería y el cultivo de pasturas se concentran en la zona de los bañados en el norte del cuadrante analizado, y al este en las cercanías de la Ruta 9 o Panamericana. Encontramos una tendencia similar a la observada por Benencia y Quaranta (2005) en el análisis comparativo que realizan de los censos nacionales agropecuarios de 1988 y 2002 y de los censos hortícolas bonaerenses 1998 y 2001 para la totalidad del Área Metropolitana de Buenos Aries, quienes señalan que a pesar del avance urbano, todavía existen actividades agropecuarias intensivas y extensivas de relevancia social y productiva alrededor de la Ciudad de Buenos Aires. Por otro lado, Benencia (1994) señala la tendencia a la reducción de las explotaciones medias de 5 a 10 ha tradicionalmente usadas para horticultura en los partidos del sur del AMBA, tendencia que se estaría dando también en la zona bajo estudio.
Para complementar el análisis de los usos que actualmente se hacen de los espacios considerados rurales por el mapa rural de 2000, durante nuestro trabajo de campo hicimos un relevamiento de los productores de la zona en base a la información proveniente de la base de datos de productores integrantes de grupos del Programa Cambio Rural, generada por los asesores promotores de la Sub Unidad Estación Experimental Agropecuaria Escobar INTA y a aquella resultante de nuestro propio trabajo de campo. Del total de 40 productores registrados entrevistamos a 34, tal como detallamos en el cuadro 7.
Es remarcable que si bien en el sector analizado la superficie en uso agropecuario que es destinada a ganadería es marcadamente superior que la que se utiliza para la horticultura, son más los productores hortícolas que los ganaderos y los florícolas. La ganadería, por sus características productivas, es la única alternativa para la zona de bañados por lo que la mayoría de los establecimientos dedicados a esta actividad se encuentran en el extremo norte del sector. Por otra parte, resulta interesante que 8 de los 9 establecimientos florícolas se encuentran dentro del tejido urbano de la ciudad Belén de Escobar. Mientras que los otros establecimientos (hortícolas, avícolas, ganaderos y agrícolas extensivos) se encuentran más alejados de la misma, hacia el norte del sector. Aún cuando la urbanización ha ido extendiéndose hacia esa zona merced a la construcción de barrios privados o de asentamientos, las explotaciones hortícolas, de cría de animales de granja y de ganadería se encuentran en áreas que aún preservan cierta fisonomía rur-urbana o rural.

Representaciones sobre el espacio rural
En este apartado analizamos las representaciones locales sobre las transformaciones del espacio rural, basándonos en los registros provenientes de entrevistas a diversas personas que residen y/o trabajan no sólo en el sector analizado sino también en otras áreas del partido de Escobar, algunas de ellas se dedican o se han dedicado a tareas vinculadas con la producción agropecuaria y otras no.
El avance de la urbanización sobre los espacios productivos fue vinculado por los lugareños al establecimiento de barrios cerrados, loteos y asentamientos precarios. Lo caracterizaron como un proceso de los últimos años que se vio favorecido por la presencia de la Panamericana, vía que comunica rápidamente a la zona con la ciudad de Buenos Aires.
Loma Verde [una localidad ubicada en el noroeste del partido] era una parte totalmente arcaica y empezó a tener un cambio bastante significativo, más que nada cuando vino la Panamericana, cuando se amplió la Panamericana. ¿Por qué? Porque el tráfico aumentó terriblemente (entrevista 1, Loma Verde, 20 de febrero de 2009).
Sin embargo, se considera que este proceso se diferencia del acelerado establecimiento de urbanizaciones cerradas destinadas a clases pudientes que se dio en el vecino partido de Pilar porque, a juicio del mismo vecino:
Pilar fue una invasión de countries, ¿no es cierto? Acá hubo una cierta reserva ¿por qué? Porque, habría que dar nombres pero no interesa, se preservó esto para, teniendo ventajas comparativas respecto a la radicación de countries con respecto a Pilar, porque (Escobar) tiene el río, tenía un aeródromo, chico pero ahí está la posibilidad, y un puerto de embarque, que no se terminó porque fracasó un proyecto que en la época de los militares, porque acá querían vender (…) Puerto Madero, ellos pensaban vender Puerto Madero y traer el puerto de transferencia acá. Pero no tomaron en cuenta que esto es todo terreno de sedimentación. Todo lo que está al lado del Paraná de las Palmas es terreno de sedimentación (entrevista 1, Loma Verde, 20 de febrero de 2009).
Aparentemente este proyecto fracasado de construir un puerto en la zona habría sido uno de los factores que marcaron el futuro paisaje local ya que algunos grupos empresarios invirtieron en la compra de tierras, posiblemente motivados por el potencial desarrollo portuario. Así, algunos entrevistados comentaron que el establecimiento en las cercanías de la Panamericana de un grupo de empresarios taiwaneses vinculados al transporte de containers en altamar habría estado relacionado con este proyecto truncado. Los vecinos comentaron también que este grupo brindó apoyo a distintas instituciones locales tales como una cooperativa de electricidad y un jardín de infantes, y que habría considerado el proyecto de fundar una Universidad que nunca se concretó. De todas maneras, el grupo compró tierras y caminos –cerrando una calle pública- en la zona norte del partido, en las cercanías de la Panamericana y las vías del ferrocarril.
Otro grupo empresario que aparentemente habría sido atraído por el proyecto de construir un puerto en Escobar es el que actualmente desarrolla dos establecimientos comerciales de envergadura en el partido. Uno de ellos es un zoológico con un marcado perfil de respeto por la ecología. El otro es un establecimiento lechero cuyos productos derivados son comercializados a nivel regional y están destinados al sector de altos ingresos. Estos establecimientos son abastecidos por la producción que se realiza en campos localizados en distintos puntos del sector bajo estudio, principalmente en la zona de bañados. Ambos establecimientos constituyen un atractivo turístico que recibe visitantes locales y provenientes del área metropolitana de la ciudad de Buenos Aires, atraídos por el consumo de lo rural y de la naturaleza. Estos desarrollos económicos se enmarcan dentro de lo que Macnaghten y Urry (1998) denominan procesos de comodificación de la naturaleza que se fundamentan en una mirada romántica de la misma.
De este modo, la presencia en la zona de clases pudientes, así como las visitas realizadas por quienes residen en áreas urbanas más alejadas y que gustan de la performance del “paseo en auto fuera de la ciudad”, está generando una emergencia de las denominadas nuevas ruralidades, esto es, formas novedosas de valorar los espacios rurales tradicionales a través del consumo del paisaje y de las costumbres asociadas con el campo que se convierten en un espectáculo, un refresco visual. Así, las costumbres y los paisajes rurales son valorizados por el capital, posibilitando la emergencia de emprendimientos comerciales vinculados al turismo rural, a la producción ecológica y a la vida de campo. Hemos observado en la zona estudiada otros establecimientos de este tipo: un tambo manejado de manera ecológica por sus dueños que está inserto en un circuito de turismo rural y, en las inmediaciones del Barrio Parque El Cazador, un establecimiento en el que sus propietarios coleccionan animales de especies exóticas.
La domesticación del paisaje rural, convirtiéndolo en un “espacio de campo en las afueras de la gran ciudad”, también se aprecia en la construcción social de la zona bajo estudio como una naturaleza pintoresca capaz de albergar urbanizaciones e, incluso, algunas actividades industriales. Así lo plantearon algunos vecinos que argumentaron que la ampliación de la Panamericana favoreció que los espacios linderos se usaran para vivienda y actividades industriales, proceso que se fue expandiendo a zonas más alejadas de esta vía de acceso con el correr de los años. Este proceso de urbanización, que mantiene la imagen de cercanía a la naturaleza, se aceleró a fines de la década de 1990:
…. ya se empezaron a radicar algunos emprendimientos industriales como por ejemplo el depósito de vehículos que está allá al fondo y el country de Los Aromos y ahora el Country de Santa María. Todavía no ha tenido una modificación tan importante como Pilar pero ha ido cambiando, la vegetación ¿no es cierto? Esto eran todos árboles, ¿cómo le podría decir? (entrevista 2, Loma Verde, 20 de febrero de 2009).
Asimismo, el entrevistado señaló que se produjo una creciente especulación inmobiliaria que implica el enriquecimiento producido por el traspaso de la renta rural a urbana. Esto, a su juicio, se evidencia en el fraccionamiento acelerado y venta de tierras que antiguamente eran utilizadas para la producción horti-florícola. El lugareño se refirió a un productor que había vendido su quinta para hacer un loteo privado y que con ese dinero había establecido su quinta hortícola en un partido aledaño:
Va a ser muy cara la tierra para cultivar verdura. La tierra es cara, hacen un country ahí y lo que saca ahí compra cuatro o cinco veces (entrevista 2, Loma Verde, 20 de febrero de 2009).
Sin embargo, los entrevistados señalaron que la urbanización no se ha traducido en una mejora en el acceso a los servicios. Particularmente, el sistema de transporte y el estado de las calles es un tema que preocupa a los vecinos, junto con algunas cuestiones vinculadas a la seguridad.
Algunos lugareños comentaron que ha habido una demanda relativamente creciente por parte de empresas industriales para establecerse en espacios cercanos a las vías de comunicación, en tierras que anteriormente eran usadas para la fruti-horticultura. También, se especula con que uno de los grandes grupos empresarios mencionados más arriba, además de dedicarse a actividades productivas (producción bovina y de soja) y de servicios (sede de fundaciones, instituto de salud) pueda estar interesado en acondicionar la zona de los bañados ubicada en el norte del sector para construir un barrio privado. Al respecto de estas tierras, se dice que habían sido compradas con el proyecto de trasladar los depósitos fiscales ubicados en el puerto de Buenos Aires ante la posibilidad de que se construyera el puerto en las cercanías.
El fantasma de los “megacountries” está presente al este de la Panamericana. Si bien hasta el momento los grandes emprendimientos inmobiliarios se concentraron al oeste de la misma, en la localidad de Loma Verde, se teme que en la zona de los bañados se pueda reproducir lo sucedido con el barrio cerrado NorDelta, ubicado en el partido de Tigre, debido a que el grupo empresario en cuestión es propietario de grandes extensiones de terrenos en los bañados y, durante el período en que realizamos trabajo de campo, los vecinos habían observado un movimiento inusual de camiones conteniendo materiales para la construcción hacia esos campos por las poco transitadas y transitables calles de la zona.
Un tema cuya importancia no es menor refiere a las motivaciones por las cuales algunos de los vecinos entrevistados se mudaron a la zona. Casi todos los productores con quienes conversamos son inmigrantes italianos, portugueses, españoles o bolivianos que llegaron en busca de tierra para trabajar en sucesivos momentos desde mediados del siglo XX hasta la actualidad. Sólo conversamos con dos productores cuyos antepasados eran originarios de la zona. Un productor hortícola italiano recordaba que se estableció en la zona en la década de 1960 porque
… teníamos parientes, una prima allá, Zárate, yo tenía trabajo allá en Zárate, donde vine de Italia a la fábrica, a la papelera, después no me gustaba allá, trabajaba para patrones, me vine a trabajar en la quinta, me vine con una hermana acá que estaba de medianera y trabajamos 8 años juntos de medianera en una quinta, después de 8 años compré acá un pedacito y empecé a hacer la casa que no la había hecho tampoco, y me metí adentro y empecé a trabajar solo acá (entrevista 3, Chechela, 19 de mayo de 2009).
Una entrevistada que reside desde mediados del siglo XX en una casa-quinta en Loma Verde, planteó que uno de los motivos por los que muchos vecinos que tenían casas de fin de semana en la zona se radicaron definitivamente se debió a:
… la crisis, hubo una crisis en él.... ‘89. Que no podían mantener dos, irse y venir les generaba un gasto, el alquiler da allá o la propiedad de allá la alquilaban y se venían acá (entrevista 4, Loma Verde, 20 de febrero de 2009).
Otros vecinos coincidieron en que las sucesivas crisis económicas que se dieron con posterioridad incidieron en la decisión de radicarse de aquellos que tenían casas de fin de semana o en los barrios cerrados. Por otra parte, también hay quienes se mudaron a la zona buscando alejarse de los horrores de la ciudad industrial. Tal como lo señala Williams (1973) para el sentido común inglés, el valor del campo resulta del contraste con la ciudad, específicamente con los horrores percibidos de la ciudad industrial inglesa. Así, para algunas personas, la naturaleza estaría excluida de los espacios urbanos industriales y anidaría en las áreas rurales ubicadas en los márgenes de la sociedad industrial. En este sentido uno de nuestros entrevistados comentaba que se mudó a la zona junto con su familia:
… buscando más naturaleza, para salir de Buenos Aires. A pesar de que vivíamos en una casa en Saavedra. Pero queríamos más tierra, teníamos proyectos, de huerta, de abejas, de miel. Cambiar de vida, ¿no? (…) uno viene con toda la cosa idealista ¿viste? (…) Es como una cosa heroica, ¿no? (…) Es una pretensión casi imposible (entrevista 5 de Loma Verde, 20 de febrero de 2009).
Sin embargo, los vecinos plantean que los horrores de la sociedad industrial están también en Escobar, a diferencia de lo que sucedía a fines de la década de 1950 cuando una de ellas se mudó a la zona junto con su marido para hacer un emprendimiento avícola. Ella había vivido anteriormente en Buenos Aires y cuando se mudó sintió que
… era terrible el campo, porque yo usaba tacos (…) Yo odiaba esto, odiaba de que no podía ir al cine, tenían que esperar que me llevaran que me lleven, mis amigas quedaron para allá, y mi familia quedó para allá. Loca, le decían el campo a esto. El campo. Me voy a vivir al campo. Resulta que ahora, [llegás a Buenos Aires] en 20 minutos. Yo ahora para mí la ciudad es Escobar. No piso la General Paz. Me quedé de este lado. Y punto (entrevista 4, 20 de febrero de 2009).
Según estos vecinos, el ambiente bucólico campestre del partido habría cedido paso al ritmo de vida citadino, que la vecina calificó como “progreso”, a diferencia del vecino que busca la “naturaleza”:
… lo curioso es que, por ejemplo, cuando nosotros llegamos en el ‘95 había dos bancos en Escobar (…) A las 12, todo el mundo cerraba. Y absorbió el ritmo de Buenos Aires (…) Acá, se, se lo chupó Buenos Aires. Hay un montón de bancos, yo creo que sobran, hay un montón de supermercados que sobran también (entrevista 5 de Loma Verde, 20 de febrero de 2009).
La tensión campo-ciudad que los vecinos señalan en los procesos de transformación del espacio rural en la zona bajo estudio, y que habría implicado el avance del trazado urbano sobre campos productivos, se pone en evidencia en la respuesta que da la vecina a la anterior opinión del vecino entrevistado:
Vino [un hiper-mercado] que para nosotros era el progreso. No nos olvidemos de eso (…) ¿Qué teníamos? un triste supermercado que se llamaba San Cayetano, como ya la gran cosa. Entonces, fue todo un progreso, fue todo un progreso. Y en ese tiempo había muchos productores. ¿Por qué? Esto también, también sacó campo, la expropiación de la gente que estaba cerca de la ruta 9, ejemplo don, que se murió ahora hace poco estábamos hablando, el padre de Palmira. Todo eso [la panamericana] le pasaba por su campo de verduras. Y del otro lado [refiere al cuadrante bajo estudio] también había productores, de flores de este lado donde ahora es la fábrica de hipoclorito, que era todo un campo de gladiolos. (…) En frente, donde ahora es Fleni [el instituto de salud] era campo de flores. Había más productores. De aquel lado estaba Ponte con sus viveros de flores. Los vecinos, también, que son portugueses Chito, Chito, se llama, no me acuerdo el apellido, también de flores. Esos productores se fueron, por las medidas económicas, también tienen que ver, se fueron apagando, porque los hijos vieron el sacrificio, entonces esos los padres que eran inmigrantes quisieron que sus hijos fueran a la Universidad. Y ¡anda a cantarle a Gardel con un vivero! Vinieron los bolivianos. Se fueron acercando, era más dificultoso ir a la facultad (entrevista 4, Loma Verde, 20 de febrero de 2009).
Otro vecino de Loma Verde agregó otras razones que podrían haber causado el abandono de la producción horti-florícola en la zona bajo estudio recientemente:
Sí, y aparte se fueron más lejos, se empezaron a ir más lejos (…) No lo sé pero supongo que para el lado de San Pedro, para todos esos lugares, porque claro viste si la hectárea de repente se cotiza en 50.000 o 70.000 dólares, con eso vas y te comprás 10 has 50 km más allá, y si tenés 4 o 5 ha, ni hablar. (…) Sí lo que ella cuenta de las flores es hermoso, ¿no? Los gladiolos. Se pierde, esta cosa que se llama progreso, no es progreso, ¿no? (entrevista 2, Loma Verde, 20 de febrero de 2009).
El productor italiano que citamos más arriba opinó que la mejor época de la horticultura fue en la década de 1970. Recordaba que cuando llegó a Escobar, en la década de 1960:
… eran pocas quintas, después empezaron a venir los bolivianos, los portugueses y ahí agarran toda llena de Escobar y eran todas quintas, ahora son dos o tres, está abandonado el campo, los portugueses murieron, las quintas van mal (…) [en esa época] No había nadie, acá no había nada en el barrio este, estaba todo sembrado, en ese tiempo cuando vine yo estaba sembrado trigo, lino, alfalfa. Después se desapareció eso y era toda quinta, acá era toda quinta, no había un pedacito de tierra, quinta y jardín de flor. Los japoneses (…) así, de flor. Pero cuando vine yo había poca quinta, un pedazo acá, otro allá, otro allá, después se llenó, acá, Cardales, Pilar, Ottamendi, todos lados mirá, se pusieron las quintas, ahora está todo abandonado (…) No queda nada, nada acá hasta el bañado mirá había toda quinta, impresionante, a la temporada de verano así había de todo, de todo tomate, mirá hectáreas y hectáreas de tomate, zapallito, chaucha, de todo, ahora quedó solo un portugués, el portugués (…) Sólo ese quedó, y un boliviano que está al campo de (…) al fondo (entrevista 3, Chechela, 19 de mayo de 2009).
La descripción que realizan los vecinos de Loma Verde y Chechela presenta, de manera muy vívida, los procesos de avance de la urbanización sobre zonas que anteriormente eran utilizadas para la producción agropecuaria que hemos señalado más arriba. Como lo plantea el productor italiano en el fragmento anterior, la zona bajo estudio se caracterizó por ser productora de verduras y flores durante los últimos años del siglo XX. En la actualidad, la superficie cultivada se ha reducido considerablemente y se observa una diferencia significativa en la incorporación de tecnología bajo cubierta con respecto a la zona hortícola del sur del área metropolitana de Buenos Aires (Benencia y Quaranta 2005). A continuación presentamos algunos avances del relevamiento que realizamos de los productores horti-florícolas de la zona bajo estudio para reflexionar sobre las posibilidades de su permanencia.

Tipología de productores familiares horti-florícolas y principales características de la actividad
Según los datos del Censo Hortiflorícola de la Provincia de Buenos Aires 2005, el Partido de Escobar tiene 157 explotaciones horti-florícolas, que representan el 4,07% del total de la Provincia de Buenos Aires. El 61,78% de los productores horti-florícolas del partido son propietarios, mientras que el 34,39 son arrendatarios. Como señalamos más arriba, hemos identificado 36 explotaciones horti-florícolas en el cuadrante noreste del partido, que representan aproximadamente el 23% del total del partido. Consideraremos en este apartado a los 28 productores horti-florícolas a quienes aplicamos entrevistas en profundidad de los 36 que hemos registrado en el área.
Como veremos, la información obtenida concuerda con la tendencia observada por Benencia y Quaranta (2005), quienes señalan que las transformaciones sucedidas en el cinturón hortícola que rodea a la ciudad de Buenos Aires se expresaron diferencialmente en las zonas sur, oeste y norte. Ellos señalan la expansión de la horticultura en la zona sur asociada a la difusión del invernáculo y la retracción de las zonas oeste y norte, existiendo en esta última una preponderancia de los productores de origen boliviano. Así, en el área bajo estudio observamos que no existe una difusión del invernáculo significativa y que hay una importante proporción de productores de nacionalidad boliviana. Por otra parte, si bien se aprecia una retracción de la actividad florícola, detectamos algunos procesos interesantes con relación a la actividad hortícola. Aún cuando la superficie dedicada a la horticultura ha disminuido y muchos de los antiguos productores se han descapitalizado, existe un conjunto de productores que, si bien no están muy capitalizados, están iniciando un emprendimiento “por su cuenta”. Estos productores y/o sus padres –de origen boliviano en su mayoría- han trabajado como medieros para patrones portugueses, españoles, italianos y bolivianos –en menor proporción.
Para poder dar cuenta de este proceso es necesario analizar la estructura social agraria del área bajo estudio y caracterizar a los tipos que la componen considerando las cuestiones estructurales vinculadas con el acceso a la tierra y al capital, la organización del trabajo, la racionalidad económica y la relación con los mercados. De este modo, veremos que en el caso analizado, al igual que lo señalan Benencia y Quaranta (2005) para el resto del AMBA, se pueden diferenciar dos grandes tipos de unidades productivas horti-florícolas: las empresas familiares, dirigidas por productores empresariales, y las explotaciones familiares, dirigidas por pequeños productores. En ambos casos se trata de explotaciones de carácter familiar en las que el productor y los miembros de su familia participan con su trabajo de forma directa o en la gestión. Las explotaciones empresariales actuales, que Benencia (1994) denominó productores empresariales familiares, son el producto de la capitalización de horticultores familiares que se transformaron en empresarios pero que mantienen el trabajo del productor y/o de sus familiares.
Así, para la zona bajo estudio hemos definido dos tipos principales de productores familiares horti-florícolas que se distinguen, fundamentalmente, por el hecho de que los pequeños productores utilizan mano de obra predominantemente familiar y su racionalidad económica tiene por objetivo maximizar el ingreso global para cubrir la subsistencia familiar, aunque no se retribuyan todos los factores de la producción. Siguiendo el modelo propuesto por Obschatko, Foti y Román (2006), para definir el nivel de capitalización de los productores hemos considerado algunas variables estructurales que indican la cantidad de recursos productivos: la posesión y antigüedad del tractor y la superficie con invernáculos[3]. Por lo tanto, para establecer la tipología de los productores familiares horti-florícolas hemos considerado los siguientes criterios:
tipo de productor familiar horti-florícola
subtipo
Organización del trabajo y comercialización
Tecnología y capital
tiene asalariados permanentes o medieros; es consignatario; o es dueño de puesto en mercado central
tiene tractor, tiene superficie con invernáculos
productor empresarial
1
si
tiene tractor y tiene invernáculos
productor empresarial
2
si
tiene tractor, no tiene invernáculos
pequeño productor capitalizado
1
no
tiene tractor y tiene invernáculos
pequeño productor
2
no
tiene tractor, no tiene invernáculos
pequeño productor empobrecido
3
no
no tiene tractor ni invernáculos (o los invernáculos que tiene son obsoletos)

La aplicación de dichos criterios al total de productores relevados se traduce en los cuadros 8, 9 y 10 que nos permiten plantear, en términos generales, algunas de las características predominantes en los tipos de productores familiares horti-florícolas de la zona de estudio:
- Los productores familiares empresariales disponen de suficientes recursos naturales y capital para lograr una rentabilidad que les permite capitalizarse. Su racionalidad económica tiene por objeto maximizar las ganancias. Contratan mano de obra asalariada permanente y/o tienen medieros. Con respecto a la comercialización, son consignatarios o tienen puestos propios en el Mercado Central. En la zona bajo estudio este tipo de productores representa una tercera parte del total y disponen del 42,8% de la superficie. Disponen de tractores y pueden o no tener invernáculos, lo que determina el subtipo (subtipo 1 con invernáculos: 14,29% del total de los productores relevados; subtipo 2 sin invernáculos: 17,86% del total de los productores relevados). El tamaño de sus explotaciones varía entre 0 y 10 has y, con respecto al régimen de tenencia de la tierra, pueden ser arrendatarios o propietarios; ambos aspectos se dan de manera indistinta en ambos subtipos.
- Los pequeños productores familiares difieren con respecto a la disponibilidad de factores productivos según el subtipo, lo que se traduce en rentabilidades dispares. Su racionalidad económica tiene por objetivo maximizar el ingreso global para cubrir la subsistencia familiar aunque no se retribuyan todos los factores de la producción. Utilizan mano de obra predominantemente familiar y no poseen trabajadores asalariados permanentes ni medieros. Con respecto a la comercialización, venden a consignatarios o a compradores directos y pueden ser dueños de puestos en los mercados concentradores zonales/regionales satélites del Mercado Central. En la zona bajo estudio este tipo de productores representa las dos terceras partes del total y dispone del 57,12% de la superficie. La posesión de tractores y de invernáculos varía según el subtipo (subtipo 1 con tractor e invernáculo, subtipo 2 con tractor sin invernáculo, subtipo 3 sin tractor ni invernáculo). Casi el 50% del total de los productores de la zona (incluyendo a los empresariales) se distribuye entre los subtipos de pequeños productores 1 y 2, quienes disponen del 46,6% del total de la superficie; mientras que los productores del subtipo 3 constituyen el 17,86% del total y disponen del 10,52% del total de la superficie relevada. El régimen de tenencia de la tierra predominante para todos los subtipos es el arrendamiento, observándose un 63,15% de arrendatarios, un 26,32% de propietarios y un 10,53% de ocupantes entre los tres subtipos. Por otra parte, en el subtipo 1 son predominantemente propietarios, a diferencia de los subtipos 2 y 3 en donde predomina el arrendamiento y existen casos de ocupantes.
Quisiéramos ahora referirnos a ciertos aspectos diacrónicos que nos permitirán abordar algunas de las transformaciones que afectan a las modalidades de inserción de los productores fruti-hortícolas en el proceso productivo. Esto es, incorporaremos a la caracterización de los productores bajo estudio el análisis de su nacionalidad y lógicas productivas (Benencia 1994 y Benencia y Quaranta 2005) para estudiar los procesos de recambio de familias de productores en el largo plazo. Por razones de espacio, haremos solo una breve referencia al ciclo de desarrollo de las unidades domésticas en el corto plazo cuyo análisis en profundidad dejamos para otra oportunidad.
En el cuadro 11 se observa que los productores de nacionalidad boliviana representan la mayoría del total de los productores relevados constituyendo el 60,71% (17 de 28). Dentro del grupo de productores de nacionalidad boliviana, la gran mayoría -el 82,35% (14 de 17)- se encuentra en el estrato de pequeños productores, mientras que solo el 17,65% (3 de 17) son productores empresariales. Por otra parte, los productores de nacionalidad italiana y portuguesa, o los de esas nacionalidades con sus familiares argentinos, se distribuyen en el subtipo 1 de los pequeños productores y en ambos subtipos de productores empresariales, lo que indica una mayor capitalización y mejor inserción en el sistema que los productores de nacionalidad boliviana.
Estas cuestiones encuentran una explicación si se toman en cuenta los procesos de recambio de familias de productores horti-florícolas en el largo plazo considerando la trayectoria y la estrategia productiva. En el cuadro 12 consideramos tres momentos posibles en la trayectoria productiva de una explotación en cualquiera de los dos tipos de productores: la de expansión, la de resistencia y la de inicio de una nueva explotación. Se observa que existen procesos de descapitalización que afectan a ambos tipos de productores familiares –tanto empresariales como pequeños productores-, y que mayoritariamente son productores portugueses, españoles, italianos y/o argentinos. Mientras que en el caso de los productores bolivianos –tanto pequeños productores como productores empresariales- se observa que la mayoría se encuentran iniciando sus explotaciones o en la fase de expansión.
Esto nos lleva a preguntarnos si esta situación podría estar vinculada con el recambio de familias de productores en la actividad horti-florícola procedentes de distintos flujos migratorios, ya que los portugueses, españoles e italianos se integraron en esta actividad hace 50 años aproximadamente y, según nos manifestaron, ya se estarían retirando porque sus hijos y nietos no están tan interesados en continuar con la actividad. Mientras que, los productores bolivianos entrevistados –o sus padres- se integraron como trabajadores (mayoritariamente medieros) en diversos lugares del cordón verde de la ciudad de Buenos Aires (algunos lo hicieron en la zona pero otros trabajaron previamente en Pilar, en Campana y en La Plata) y actualmente se encuentran iniciando sus propias explotaciones -“poniéndose por su cuenta”- en la zona bajo estudio. Para poder profundizar esta línea de indagación consideramos pertinente analizar la composición y momento de desarrollo de las unidades domésticas[4] tanto de los pequeños productores como de los productores que se convirtieron en empresariales.
El análisis de las unidades domésticas de los sistemas productivos horti-florícolas bajo estudio, teniendo en cuenta su composición y fase de desarrollo (cuadro 13) y lugar de residencia del productor (cuadro 14), nos permite adentrarnos sobre las características del proceso de recambio de productores vinculados a flujos migratorios que se dieron en distintos períodos históricos en la zona. Este proceso se puede observar principalmente en los pequeños productores que, como dijimos, son mayoritariamente de nacionalidad boliviana. Así, los pequeños productores y/o sus descendientes de origen europeo, que se iniciaron o desarrollaron la actividad en la zona a mediados del siglo XX y que se encuentran más afectados por los procesos de descapitalización comparativamente a los productores bolivianos, se están retirando de la actividad, sus unidades domésticas se encuentran predominantemente en la fase de reemplazo y su lugar de residencia es mayoritariamente una zona urbana fuera de la explotación. Mientras que los pequeños productores bolivianos, que se habían insertado en la actividad horti-florícola como trabajadores más recientemente, se encuentran mayoritariamente iniciando sus explotaciones, sus unidades domésticas están predominantemente en la fase de expansión -aunque también hay algunas en la fase de fisión- y residen preponderantemente en la misma explotación. Con respecto a los productores empresariales, en cambio, las dos terceras partes son criollos, mientras que sólo un tercio son bolivianos. Las unidades domésticas de productores criollos de este grupo están preponderantemente en una etapa de reemplazo y sus integrantes pueden residir tanto en áreas rurales como urbanas.

Conclusiones
Hemos visto que en el sector noreste del partido de Escobar las transformaciones acaecidas durante los últimos años, en el marco de un modelo neoliberal basado en la no intervención del estado, favorecieron la disminución de la producción horti-florícola y el incremento de la especulación inmobiliaria y financiera en aquellas tierras de histórico uso agropecuario. Así, sólo el 38,73% de la superficie de los espacios considerados como rurales en el mapa antiguo analizado es actualmente usada para actividades agropecuarias, mientras que más del 50% está en desuso, posiblemente en especulación inmobiliaria. Por otra parte, se observa el avance de la urbanización tanto para la construcción de viviendas como para el uso industrial.
Aún así, a pesar de la rur-urbanización de la zona, la actividad agropecuaria aún es significativa. Por un lado, se observan actividades más típicamente pampeanas en los bañados localizados en el norte del sector y, por el otro, continúa practicándose la horticultura, mientras que la floricultura aparentemente habría quedado relegada a algunos viveros que se localizan en áreas netamente urbanas.
Es remarcable la inexistencia de un ordenamiento territorial o de legislación municipal sobre uso de la tierra. El estímulo inmobiliario reflejado en el valor de la tierra perfiló un tipo de inversión basado en la construcción de barrios cerrados y countries, considerado generalmente como más seguro que la producción agropecuaria que presenta un riesgo implícito por el complejo de variables climáticas y biológicas impredecibles que la caracterizan. Muchos de los sucesores de los antiguos productores optan por abandonar la agricultura, radicarse en la ciudad y retener sus propiedades en áreas rurales con fines especulativos. Ante condiciones más propicias devenidas del asfaltado de las calles, el suministro de servicios públicos que antes no llegaban hasta ese lugar o el establecimiento de un barrio cerrado o un atractivo cultural o social, evalúan la posibilidad de efectuar una inversión en sus terrenos como el arbolado, para potenciar su precio y venderlo.
Por otra parte, existe un flujo de pobladores e inversionistas provenientes de zonas urbanas que en los últimos tiempos se instalaron en la zona, ya sea atraídos por posibles negocios de comodificación de la naturaleza, por potenciales desarrollos industriales aprovechando la cercanía de la autopista o del río, o por la posibilidad de escapar de los horrores de la ciudad industrial. Todo esto ha conllevado a la emergencia de nuevas ruralidades, esto es, al consumo de la naturaleza y de las costumbres del campo como un espectáculo, lo que si bien a veces es percibido como “desarrollo” a juicio de algunos entrevistados ha desplazado la belleza de los campos productivos.
Sin embargo, no se puede concluir que la tendencia a la desaparición de la horti-floricultura en la zona sea absoluta, como tampoco lo son las explotaciones de carácter exclusivamente familiar. Aún cuando no hemos encontrado grandes establecimientos empresariales no domésticos con altos volúmenes de producción, hemos detectado la presencia de productores familiares que lograron capitalizarse y convertirse en empresarios. Estos productores son la segunda generación de familias de inmigrantes europeos que anteriormente habían sido pequeños productores y que lograron expandirse ampliando la disponibilidad de tierra, incorporando invernáculos y/o insertándose en el eslabón de la comercialización. Es de esperar que ni la presión de la urbanización ni las dificultades que enfrenta la actividad productiva fuercen a este grupo a abandonar la actividad y a transferir las tierras al sector inmobiliario o financiero.
Quisiéramos remarcar uno de los hallazgos más interesantes de este trabajo. Esto es, la importancia de los pequeños productores bolivianos que están iniciando su propia actividad hortícola en la zona. A pesar de los desafíos que enfrenta la actividad en la actualidad, tales como los altos costos de los insumos, las dificultades para conseguir mano de obra, los precios de venta desfavorables, el costo del transporte, por nombrar algunos, la agricultura familiar continúa resistiendo aún cuando los pequeños productores no se hayan podido incorporar al salto tecnológico que supone el cultivo bajo cubierta. Es de esperar que las políticas de apoyo al sector hortícola de la zona norte del AMBA que se están implementando desde 2008 consideren como destinatarios a todos los productores, sin diferenciar entre viables y no viables, considerando la importancia de la actividad agropecuaria –y particularmente de la horticultura- en el marco de un ordenamiento territorial que sea sustentable económica, ambiental y socialmente.

Bibliografía
Benencia, Roberto. 1994. “La Horticultura Bonaerense: Lógicas Productivas y Cambios en el Mercado de Trabajo”. Desarrollo Económico Vol. 34 N° 133.
Benencia, Roberto y Germán Quaranta. 2005. “Producción, trabajo y nacionalidad: configuraciones territoriales de la producción hortícola del cinturón verde bonaerense”. En prensa: Revista Interdisciplinaria de Estudios Agrarios.
Formigo Couceiro, José y José Antonio Aldrey Vázquez. 1999. Periurbanización y rururbanización en Galicia. En: Domínguez Rodríguez, Rafael (coord.). La ciudad: tamaño y crecimiento: 317-327. Universidad de Málaga.
Gonzalbo, P. (comp). 1993. Historia de la familia. Ed. Antologías Universitarias. Instituto Mora, Universidad Autónoma Metropolitana. México.
Harris, Olivia. 1986. “La unidad doméstica como una unidad natural”. Nueva Antropología, Revista de Ciencias Sociales, Nº 30:199-222. México.
Hocsman, Luis. 2002. “El regreso a la tierra. Estrategias territoriales y economía doméstica en los valles intermontanos de la cordillera oriental (San Isidro - Salta)”. Tesis de Maestría en Antropología inédita. Programa de Postgrado en Antropología Social, Universidad Nacional de Misiones. Posadas, Argentina.
Jelin, Elizabeth. 1984. Familia y unidad doméstica: mundo público y vida privada. Buenos Aires: Estudios Cedes.
Macnaghten, Phil y John Urry. 1998. Contested Natures. Sage. London.
Mayer, Ernesto. 2004. Casa, chacra y dinero: economías domésticas y ecología en los Andes. Ed. IEP (Instituto de Estudios Peruanos). Lima, Perú.
Mc Netting, R.C., R.Wilk y E.J Arnould. 1984. Households: comparative and historical studies of the domestic group. University of California Press. London, England.
Obschatko, Edith; Foti, María del Pilar; Román, Marcela. 2006. Los pequeños productores en la República Argentina. Importancia en la producción agropecuaria y en el empleo en base al Censo Nacional Agropecuario 2002. Buenos Aires: Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos: Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura I.I.C.A.
Williams, Raymond. 1973. The Country and the City. Chatto and Windus. London.
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[1] Ver mapas y cuadros en el anexo.
[2] Existen diversos términos que se utilizan para definir a los procesos que se dan en la periferia de las ciudades como periurbanización, rururbanización o contraurbanización. Esto presenta un problema ya que son utilizados indiscriminadamente sin tener acepciones unánimemente aceptadas. Según Formigo Couceiro y Aldrey Vázquez (1999), el espacio periurbano es aquél situado en la periferia de la ciudad, que era eminentemente rural, pero que ha sufrido transformaciones profundas, tanto en el plano económico, como el demográfico y el social y en donde se da una yuxtaposición de áreas construidas ex-novo, hábitat rural preexistente, polígonos industriales, espacios agrarios, vías de comunicación y lugares de ocio. El término periurbanización define un nuevo proceso de ocupación del espacio en las proximidades de las ciudades y, dentro de este proceso, el espacio rururbano es aquel en el que se mezclan los paisajes urbanos y rurales, yuxtaponiéndose y compitiendo.
[3] Cabe hacer algunas aclaraciones sobre la aplicabilidad de dichos indicadores para la producción horti-florícola en el partido de Escobar. Por un lado, la antigüedad del tractor es de importancia relativa para el tipo de actividad bajo estudio debido a las pocas horas de uso anual que se le da. Es por ello que no consideramos la antigüedad del tractor como determinante de un capital diferencial, pero sí mantenemos que su posesión o no es un indicador de diferentes tipos de pequeños productores. Por otra parte, con respecto a los invernáculos cabe señalar que en algunas explotaciones que visitamos en Escobar existen todavía antiguos invernáculos de vidrio, que se corresponden con inversiones de hace 30 o 40 años pero que no han sido mantenidos ni renovados, aún cuando siguen siendo utilizados. Por lo tanto, existirían diferencias entre quienes tienen igual superficie cubierta con invernáculos pero cuya tecnología y mantenimiento son diferentes.

[4] Teniendo en cuenta las alertas realizadas por algunos autores tales como Jelin (1984), Harris (1986) y Mayer (2004) sobre los peligros de naturalizar conceptos como familia y trabajo doméstico, en este estudio delimitamos a las unidades domésticas de los productores fruti-hortícolas retomando la tipología propuesta por Laslett (citado en Gonzalbo 1993), y considerando las fases sistematizadas por Hocsman (2002). Por otra parte, relativizamos la necesidad de que los miembros de la unidad doméstica deban corresidir (Mc Netting et al. 1984).

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